Sirena de agua dulce

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En un lago cristalino, apartado y armonioso,

dos sirenas se peinan las olas de plata y oro

En un lago azucarado, perenne e infinito,

un pájaro negro se alza, doloroso y resentido.


Entre el cuervo agorero, charlan el par de sirenas.

¡Cómo disfrutan, como se ríen!

Casi no se les nota la pena.

Encerradas en un lago, charlan el par de sirenas.


De esa cárcel tan melosa sueñan salir las sirenas.

No se imaginan cuántas sorpresas les esperan fuera.

Peces traviesos, tritones hambrientos...

Todo en el mar se encuentra.



Una sirena en la noche apagada despierta.

¡Es la luna, que la está mirando!

Con un rayo de luz, le está señalando,

un río que las sombra encierran.



"¡Qué fortuna, un arroyo he encontrado!"

Con malicia la luna sonríe entre tantos.

"Va, compañera, mi viaje a empezar"

Al final todos los ríos acaban en mar.



Acaban en mar, sin vuelta atrás.

Como el cuervo agorero que grita en el cielo.

Acaba en sal, ¿tan mal está?

Nuestro destino es salado, como el agua del mar.



Por el río encantado baja al mar la sirena,

liberada, febril, inocente y contenta.

No se imagina cuántas sorpresas le esperan fuera.

Miles de pájaros muertos, flotan entre sus caderas.



Entre gritos de alboroto llega al mar la sirena.

"No veo a los peces, no veo tritones"

Al escondite ellos juegan detrás de las olas.

Entre olas de sal y de brea.



Una luz mortecina se refleja adelante.

"¡Otra vez es la luna, me está señalando!"

Sirenita fantasiosa, vayamos nadando.

La sirena se ahoga entre cuervos hinchados.



Era un barco la meta que estaba brillando.

¿Son tritones sin cola los seres mirando?

Sonríen lascivos, parecen amigos.

La sirena en el lago se seca los ojos.



"Me encuentro perdida, añoro mi lago"

Un anzuelo se enzarza en sus labios morados.

Un pájaro grita.

La luna sonríe.

En el mar duelen más las heridas.


En el mar duelen más las heridas

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Poesía para dejar el escudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora