Los celos de mi esposo.

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El escote pronunciado, un saco negro abrochado, y una corta falda lisa que se ajustaba a su bello cuerpo. Shion, era una hermosa mujer, en pocas palabras, sensual, algunos varones que trabajaban junto a ella besaban el suelo por donde pisaba, y algunas mujeres ya le criticaban, llevando solo unos días de ser contratada en la empresa Rasengan.

Apretó mas la carpeta llena de papeles contra sus grandes pechos, y espero a que las puertas del elevador se abrieran dejándole en el piso que señalo. Su figura reflejada en los espejos de aquel elevador le ayudaron para comprobar que estaba perfecta, se humedeció los labios con la lengua y cuando finalmente llego a su destino salió, con elegancia, contoneando sus caderas.

-Con permiso—Dijo después de haber tocado la puerta. Frente a ella, y reflejándose en sus ojos lila, el hombre perfecto, vestido con un traje negro que marcaba más su figura fornida, y la corbata azul que combinaba con sus ojos. Se mordió el labio inferior y avanzo, dejando la carpeta en las manos del varón quien le agradeció con una sonrisa y volvió su mirada al computador.

Shion no solía ser una mujer que deseaba toda la atención para sí, la tenía sin pedirla, pero si deseaba la mirada de aquel hombre sobre ella, que le deseara como ella a él. Pero el anillo en su dedo anular era un obstáculo. Llevaba poco tiempo en aquella empresa, y no conocía al esposo de su jefe, pero había escuchado rumores de que era precioso.

-Puedes retirarte—Hablo el rubio, tecleando con velocidad, sin dirigirle la mirada. Eso le hacía sentirse fatal, poca cosa. En poco tiempo ese hombre se había vuelto su obsesión.

-¿Algo más en que pueda ayudarle?—Apoyo sus manos en el escritorio y presiono sus brazos sobre sus pechos, resaltándolos. Naruto alzo la mirada, y asintió. Shion sonrió, inclinándose un poco más, aunque el rubio no le presto la mínima atención a su cuerpo.

-Un tazón de ramen, por favor

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-Nos vemos, mi amor—Sasuke deposito un beso en la frente del pequeño Menma, y lo entrego a Kushina, su suegra, quien le dedico una sonrisa y beso la mejilla de su único nieto.

-Tranquilo, solo será un día, tú y mi hijo tendrán tiempo para ustedes—Le guiño el ojo, Sasuke paso de tener las mejillas pálidas a rojas por el sonrojo, la madre de su esposo era... especial. Todo lo contrario a su suegro, quien era idéntico a Naruto físicamente, la personalidad la había sacado de Kushina, Minato era un hombre tranquilo y muy caballeroso. El rubio mayor también se sintió apenado por la indirecta de su esposa a su yerno, y es que, llevaba días con el deseo de otro nieto, mejor dicho, una nieta, insistía en que la pequeña tuviera el cabello rojo, se estaban acabando los Uzumaki de cabello rojo.

-Iré a verle a la oficina más tarde—Informo el azabache, entregándole una pañalera preparada a la mujer de cabellera roja. Kushina la cogió y se la colgó en el brazo, pasando a Menma a los brazos de su abuelo.

Que de abuelos no tenían la apariencia, eran tan atractivos, sin ninguna cana o arruga.

-Bien, entonces nos vemos mañana por la tarde, despídete de mama, pequeño—Kushina señalo a Sasuke, quien sonrió a su hijo.

Menma, un pequeño de diez meses alzo su pequeña mano y la movió un par de veces—M-ma...

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Más tarde, en la oficina de Naruto, Shion entro con una bandeja en manos, y un plato humeante de ramen. Sonriente el rubio dejo que la mujer pusiera el tazón enfrente suyo, cogió los palillos, agradeció la comida y comenzó a engullir los fideos.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2017 ⏰

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