-¡¡¡Aaaah!!!-gritó. Me miró sorprendido como si no me creyera que acababa de pasar.
-Esto lo siento....-dije muy avergonzada.
Y el chico en vez de enfadarse conmigo se limitó a reír.
-Eso si que no me lo esperaba, ¿Quieres que te ayude?- me preguntó amablemente.
Yo me quedé unos segundos petrificada hasta que me di cuenta de a que se refería. Cogió todos los documentos y entró en clase con toda normalidad.
Le seguí aturdida.
La clase olía a productos químicos y pintura y el suelo estaba lleno de manchas de todos colores.
Dentro del aula también se encontraba un hombre mayor con barba. Llevaba un delantal manchado y unas gafas en la cabeza. Debía ser el profesor de arte o al menos lo parecía.
Se acercó a mí sonriente.
-¿Que desea?- me preguntó.
-Yo... vengo a dejar unos documentos que me han dado- logré decir. Señalé el pilón que ahora descansaba en una silla un tanto vieja.
-A sí, muchas gracias- me contestó. Miró al chico y le hizo un gesto para que se acercara. Durante toda la conversación se había quedado al margen pero sentía que me había estado observando.
Me lo quedé mirando curiosa. No era muy alto ni tampoco fuerte. Tenía el pelo muy rizado pero eso no escondía unas orejas puntiagudas.
El chico se acercó resoplando.
Yo, por mi parte comencé a apartarme pero el profesor me frenó.
-Un momento señorita...- comenzó a decir.
-Marta- contesté.
-Acérquese Marta, quiero que vea una cosa.
El hombre comenzó a buscar entre la montaña de dibujos que había traído y al cabo de unos segundos sacó uno de un paisaje en blanco y negro. Me lo dio.
-¿Que le parece Marta?- preguntó.
Me limité a encogerme de brazos.
Por un segundo mi mirada fue a parar al chico. Me miró con unos enormes ojos verdes pidiendo que dijera algo bueno.
-¿Es suyo?- pregunté dándole la vuelta a la hoja.
En ella había escrito el nombre de "Marco Díaz" y más abajo con bolígrafo rojo la palabra "nada".
-Eso quiere decir que el dibujo no transmite nada, o al menos eso es lo que piensa Rita- dijo el profesor quitándome el dibujo de la mano.
-Pero Raúl, el dibujo está bien, es bonito y transmite calma...- comenzó a argumentar Marco pero Raúl le hizo una seña para que se callara.
Se alejó un paso de nosotros dos y levantó el dibujó para que lo viéramos bien.
-¿Marta que te dice este dibujo?- me preguntó. -¿Que crees que el cuadro te quiere decir?
-Esto... yo no sé demasiado de pintura- comencé a decir pero la mirada de los dos hizo que me parara en seco.
Me incliné hacia delante para poder verlo mejor.
El dibujo en cuestión era un paisaje normal echo a lápiz. En él había un río y unos cuantos árboles. Había muchas sombras y en mi vida hubiera sabido hacer eso pero parecía un poco soso; como si hubiera estado pintado sin ganas.
-No soy experta pero es un tanto aburrido...-dije cohibida.
Miré a Marco que miraba su obra enfurruñado mientras que Raúl dejaba ver una auténtica sonrisa de vencedor.
-Ya lo has oído Marcos, debes comenzar a hacer algo diferente, que tenga vida y color.- dijo mientras se acercaba a él. Le puso una mano en el hombro y lo miró con un poco de pena.
-Lo intento pero no me sale.- contestó con la cabeza gacha.
De repente el profesor comenzó a reír sin ningún motivo.
Marco y yo nos miramos sin entender nada.
-Y ahora porque ríe...-dije a lo bajo.
Marco se limitó a sonreír.
-Suele hacerlo sin ningún motivo.
-Pero si tengo un motivo- dijo de repente Raúl-Ya sé que vas a pintar-me señaló con cara de satisfacción -vas a pintarla a ella.

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Amor y pintura
Short StoryMarco no le encuentra sentimientos al arte. Marta debe aprender a controlar los suyos. Cuando Marco deba dibujar a Marta para el trabajo de fin de trimestre se dará cuenta de la gran cantidad de cosas que tienen en común y en que está en su deber j...