Eran las cuatro de la mañana. Una hora en la debería estar durmiendo, teniendo sueños castos repletos de caramelos y jovencitas con ojos de caleidoscopio. Pero se estaba masturbando. Mientras pensaba en su mejor amigo. Compañero de aventuras, poseedor de los ojos más bellos de este planeta. De la nada recibió un mensaje, uno de ese adolescente de ojos almendrados que le hacía ponerse exageradamente cursi. ¿Podría ser este un llamado divino?, tal vez debería dejar de toquetearse y conseguir un empleo y una relación estable. Tal vez.
Pero no. Esta no era una señal de Dios, era claramente satán el que lo estaba probando, tentandolo. "Quiero que me folles" decía el mensaje. Decidió llamar a su amigo y pedirle explicaciones.
Grave error.
James le respondió con la voz ronca. Balbuceaba incoherencias hasta que soltó : "estoy en la fiesta de Georgie y me siento muy solito, ¿podrías venir a hacerme compañía?" John tragó saliva. Su amiguito seguía despierto y con ganas de jugar.Se vistió y salió de su casa con una rapidez impresionante, estaba de verdad desesperado, corrió y corrió hasta la casa de George que quedaba tres calles más abajo. Llegó totalmente agitado y no saludó a nadie al entrar. No era necesario, todos estaban tirados en el piso, menos James. Él se encontraba en el sillón sosteniendo un vaso plástico con las dos manos. Cuando vió a John lo besó apasionadamente, dejando de lado su timidez característica. Lennon entendió que le estaba dando permiso para alocarse.
/Nota de la auto/
Aquí comienza lo malo 1313, decidí poner James en vez de Paul, si les molesta pueden cambiar el nombre cuando lean esta sidosa historia.
¡Besitos en el popín!
- Sofía.