Capítulo 1: Todo comienza.
Iban ya tres capas de rímel. Faltaban solo cinco minutos para que pudiese llegar a mi reunión con el club de artes. Había planeado llegar media hora más tarde, ya que tenía metida en la cabeza aquella idea de que lo bueno se hace esperar. Iba en busca de la perfección, aquella iba a ser mi noche.
—Ari, te llamo luego. ¡La cacería comienza! —. Apagué la conversación de Skipe que mantenía con mi amiga y continué con mis cosas.
Debido a que no era una reunión normal del club me permití, y obligué, a reparar en el más mínimo detalle de mi vestimenta. Blusa beige, falda rosa fucsia y unos altísimos tacones nuevos. Salí corriendo en dirección a la puerta en cuanto me eché una última mirada en el espejo. Esperaba que eso funcionara, si no, nada lo haría.
El parte meteorológico daba lluvia, pero ninguno de mis paraguas hacía juego con mi modelito, así que preferí jugármela.
El coche de mi hermano zigzagueaba velozmente entre los coches de las agitadas carreteras del centro de Seúl. Salí del vehículo no sin antes llevarme su advertencia previa a las salidas, "recuerda que todos los hombres quieren lo mismo. No te fíes de ninguno".
Tomé una última bocanada de aire antes de sumergirme de lleno en aquel pub. En la última mesa, junto a las máquinas de entretenimiento, pude divisar a mis amigos del club. Para mi gran decepción él no estaba. Caminé arrastrando los pies, con las prisas se me había olvidado ponerme las medias. Los tacones me hacían daño. «Antes muerta que sencilla» me recordé a mí misma.
Llegué a la mesa y fuí recibida entre aplausos y cumplidos por mi drástico cambio de imagen. Tomé asiento resignada. Estaban bebiendo sabe Dios qué. Por lo visto iba a ser otra de sus muchas "noches locas".
Contaba los minutos como si fuesen horas, entonces, su figura apareció justo en frente de mis narices. Había estado tan ensimismada en mis pensamientos que no me dí cuenta de su llegada. Tomó asiento a mi lado como de costumbre.
Aquello fue un desmadre como pocos a los que he asistido. Las únicas personas cuerdas que parecía haber en la sala éramos nosotros dos.
Sin venir a cuento deslizó su mano bajo la mesa hasta toparse con la mía. Me ruboricé de inmediato. ¿Qué estaba haciendo? Soltó mi mano tan pronto como la tomó. Se despidió de todos nosotros y salió de allí, dejándome con toda aquella panda de borrachos acabados.
Me sentía estúpida. Todo para nada, como siempre. La estupidez se transformó en una rabia que desbordó mis ojos. "Clink. You've got a message". Era mi móvil, un mensaje aparecía en la pantalla. "¿Quieres ir a dar una vuelta? Nosotros dos solos" La rabia anterior se trasnformó en una euforia descontrolada, tanto que acabé tirando algunos de los vasos que había en la mesa. Me apuré a despedirme y salí a toda prisa.
Allí estaba, en el umbral de aquella puerta, el chico del que llevaba enamorada ya seis meses. Me sonrió y pude jurar que hasta los nubarrones del cielo se despejaban. Era como un sueño. Exactamente mi sueño. Extendió su mano hacia mí y la acepté gustosa.
Caminamos durante bastante tiempo hasta bien entrada la noche.
—Hace algo de frío, ¿no crees que deberíamos descansar en algún sitio? —.
No alcancé a responderle, no podía, mi corazón latía algo más que rápido, luchaba por escapar de mi pecho. Sacó unas llaves de su bolsillo y me las enseñó. Quería que fuésemos a su coche.
Una vez dentro encendió la calefacción. El ruido que desprendía el pequeño motorcito era lo único que llenaba el silencio. Tenía las dos manos cruzadas sobre el bolso, estaba nerviosísima. Se inclinó sobre mí de nuevo para tomar mis manos con las suyas. Lo miré de reojo asustada. Antes de que pudiese darme cuenta sus labios chocaban contra los míos. Rompió las barreras y lo hizo más intenso mientras sus manos divagaban por mi cintura. Iba bajando cada vez más, pero ahora ignoraba mis inútiles intentos por mantenerlo a raya.
—¡Oppa para! —Dije en un vano forcejeo contra él —¡Cha Jong Baek!¡He dicho que pares! —mi mano cruzó su cara como si de un látigo se tratase. Esta situación había llegado muy lejos. Agarré mis cosas como pude y salí de aquel auto.
—¡Lee Eun Bi! —Vociferaba mi nombre aún desde el interior. No parecía que ese bastardo fuese a ir en mi busca.
No podía evitarlo, las lágrimas comenzaron a inundar mis mejillas. Sentada en un ventanal de una tienda de electrodomésticos la lluvia se unió a ellas.
Todo estaba destrozado, mi ropa, mis zapatos, mi maquillaje y mi dignidad. Caminé de camino a casa bajo la lluvia, ya nada podía doler más que la humillación que había sufrido. Me dolían los pies, tanto que me torcí un tobillo y acabé en el suelo, con todas las cosas de mi bolso esparcidas. Un chico encapuchado pasaba por allí, se paró frente a mí y me ayudó a levantarme.
—Gracias. —Murmuré sin levantar la vista del suelo.
Me ayudó a recoger aquel desastre y se ofreció a acompañarme. Debía sentir lástima de mí. No quise rebajarme más aquel día, así que negué con la cabeza sin emitir ningún sonido aparte de los roncos gemidos que se escapaban de mi garganta. Seguí caminando bajo la lluvia hasta llegar a casa.
Esa noche lloré sin parar hasta quedarme dormida. Solo los constantes porrazos de mi preocupado hermano en la puerta me recordaban que todo había sido real.
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Hi!^^ primer capítulo, es una especie de introducción a la historia. Espero que os haya gustado y me apoyéis en este nuevo proyecto :D
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Rain Sound [B.A.P. Daehyun]
FanfictionUn día alguien dijo, "si la vida te da limones, haz limonada". ¿Pero qué ocurre cuando esos limones son tan ácidos que terminan por consumirse a sí mismos? Ni el más dulce de los néctares del mundo puede evitar que desaparezcan. Este fanfic revela l...