¿Que?

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El día de ayer me perdí dos clases, lengua y biología, hoy al menos trataría de estar presente en todas. La primera clase de hoy era historia, esta vez la maestra era una mujer llamada Carol, ella no era anciana como el profesor de matemáticas, al contrario, lucia muy joven y al presentarse dejo en claro que este era el primer curso que tomaba y que por favor fuéramos amables, -si Carol, claro que si- pensé irónicamente. Mediante transcurría la clase, recordé lo sucedido con el chico de ayer y me incomode, empecé a tratar de buscar su rostro entre los chicos del aula y efectivamente, ahí se encontraba, mirándome de reojo, como si el hecho de mirarme fuese  un delito o algo por el estilo, lo ignore, así como Greg me lo dijo, y al momento de girar mi cabeza me topé cara a cara con ella, Sussy, sabía que íbamos a la misma escuela, pero no tenía idea que tuviéramos alguna clase juntas, ella me sonrió y agito su manos de un lado a otro para saludarme, yo agité mi mano levemente para responderle a su saludo.
Al salir de clase de historia busque un nuevo banquillo para sentarme, esperaba disfrutar del clima fresco que había y estar sola un rato, deseando que no viniese otro chico a preguntar  estupideces. A los 5 minutos aparece Sussy, mostrándome una enorme y gran sonrisa.
-Hola Maddie, ¿Qué tal?- dijo, totalmente alegre y sin ningún tono de sarcasmo o alguna mala intención, últimamente debía preocuparme demasiado de las intenciones que tenía el resto hacia mí.
-Bien Sussy, ¿y tú?- dije algo decaída ¿y cómo no?, lo único que quería era ir a casa.
-Excelente, gracias por preguntar- exclamo, entregándome nuevamente una amplia sonrisa – Oye, estamos juntas en clase de historia, con la señorita Carol, ¿no es una gran coincidencia?.
No me digas Sussy, no lo había notado, pensé
-Oh, claro, no sabía que estábamos juntas, fue agradable ver un rostro conocido y amigable- bueno, eso si fue sincero, me alegraba tener a alguien “conocido” cerca.
-Sí, es maravilloso, será genial tener historia juntas…y, emm, ¿Qué clase te toca ahora?, es decir, a mi me toca lengua- pregunto Sussy, supongo que estaba entusiasmada pensando que quizás la otra clase la teníamos juntas. Saque mi horario del bolillo de mi chaqueta, estaba muy arrugado a todo esto, lo estire para examinarlo y puse una mala cara.
-Lo siento Sussy, pero ahora me toca algebra y luego ingles- respondí, en realidad no es que me importara demasiado estar con Sussy, pero al parecer a ella sí, y lucia amigable, “no seas mala con ella”, me repetí nuevamente.
-Oh, está bien- dijo ella, algo desanimada - ¿Te parece si después de clase vamos por una bebida?- mientras lo decía, se le iluminaba el rostro nuevamente, así que no tuve más remedio que asentir ante su propuesta.
Se me paso volando la clase de algebra, ya que pase la mayor parte durmiendo en la mesita que estaba anclada al pupitre, a demás, en el mismo salón estaba de nuevo ese chico, Bruce, creo que se llamaba, estaba en una esquina del salón, mirándome y comentándole algo a su compañero de al lado, lo ignore y simplemente dormí, pero juro que si sigue haciendo eso, o llega a causarme líos, se las verá conmigo.
A la hora del Break de la escuela me encontraba sola, al parecer Sussy decidió no aparecerse por ahí, así que solo disfrute de mi soledad y tranquilidad, a pesar de que nuevamente estaba ese chico Bruce mirando con cara de intriga o algo así.
La clase de inglés la hacía una profesora llamada Carmen, era bastante joven, aunque no tanto como la señorita Carol, de historia. A mí siempre se me ha dado bastante fácil el tema del inglés, no es algo que se me haga muy complejo, así que la clase, al igual que algebra, se me paso demasiado rápido, solo que esta vez no dormí, y me alivianaba el hecho de que Bruce no estuviera en esta clase.
Al finalizar la clase de inglés, guarde mi cuaderno y lápiz dentro del bolso color negro que llevaba a la escuela y lo colgué sobre mi hombro. Al salir por el umbral de la puerta vi a Sussy al lado del salón esperándome con una típica enorme sonrisa, al parecer característica de ella.
-Hola Maddie, ¿Que tal las clases de hoy?-
-Bien, nada fuera de lo común, supongo, ¿Y tú?- Trate de no sonar sarcástica, como siempre lo era.
-Todo increíble- Su sonrisa no salía de su rostro – El profesor de lengua es bastante guapo por cierto- Dijo mientras arqueaba las cejas una y otra vez, odiaba ese movimiento por el simple hecho de que yo no podía hacerlo, a demás, no es como que me importara lo guapo u horrible que fueran algunos profesores.
-Eso es estupendo- dije con un tono algo apagado.
-Anímate, vamos, te llevare a una fuente de soda fantástica, tienen sabores increíble y a demás podemos pedir algo para comer mientras conversamos, que se yo, unas papas fritas o pizza o lo que quieras, vamos- dijo Sussy sonriendo y entrelazando su brazo con el mío, solo la seguí.
Pasamos horas conversando de nuestra música favorita, películas, libros impactantes, todo eso mientras engullíamos un montón de papas fritas con kétchup acompañado de una soda de naranja, fue muy divertido. Hoy no me tocaba ir con Greg, así que me tome la libertad de quedarme hasta mucho mas tarde con Sussy, a ella no le importaba quedarse más tiempo y yo no tenia muchas ganas de llegar a casa para ver a mamá, así que solo disfrute mi tiempo ahí, es lo que Greg hubiese encontrado correcto ¿No?
Ahora si se me hacia tarde, eran las 9:35 pm, y ya no quería seguir quitándole tiempo a Sussy, así que pedimos la cuenta, que gracias al cielo no era muy caro, yo no andaba con demasiado dinero, pagamos y nos fuimos, cada una por su lado. Decidí ir caminando a casa nuevamente, no sé si papá fue a trabajar hoy, de no haber ido, quizá podría ir por mí, pero decidí no llamarlo y disfrutar mi tiempo sola.
Girando la esquina de la calle que daba a mi casa, vi un auto de color rojo intenso estacionado frente al portón de la entrada de auto de casa, me pareció extraño, ya que el auto de papá es negro brillante, no me apresure en ver quién era, ya que me daba igual tener alguna visita inesperada.
Estando a un par de pasos del automóvil, logre divisar a un hombre rubio, acompañado de una mujer de cabello castaño claro, se veía muy linda y feliz, se parecía a …
-¿Mamá?, ¿Qué diablos haces aquí?- dije con un tono entre duda y frustración, ¿Qué hacia ella allí con un hombre desconocido?, y sobretodo. ¿Quién rayos es él?
-Oh, hija, este… - Se bajo del automóvil y seguido se bajo el tipo que la acompañaba, no necesitaba decirme quien era, yo ya lo sabía, hice una mueca con el rostro acompañado de un gesto con la mano para insistir en que continuara con su excusa.
-Hija- Se aclaro la garganta – El es el Doctor Adam, es mi jefe, recuerdo haberte hablado algo de el- dijo algo nerviosa, entrelazaba los dedos de sus manos una y otra vez tratando de calmarse, mientras al mismo tiempo le empezaba a aparecer un tic en el ojo izquierdo.
Yo tenía los puños apretados, y las palmas me sudaban, sentía el rostro hirviendo de rabia, sentía martillazos dentro de mi cabeza y mi respiración se empezaba a acelerar, por dios, no, ¿Por qué ella haría algo así?
-¡Y qué!, ¡Acaso también eres su prostituta!- le grite enfurecida…Está bien Maddison, respira, ya encontraras tu dulce forma de vengarte, solo respira. Me calme casi al instante.
-Hija, no, Maddie, querida- intentaba excusarse mamá, mientras yo solo me daba media vuelta y entraba a casa dándole un fuerte portazo a la puerta principal.
Subí las escaleras y entre al cuarto de baño para darme una ducha de agua tibia, para calmarme y planear la forma en que me vengaría del estúpido Doctor Adam y creo que ya tenía el plan perfecto, recuerdo que mamá dijo que el estúpido de Adam tenía un perro ¿no?, ya veras, maldición.
Salí de la comodidad queme entregaba la ducha con su deliciosa agua tibia y pase directo hacia mi habitación, cerrando la puerta con seguro y procediendo a ponerme la camiseta que había dejado como pijama. Ya era demasiado tarde y mañana entraba a clases demasiado temprano, así que decidí dejar el plan de venganza para el día siguiente, ahora solo iba a descansar.
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-Sara, no es por ti – susurre- es por tus estúpidas actitudes de idiota- dije, mientras Sara estaba llena de mini-cortes en ensangrentados, recostada en el piso de una habitación que se me hacia familiar.
-Maddison, por favor, soy tu mejor amiga, ya déjame en paz, te lo suplico- decía Sara entre llantos y chillidos.
-No Sara, tu te lo buscaste, ya no eres mi mejor amiga, eres una zorra estúpida- Dije y agarre a Sara del cabello y realice un corte profundo en su cuello con una tijera infantil de punta roma, dejando el paso libre para que saliese la sangre…
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Desperté de golpe, abrumada, que rayos fue eso, empecé a tocar mi cuerpo asegurándome que todo estuviese bien y observando el lugar en que me encontraba, di un suspiro, aún estaba en mi habitación y ya era tiempo de levantarme.

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En la foto adjunta del inicio, muestra como imagino al Doctor Adam.

MaddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora