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Segundo capítulo.

— Alex, ¿hoy vendrás al estudio?

El inglés dejo escapar un suspiro y su amigo el cual se encontraba del otro lado de la línea supo que algo le sucedía.

— Es ese chico, ¿verdad? Desde que lo viste, no dejas de comerte la mente por eso.

Alex no respondió, y efectivamente su amigo, Matt, habia dado en el blanco.

— Amigo... —luego de unos segundos el de ojos marrones comenzó a hablar— no se que hacer. Estoy confundido.

— ¿Por qué no lo vas a ver este viernes? Quizás puedas entablar algún tipo de conversación con el.

— No lo sé, sinceramente no sabría que decirle — largo un suspiro tembloroso y se revolvió el cabello en un gesto de frustración.

— Dile que te atrae y que te gustaría conocerlo más, ¡por dios Alexander, no es tan difícil!

— Creo que tienes razón, haré eso — sonríe por la exasperación de su amigo y niega con la cabeza.

— Siempre tengo razón —dejo escapar una pequeña risa y Alex no pudo evitar rodar los ojos.

— Eres un maldito engreído.

— Pero así me quieres, David —canturreo y corto la llamada.

Minutos después el de ojos marrones se estaba preparando un té, como un buen ingles que era. Tomo una taza y coloco todo el líquido en esta, le puso azúcar y luego de eso la tomo entre sus manos.

Se dirigio hacia el living, se sentó en el sofá y se puso a leer un libro de su escritor favorito, realmente amaba esos pequeños momentos de paz y tranquilidad que puede tener uno consigo mismo.

Luego de un rato de lectura, estaba tan concentrado en sus interesantes reflexiones que no escucho el ruido del timbre. Soltó un largo bufido y se paró para dirigirse a la puerta. Tomo el pomo de esta y lo giro empujandolo hacia atrás y abriéndola.

Alex frunció el ceño y estuvo a punto de insultar a la persona que se encontraba del otro lado, pero se contuvo de hacerlo, no era tan irrespetuoso e inmaduro como parecía.

— Alex, lo siento. Necesito explicarte todo —la muchacha castaña se adelanto un paso y junto sus manos suplicante.

— Johanna no tengo nada que hablar contigo. Así que te pido que te retires de mi casa.

— Por favor. Dejame explicarte, fue una equivocación.

— ¿Una equivocación? —solto una risa amarga y continuo: —¿Esto es en serio? —el de ojos marrones frunció el ceño y sentía como la vena de su cuello estaba a punto de explotar de la rabia.

— Se que no debí engañarte, pero estaba ebria. No sabía lo que hacía.

— Tu ni siquiera tomas alcohol. No me vengas con esa mentira barata.

— Esta bien, lo admito. No consumi nada pero uno de los amigos de Edward me dió unas pastillas raras y pues bueno, quise probar. No sabía que eran drogas, Alex.

— ¿Eso es todo?

— Quisiera decirte algo m... —el castaño ya enfadado la interrumpió.

— Lo siento, no me interesa —se encogió de hombros y le cerró la puerta en la cara.

Se sentía bien consigo mismo. Aunque el admitía haber sido un poco rudo con la chica que alguna vez amo, sabía que se merecía ese notable rechazo. Alex luego de lo sucedido, había terminado con el corazón roto y con una depresión inmensa.

Esos meses en los que seguía pensando en ella, se torturaba cada vez más, mirando sus fotos, oliendo las pocas prendas que la muchacha dejo y leyendo las cartas que ella le escribía cada fin de semana. Por ese motivo se prometió así mismo a no volver a confiar en nadie y no regalar su corazón en bandeja de plata.

En este momento debía ser fuerte y evitar ese sentimiento de nostalgia que se habia removido dentro de su pecho.

- MCVEYF4NCY 2K17

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2017 ⏰

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