Capítulo 3

45 0 0
                                    

-Jajaja cállate tonto engreído, ¿quién dijo que te me hacías guapo?, no soy como las demás, no pienso igual que ellas.-contesto con seriedad mirando sus ojos, acentuando las últimas palabras.
-Lo sé, es por eso que me fijé en ti, tienes algo especial, algo que no tienen las demás, pero acéptalo, te mueres por éste bebé.-dice haciendo un ademan señalando hacia su abdomen perfecto y marcado.
No pude evitar reír y sus profundos ojos verdes me miran con cierta chispa en ellos, me guiñe un ojo.
-Llegamos.-dice estacionando el auto en la acera de mi casa- entonces ¿paso por ti a las 6? No te arregles mucho, es algo casual, y avisa que llegarás tarde.
-A las 6 entonces.-digo mientras tomo mi bolso y bajo del auto-gracias por traerme Rafa, adiós.

Abro la puerta de mi casa y en el corredor se encuentra mamá
-¿Quién era ese chico cariño? ¿Es tu novio?-pregunta emocionada
-No mamá, olvídalo, es un amigo.- subo las escaleras hasta mi cuarto y me encierro.
Llego tan agotada del instituto, que me recuesto y tomo una siesta.
Despues de dos horas de dormir, me levanto, me doy una ducha y al salir busco que ropa usar. Saco unos jeans negros, una blusa color vino de tirantes y suelta, y uso mis vans negros de siempre. Tomo un poco de crema de peinar y ordeno las ondas de mi cabello. Me miro en el espejo y coloco un poco de polvo, rimel, un rubor muy ligero y un labial negro, si, hoy seré atrevida. Tomo mi choker negro favorito, unas pulseras sencillas y mi bolso blanco. Lo sé, no soy la mejor en cuanto outfit's, pero el secreto está en llevarlos con seguridad.
Escucho sonar mi celular y corro hacia él.
-Sí, ¿quién habla?.- contesto la llamada
-Leah, soy Rafa, ya estoy en tu casa, ¿estás lista?
- Si, bajo en tres minutos.-cuelgo.
Abro la puerta principal y oh sorpresa, un enorme ramo de rosas blancas y rosas están justo en frente de mí.
-Que buen gusto tienes Rafa, gracias por el detalle, no te hubieras mo...-su dedo indice toca mis labios de manera vertical.
-Ninguna molestia, te mereces esto y más preciosa.-me dice mientras lo abrazo brevemente.
Subimos a su auto, un Audi negro para ser exactos.
-¿A dónde me llevas?.- rompo el silencio tras unos minutos de viaje.
-Es sorpresa, ya mero llegamos.-contesta con tranquilidad.
Avanzamos unos cuantos kilómetros más, y se detiene en la entrada de un edificio que no conozco.
Se baja del auto y me abre la puerta, me da la mano para que baje sin problema, y caminamos hacia la entrada, me toma por los hombros y siento que está siendo muy apresurado, me retiro de su lado con discreción.
-Sorpresa, ¿qué te parece?.- pregunta mientras observo embobada todo a mi alrededor, estamos en un acuario pero es tan hermoso que se siente como si no nos separara un cristal de los animales.
-Rafa, es tan ¡HERMOSO!.-lo miro con una gran sonrisa.
-Lo sé.- me mira con ternura, se acerca a mi, me pega a su cuerpo y no entiendo qué está pasando, estamos a unos centímetros de distancia, y de pronto siento sus labios mojados sobre los míos, ¿qué está pasando?, demonios, ¿por qué pienso tanto?.
Y sí, le correspondí el beso. La pasamos bien, estuvimos ahí unas 3 horas y después de eso me llevo a un lugar lejos de la ciudad, a observar las estrellas.
-Leah, quiero preguntarte algo, se que es pronto, que tenemos poco frecuentándonos, pero sé que hay una conexión especial entre tu y yo, y no necesitamos más tiempo, quiero conocerte y que me conozcas, pero antes quiero pedirte que seas mi novia, dame la oportunidad de hacer las cosas bien, me gustas mucho, por favor.- me observan esos ojos tan profundos y me quedo en shock, proceso lo que me acaba de pedir.
No estoy segura de qué responder, pero creo que me la paso pensando y analizando cada uno de los movimientos que voy a hacer, es hora de actuar deliberadamente, quiero hacer locuras.
-Mhhhm-aclaro mi voz- acepto ser tu novia, pero yo no soy como las demás, jamás te daría una segunda oportunidad para nada, cuídame.- digo mientras sonrío y volteo hacia el frente.
-Tu eres la que tienes que cuidarme a mi princesa jajaja-coloca su brazo derecho sobre mis hombros y me abraza tiernamente.
Estamos acostados sobre una manta en un campo observando las estrellas y hablando sobre nosotros, conociéndonos, cuando de pronto siento su cuerpo sobre el mío, nos estamos besando, todo pasa tan rápido y mi cabeza no tiene tiempo de procesar lo que está pasando, no quiero hacer nada pero no pienso, no controlo lo que estoy haciendo y me dejo llevar. Ya son las 10 de la noche y nos dirigimos a casa, le doy un beso en la mejilla y bajo del auto.
¿Que demonios acabo de hacer? A penas lo conozco. Ay Leah, empieza a vivir, deja de preocuparte-me digo a mi misma.
-Leah!!, Leah!! Despierta.- escucho una voz a lo lejos.- Leah!!
Abro los ojos y es mamá.
-Hija, hay un chico muy guapo por cierto esperándote abajo, dijo que quedaron de verse, y te quedaste dormida desde que llegaste de la escuela, ¿te sientes mal?.
-Demonios, demonios, lo olvideeeee, dile que en 20 minutos bajo mamá.-me levanto súper rápido, ordeno mi cabello, me pongo un vestido floreado de vuelo color blanco, y me pongo unas balerinas color rojo, lavo mis dientes y mi cara y rápido paso un poco de polvo y rubor por mi rostro, me pongo rimel y un labial color vino. Bajo corriendo y salimos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 14, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La curiosidad mató al heterosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora