Sólo basta echarle un vistazo a Yoongi sentado frente a mí para darme cuenta que el rubio no está disfrutando la cena, yo tampoco a decir verdad. Mientras Kaeun y Namjoon charlan de un montón de cosas a las cuales no presto atención yo sólo me dedico a remover la comida en mi plato sin mucho interés en comerla porque no soy mucho de comer mariscos.
Trato de evitar suspirar una vez más porque soy consciente que desde que llegué al restaurante lo he hecho ya al menos unas 30 veces en intervalos de tiempo muy cortos y sé cuánto le irrita a Kaeun que haga eso. Pero es que "mi cita" (o lo que sea que Yoongi fuera en esos momentos, da igual) tampoco hace las cosas fáciles precisamente.
Al principio, cuando lo vi sentado junto a Namjoon (muy guapo, por cierto. Tenía que darle créditos a Kaeun por ello) pensé que todo se trataba de un malentendido y en realidad su cita estaba del otro lado del restaurante y ella sólo había decidido saludar a alguien a la lejanía. Muy estúpido de mi parte pensar eso. No salí de mi estado de shock hasta que ella prácticamente me arrastró hacia aquella mesa y entonces me di cuenta de que el mundo (o al menos, por desgracia, el mío) era muy pequeño.
Para mí sorpresa, Yoongi hizo como si no me conociera y se presentó con un simple asentimiento de cabeza, murmurando su nombre muy perezosamente. No supe porque había decidido actuar como si no fuese su torpe vecina así que hice lo mismo y me presenté, como si nada. Después de aquel inicio tan incómodo, mantuve una breve charla con el tal Namjoon para probar terreno y saber si sería uno más de los que decepcionaría a Kaeun en la que me di cuenta que, de momento, era un tipo de fiar. Kaeun no mintió cuando dijo que era alto, caballeroso, inteligente, simpático y sobretodo, encantador.
Comparándolo con "mi cita"... ni hablar.
Mi querida amiga había tratado de que Yoongi y yo fuéramos participes de la plática que sostenía con Namjoon, sin mucho éxito pues de mí sólo obtuvo monosílabos forzados mientras que de Yoongi obtuvo un silencio absoluto. No lo culpaba, pues aquellos dos, Namjoon y Kaeun, se habían puesto a filosofear de la vida sin más y, al menos yo, me sentía incapaz de aportar algo lo suficientemente inteligente a su plática.
Así que aquí me encuentro, creo que, en la cita más incómoda que Kaeun había planeado para mí.
—Uhm, ¿Yoongi?—cansada ya de tan poca participación de su parte, decido tomar la iniciativa. Él voltea a verme con un gesto de fastidio y no puedo evitar sentirme un poco irritada al ser la única que realmente está tratando de hacer algo ante la incómoda situación— ¿Qué tal tu internet?
Inteligente. Shin Eunbin, la mejor aportando temas de conversación.
Él sigue mirándome con esa mirada suya tan exasperante que me hace querer aventarme por la ventana hacia las concurridas calles, pero simplemente espero de manera paciente su respuesta. No tengo nada mejor que hacer, de todos modos.
Sin embargo, Yoongi ni se molesta en contestar y esta vez no hago ningún esfuerzo para contener el suspiro número treinta y uno.
El resto de la velada transcurrió de ese modo; Yoongi ni siquiera se dignó a darme una mirada y se la pasó toda la noche mirando por la ventana.
Decir que estoy molesta por malgastar mi preciada noche de viernes de este modo, es poco. Tenía un grandioso capítulo de Goblin que ver y en su lugar lo único que pude ver esta noche fue a un -bastante- amargado rubio y a una parejita de tortolos pasándosela de maravilla a lado mío.
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Bad Mood; Min Yoongi
FanfictionMis ganas de golpearlo son equivalentes a mis ganas de abrazarlo.