Cap 11.- No a él.

256 30 7
                                    

Los siete días siguientes fueron eternos para Jimin. Cada minuto no podía sacar a Yoongi de su mente. Todas las cosas que habían ocurrido. Debía estar preparado para lo que sea que fuese a ocurrir. Esa mañana había puesto el despertador una hora antes de la hora que acostumbraba poner, para así tener tiempo para todo, la música que había puesto de alarma era la misma que había cantado con Yoongi, no pudo evitar sonreír al escucharla. Acomodó su uniforme azul marino, colocó la bufanda que Yoongi le había obsequiado sobre su cuello, y se dirigió al centro comercial.

Encargado: Llegaste temprano- dijo con las lleves en sus manos, comenzando a abrir el local para la jornada del día.

Jimin: Sí, desperté temprano y no pude volver a dormir- dijo con una risita. En realidad apenas si había podido conciliar el sueño durante la noche.

La jornada laboral empezó. Jimin trataba de mantenerse ocupado tanto como le fuera posible para alejar todos los pensamientos que tuvieran que ver con Yoongi, pero era inútil. Cada figura humana que ingresaba al local, él la veía inmediatamente esperando que se tratara de él. Pero no era así.

Hacía rato había pasado el horario del almuerzo y él no aparecía. Tenía hambre, sí. Pero nada que no pudiera aguantar.

Jimin: ¿Por qué tienes que tardar justo hoy?- susurró más para sí mismo que para ser oído.

Los minutos y las horas pasaban y lo que más temía se hizo realidad. Era la hora de cerrar Big Hit Books.

Un nudo se formó en su garganta. El encargado tenía listas las llaves para asegurar todo. Jimin le pidió por favor que se tomara quince minutos extras ese día alegando que debía ocuparse de un papeleo. Él recordaba aquella vez que Yoongi había llegado justo minutos antes del cierre. Tenía la esperanza de que eso volviera a ocurrir. Pero una vez más no fue así.

Encargado: Quince minutos. Lo siento, no puedo esperar más que esto- dijo fríamente, apagando las luces que iluminaban el salón.

Jimin quedó devastado. Él no había ido después de todo. Las chicas lo observaron preocuparse.

Dahun: Tal vez sólo tuvo un inconveniente y no pudo venir- dijo para darle alguna especia de consuelo a lo que sea que el chico estuviera sintiendo en ese momento.

Jennie: Ve a casa. Necesitas descansar. Ni siquiera has comido algo- dijo la otra chica algo afligida.

Pero Jimin no emitió sonido alguno.

Ellas se despidieron de él simpáticamente y se marcharon. Ahora sólo quedaba él y su vacío. ¿Por qué? Esa pregunta se repetía una y mil veces en su cabeza

Jimin: ¿Por qué? ¿Acaso una promesa no vale nada ti?- susurró para sí mismo.

Tomó su abrigo y se fue del lugar con prisa. Cruzó el estacionamiento y luego la plaza continúa. No sabía exactamente lo que estaba haciendo. No podía pensar con claridad. Sólo sabía que estaba dejándose llevar por cada una de sus emociones. Caminaba deprisa. El frío del invierno se colaba por sus huesos.

Él estaba sumido en sus pensamientos, pero era consciente del camino. Ese camino, estaba yendo directamente hacía la casa de Yoongi. No tenía otra opción. No era como si pudiera verlo en otro lugar, o tuviera su número telefónico. Dejó salir una sarcástica risa cuando cayó en la cuenta de sus acciones.

"El chico no quiere verte y tú vas hasta su casa. Vaya Jimin, sí que eres un genio."

Pero necesitaba una respuesta o jamás volvería a conciliar el sueño adecuadamente por las noches. El lugar no era lejos. No tardó mucho en llegar. Sin mencionar que el bombardeo de pensamientos lograba que se mantuviera lo suficientemente entretenido.

Allí estaba, frente a esas rejas negras, cubiertas de nueve en la base. Pero había algo extraño, muchos carros estaban alrededor de la casa ¿Visitas? ¿Y si llegue en un mal momento? ¿Por qué había ido? ¿Qué se suponía que debía decir?

Una vez más el impulso fue más fuerte y presionó el timbre de la casa. Estaba temblando; de frío, de coraje, de miedo.

Pasaron uno segundos hasta que la puerta del frente se abrió. Esta ella, la madre de Yoongi, con los ojos rojos, el rostro demacrado, vestida de negro. Esto no le estaba gustando para nada.

Mamá: Jimin- dijo la mujer con pánico en su voz, al verlo ahí, al verlo con la bufanda de Yoongi en su cuello.

De acuerdo. Era peor de lo que pensaba, incluso la madre no se alegraba en absoluto de verlo. La mujer abrió la puerta de rejas y Jimin se adentró un poco en el jardín para poder hablar mejor con ella. Sus figuras se veían iluminadas por un farol de la calle de luz anaranjada.

Jimin: Buenas noches- saludo cordial, si había llegado de repente a su casa lo menos que podía hacer era ser educado- Escuche- comenzó titubeando pero con determinación al mismo tiempo- Sé que es muy extraño que yo me haya tomado el atrevimiento de haber venido hasta aquí. Pero necesitaba hacerlo. No estoy seguro de que es lo que ocurrió, pero me encantaría saberlo ¿Podría por favor hablar con Yoongi?

Ella cubrió su boca con su mano. Negaba con su cabeza y su mirada estaba llena de algo que Jimin no podía descifrar.

Jimin: Por favor, es importante. Lo dejaré en paz luego de eso si es lo que quiere- suplicó.

Mamá: No, Jimin. No puedes- dijo con dolor en sus palabras.

Jimin: Señora, por favor- se había imaginado esa respuesta. Pero no quería oírla. En verdad no quería.

Mamá: ¡Yoongi ya no está!- grito histérica la mujer y rompió en llanto.

Jimin: ¿Qué... qué quiso decir?- No entendía nada de lo que estaba pasando, sin embargo tenía miedo de saber.

Mamá: Yoongi... Yoongi ha muerto, Yoongi, él ya no está- dijo entre sollozos mientras caía al suelo de rodillas.

"No"

"Esto no estaba pasando"

"No a él"

Esas palabras habían sido una puñalada directamente al corazón de Jimin. Su garganta se cerró por completo.

Yoongi. Él... ya no estaba.

La madre de Yoongi lo miro en llanto. Jimin estaba con la mirada al frente, sin expresión en su rostro. Luego de unos minutos reaccionó. Comenzaba a gritar de la impotencia, no sabía qué hacer, ni que decir, ni que preguntar, no quería saber cómo paso, no quería existir. Deseaba con toda su existencia que esta sea una de las peores pesadillas que una persona pudiese soñar. Las lágrimas empezaron a salir, más y más lágrimas se agolpaban en su rostro, derramándose una a una. Necesitaba sacar todo su dolor. Su frustración, su culpa. Grito al punto en que creyó que su garganta se lastimaría hasta sangrar.

I Need Your Smile (YOONMIN - BTS) Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora