I Need Your Smile (YOONMIN - BTS) Adaptada.

Cap 4.- Mi cliente favorito.

Una vez que se encontró con su madre se dirigieron hasta la camioneta. Durante el corto trayecto, un semáforo en rojo los intercepto haciendo que se detuvieran unos instantes. Su madre aprovecho para decir algo y romper el silencio.

Mamá: ¿Cómo te fue hoy en el centro comercial, cariño?

Yoongi se encontraba viendo hacia afuera por la ventanilla del vehículo cuando su madre le pregunto. Él la oyó y se encogió levemente de hombros, como si no hubiera significado la gran cosa. Pero entonces ella lo vio. No podía ver su rostro directamente, pero alcanzo a ver parte del reflejo de Yoongi en el espejo retrovisor. Él tenía una pequeña sonrisa en su rostro. Ni siquiera estaba segura de que él fuera consiente que estaba sonriendo.

El estruendo de una bocina la saco de sus pensamientos. No había notado que el semáforo había cambiado a color verde y rápidamente puso el cambio y la camioneta marcho. Yoongi le dirigió una mirada con el ceño fruncido.

Mamá: Lo siento, me distraje.

Yoongi había sonreído. Ella lo vio con sus propios ojos. Debía contárselo a Suzy, Ailee y a su esposo. Sentía deseos de gritarlo al mundo. Yoongi estaba mostrando sus emociones muy discretamente, pero era un avance. Fuera quien fuera la persona que estaba logrando este cambio en él. Le estaba infinitamente agradecida.

El resto de los días de la semana Yoongi actuaba normal, indiferente. Como de costumbre. Nada lo emocionaba. Seguía con sus clases y sus lecciones como si nada. Tampoco contaba nada de Jimin, pero su madre se encargaba de poner al corriente a Suzy sobre las acciones de Yoongi. Mientras tanto él solo pasaba los días esperando impacientemente la llegada del día sábado.

Al fin había llegado. Cada semana le estaba resultando una eternidad. Tenía algo por lo que esperar cada día. Su madre siempre iba al centro comercial por la mañana, pero ese día su madre y la abuela de Yoongi le había pedido de favor que la acompañara al salón de belleza, por lo que tuvo que posponer las compras hasta después del almuerzo. Yoongi estuvo von expresión de enojo toda la mañana y no hablo en ningún momento. Su madre se disculpó con él, aunque creía que el ser caprichoso y no conformista también era algo bueno de vez en cuando.

Una vez terminado el almuerzo, la madre de Yoongi lavo los platos y se dirigieron al centro comercial. Yoongi ni siquiera estaba seguro de los horarios en los que Jimin se encontraba atendiendo. Lo ponía muy nervioso el solo hecho de pensar que solo trabajaba en la mañana y por ende no podría verlo el día de hoy. Para su suerte, al llegar Jimin se encontraba ahí.

Se adentró en aquel local que comenzaba a conocer de memoria. Cada vez un poco menos nervioso con respecto a la gente alrededor, pero no podía decir lo mismo con respecto al chico que siempre se encargaba de atenderlo. Lo vio venir hacia él y tomo cualquier libro.

Jimin: Bienvenido a BigHit Books, Yoongi.- dijo sonriente cuando estuvo lo suficientemente cerca de él. Recordaba su nombre, se sintió tan especial que no sabía cómo describirlo con palabras.

Jimin: Que gusto volver a verte – el rostro de Yoongi permanecía inmutable por fuera, pero en su mente gritaba internamente.- Creí que siempre venias por las mañanas. Al parecer me equivoque- rio un poco y fue música para sus oídos- Eso es bueno – él oyó eso y el enojo que había tenido durante toda la mañana se esfumo, desapareció en solo un momento. – Tal vez así podamos continuar la charla del otro día, quiero decir, si no tienes prisa- Yoongi negó repetidas veces - ¡Genial! Supongo que ya debiste de haber almorzado- él asintió- ¿Te gustarías pasar el rato conmigo mientras almuerzo? Muero de hambre – Yoongi asintió.

Era como si Jimin no fingiera simpatía con él solo por ser cliente frecuente de su lugar de trabajo, era como si realmente le agradara.

Jimin le hizo una seña para que lo acompañara y entraron en la puerta detrás del mostrador, donde siempre envolvían las compras de la gente. Era un espacio bastante amplio; contaban con un baño para los empleados, una cocina, una mesa que tenía algunos papeles encima, tres sillas a rededor de esta, una pizarra sobre la pared en la que se encontraba pegados varios postits de colores con distintos recordatorios.