No podía pasarle aquello, otra vez.
Otra vez, se le habían quedado las llaves dentro de la casa al salir en la mañana, y no se había percatado si no hasta que abandonó su instituto, cerca de las cinco de la tarde.Se subió en los asientos traseros de un Ford Fiesta, abrochando su cinturón y ni si quiera se inmutó al ver al piloto y al copiloto; era muy obvio.
Jeonghan era el único de los tres que no había fallado si examen de conducir. Aunque dos de ellos no habían realmente "tomado" el examen.
—¿Directo a casa, jóvenes? —jugó el conductor, mostrando su típica sonrisa angelical.
—Si, si —dijo Jihoon sin importancia.
Ver las miraditas que Seungcheol y Jeonghan se daban, o como ambos entrelazaban sus manos derecha e izquierda cuando se quedaban en silencio, realmente resultaba en una tortura para el más bajo.
Quería echarse a llorar de pura impotencia. Odiaba no ser Jeonghan.
—Ya estamos aquí —anunció el ángel una vez el vecindario de los dos pasajeros se había hecho presente.
Lo peor no era que eran vecinos...
Ambos bajaron del auto a tiempos diferentes, a decir verdad, al bajo no le interesaba para nada ver cómo sus labios favoritos besaban otros que no eran los suyos.
Cuando llegó a la puerta de su casa, se percató de que había olvidado sus llaves adentro. Y sus padres estaban de viaje. Y su hermano menor llegaría tarde.
Se volteó lento, bufando y haciendo que su cabello se moviera en el viento. Seungcheol caminaba lento hacia su porche, mirando el auto de su novio desaparecer.
Cuando no hubo rastro del mejor amigo de Jihoon, sus miradas se encontraron. Seungcheol se desordenó el cabello y entrecerró los ojos por el sol. El menor no estaba solamente nervioso, también se odiaba.
Realmente quería ser más alto. Tener una sonrisa más linda. Tener una voz más clara. Tener pestañas más largas. Tener labios más rojos. Realmente deseaba ser como Jeonghan. ¿Por qué a Seungcheol le gustaba Jeonghan?
Vio como el mayor hacia unas señas para que fuera hacia allá, y como si sus piernas le obedecieran en todo a Seungcheol, camino hasta la casa del frente.
—¿Q-que? —tartamudeó.
—¿Por qué no haz entrado a tu casa?
Se dio la vuelta, encajando la llave correcta para lograr abrir la puerta de su vivienda en pocos segundos.
—Olvide mi llave...
—Pasa —dijeron al mismo tiempo.
—¿Para qué? —preguntó dudoso.
—Ya lo sabes, Jihoon —rodó los ojos—. Solo entra, ¿Quieres?
El pequeño tragó saliva y sin decir palabra alguna, pasó por delante del mayor, hasta llegar al medio de la sala.
—¿Te vas a quedar ahí? —habló suave—. Sube a mi habitación hoon, iré por comida.
Lo peor era que estaban engañando a Jeonghan.
Siempre era igual. Seungcheol lo atraía con hermosos gestos y caricias encantadoras, que en un abrir y cerrar de ojos se transformaban en dolor.
Las primeras veces que eso sucedió, se sentía diferente. No le importaba nada mientras tuviera aunque sea un poco de Seungcheol para él y hubiera hecho cualquier cosa con tal de que este lo quisiera un poco. Sin embargo ahora dolía. No quería ser el segundo, Jihoon quería a Seungcheol solo para él.
Por eso se odiaba.
Y odiaba no ser Jeonghan.
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bebé; jicheol
FanfictionA veces, Jihoon cree que Seungcheol no tiene sentimientos. Pero cada ves que le toca y le baña de palabras bellas, se olvida de lo idiota que el chico resulta ser. (En donde Jihoon se enamoró del novio de su mejor amigo)