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Despertó en el pecho de Seungcheol gracias al ruido de un móvil sonando. Sonrío para si mismo, pues realmente amaba la comodidad que Seungcheol le daba.

El móvil sonando sobre el buró era del mayor, y aunque Jihoon no había notado que este ya había despertado, no se sorprendió cuando un brazo se estiró por su costado y tomó el celular de manera brusca.

—¿Si? —contestó de mala gana.

—¿Estabas dormido? —era Jeonghan—, jaja, Cheol, desordenaras tu ciclo de sueño.

—Jeonghan... —suspiró antes de soltar una leve carcajada.

Las manos del mayor fueron descendiendo por el desnudo cuerpo de Jihoon poco a poco, sintiendo cada extremo del chico derretirse en las yemas de sus dedos.

—Lo siento por despertarte~ —canturreó—, estoy algo aburrido, estoy haciendo de niñero para unos mocosos, muy monos.

—Te entiendo —contestó, más por decir algo que por realmente comprender a su pareja.

Le indicó a Jihoon que se sentara y este lo hizo sin problemas ni ayuda, sobre la pelvis de Seungcheol, lo suficientemente alejado para que su trasero no se encontrará con el miembro del mayor.

Seungcheol solo observó el cuerpo del chico descuerado, con las mejillas rosadas y las pupilas dilatadas que estaba sentado sin dobles intenciones sobre el, solo haciéndolo porque él mismo lo había ordenado.

—¿Y qué haces? —preguntó Jeonghan.

Seungcheol se mordió el labio inconscientemente.. Jihoon se veía tan ardiente, solo estando ahí, intentando cubrir su parte intima.

—Acabó de despertar —no mentía realmente—, ¿Y tu hermoso?

Jeonghan rió por lo dulce que actuaba su novio. Jihoon se entristeció porque aquel atributo no se le aplicaba a el.

—Cocinando para los niños —habló—, ¿Sabes cómo cocinar una lasaña?

Las manos ya frías de el de cabello negro pasaron por los muslos tibios de Jihoon, yendo desde los extremos más alejados hasta el interior de ellos, llegando a rozar su glande.

—No tengo idea —respondió—, deberías buscar en internet. Y darle comida a los mocosos.

—¡Tienes razón! —el ángel celebró—, gracias amor, te llamaré luego entonces.

—Perfecto Hannie, hablamos.

—¡Te amo!

—También te amo.

Eso realmente le dolía a Jihoon. Como los te amo salían fácilmente del mayor para corresponderle a Jeonghan, como si estuvieran hechos para compartir aquellas palabras.

Seungcheol colgó y lanzó el teléfono a algún lado de la cama. Se inclinó hacia la rodilla izquierda de Jihoon y la besó dos veces antes de mirarle los ojos al bajo.

Estaba triste.

—Ya tengo que irme —habló bajo, sin moverse un milímetro.

—Está bien —aceptó Seungcheol.

Jihoon debía meterse en la cabeza que él no tenía derecho alguno sobre Seungcheol. Este no era de su propiedad.






Lo primero que hizo al salir de su casa con camino a la universidad fue asegurarse de llevar las llaves de su domicilio. Aunque le encantaba quedarse a pasar tiempo con Seungcheol en su casa, en su habitación, resultaba que los martes y miércoles tenía danza contemporánea, y no se sentía con ánimos de explicar que tipo de escozor le molestaba.

En el almuerzo, Jeonghan de separó de él para comer junto a Seungcheol y sus mejores amigos. Siempre agradecía que cuando Jeonghan se sentaba, le daba la espalda y así era libre de entregarle al ajeno mayor las miradas que él quisiera.

—¡Hola! —el sonido de una voz nasal lo sorprendió.

—SoonYoung...

Un chico de ojos pequeños, cabello azabache y adorable sonrisa se acercaba a él rápidamente, tomando el asiento frente a él, el que había sido ocupado por Jeonghan.

—¿Como estás? —quiso saber.

—Uh... bien. Bien, SoonYoung. ¿Por qué no estás sentado con tus amigos?

—Pues —se rascó la nuca—, quería saber tu respuesta.

De primera, Jihoon lo había olvidado, pero analizando y retrocediendo a los últimos días, recordó que no había respondido al "¿saldrías conmigo?" del chico que tenía al frente.

A Jihoon no le gustaba Soonyoung de esa forma. El chico era buena persona y siempre tenía un lindo gesto que el bajo apreciaba, pero no era como si se fuera a olvidar de Seungcheol por eso, de hecho ni si quiera lo intentaba.

Pero por otro lado, si aceptaba la propuesta de Kwon, Seungcheol y él estarían en igualdad de condiciones...

—¿En que piensas? —SoonYoung interrumpió.

—Uh... SoonYoung si, si quiero.

El menor pareció desconcertado, soltó una risa ligera y frunció el ceño.

—¿Si?

—Si, quiero... quiero ser tu novio.

SoonYoung no reaccionó como esperaba, en cambio miro para todos lados y jugo nervioso con sus manos.

—¿S-somos novios ahora? —volvió a carcajearse un poco.

—Si Soonyoung —sonrío para darle comodidad—. Ahora tengo que irme, nos vemos en la tarde.

—¡Espera!

SoonYoung recorrió la mesa hasta llegar a Jihoon antes de que este se parara, y le plantó un beso muy simple en los labios.

—Somos novios... así que puedo besarte.

Jihoon estaba a punto de sonrojarse, cuando notó que Seungcheol le miraba furioso, no sabia se iba más para SoonYoung o para él.

Estaría en problemas. No quería toparse con él por nada del mundo.

bebé; jicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora