Me Culpo a Mi

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No se en que momento deje que entraras, ni en que  circunstancia comencé a soñar con tu nombre, no me alcanza la razón para sentirte, no justo ahora.
Se me hace el alma pedazos al darme cuenta de que  no pude controlar mis  emociones en cuanto empezaste a tener efecto en mi y que  precisamente por eso en este momento duele tanto. Duele tanto que las palabras se me estancan en la punta de la lengua y no puede hablar mi alma que pide desesperada despeje y un nuevo rumbo.
No te culpo a ti por lo que está pasando,  a fin de cuentas jamás pasaste de leves caricias a mi ser las cuales tome como algo más grande,  tal vez sentí más de la cuenta con ellas y les otorgue un tamaño inexistente así que, que más da, la culpa no la hallo en ti ni en nadie más fuera de mí.
Me culpo  a mí  por pensar que esos te quiero significaban algo más que  un cariño amistoso, por pensar que esas llamadas poseían el mismo valor para ti que para mí,  por creer que cuando venias a verme era solamente porque  me necesitabas tanto como yo a ti, o por mal interpretar el sentido de nuestras extensas pláticas como algo tal vez un poco más que una amistad. Lo se la culpa la tuve yo por pensar que iba a lograr desaparecer cualquier sentimiento que seguia creciendo en tu interior hacia ella, pero me doy cuenta de que no te llene lo suficiente porque  volviste a quererla y aunque  trate de negarlo  duele, duele tanto que incluso se ahogaron mis ganas de querer verte y hablarte pero no puedo hacerlo, no puedo alejarme sin motivo aparente ante tus ojos,  porque de igual forma, tu eres inocente de  que ese pequeño acontecimiento causó en mi una angustiosa  tempestad que en estos momentos  se muestra incontrolable.
No soy capaz de dejarte tampoco aunque yo misma lo pida,  porque  se que me hará más daño tenerte lejos cuando no lo has hecho contra mi concientemente.
Solo espero que ella vea todas las cosas maravillosas que veo en ti, que ella le de tanto significado  a sus platicas como lo hago yo con las nuestras, que ame tanto tus visitas y llamadas como lo hago yo, y que cada te quiero que pronuncien sea sincero y pueda conducir su historia a un rumbo más allá.
Yo por mi parte estoy dispuesta a desprenderte de mi y a guiar mi rumbo hacia un lugar no tan distante del tuyo, porque  necesito seguir hablando y encontrándome contigo.
Se que el tiempo procederá a coser  con sus agujas las heridas de tu tiempo y por fin desprenderme  de lo que siento , pero por ahora seguiré encontrándome con tu nombre  en mis mas anhelados sueños y seguirá existiendo en mi el gran caos que siento al verte y sentirte.
Déjame quererte desde lejos aunque no sea siempre de la misma forma y repito las veces que sea necesario para entenderlo, me culpo a mí de la indeseable situación que tengo interiormente contigo.
Profunda e incontrolablemente, te quiero.

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