Son las 2 de la mañana y aún continuo despierta, después de todo las pastillas no fueron de gran ayuda. Decido levantarme de la cama y salir lo más despacio posible de la habitación.
- ¿Jade? - Dice una voz a mis espaldas.
- -Mierda- Exclamo en voz baja.
Me doy la media vuelta y puedo divisar una figura a mitad de las escaleras, aunque soy vagamente consciente que es mi madre, eso no evita que pegue un salto al escuchar su voz.
- ¿Qué haces despierta tan tarde?, ¿No puedes dormir? - Pregunto mi madre con voz adormilada.
Cuando encendió la luz pude verla claramente, su pijama era un tanto sencilla, lisa y de un rosa pastel, mientras bajaba se acomodaba su bata rosada, sonreí al verla con sus ya famosas pantuflas de conejo, esas que le regale hace unos cuantos meses. Aun llevaba un poco de maquillaje en el rostro y su pelo recogido en un moño ahora despeinado.
-Solo salí por un poco de agua- Mentí.
No podía confesarle que hace más de un mes que no podía dormir, sumándole mi terrible resfriado que daba mi aspecto de muerta en vida.
Ella solo se limitó a mirarme y subió rumbo a su habitación, agradecía mentalmente que mi habitación estaba en la parte baja, escaparse no era tan complicado después de todo.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el tono de mi celular, la pantalla parpadeante se iluminaba con el nombre de Alonso.
- ¿Hola? - Dije en tono bajo mientras caminaba de nuevo a mi habitación.
-Llego en 5 minutos- Dijo la voz al otro lado de la línea.
Antes que pudiera decir algo más Alonso termino la llamada, me limite a hacer una mueca mientras arrojaba mi celular a la cama. Esta vez tenía que ser más silenciosa si no quería que mi madre bajase de nuevo.
Busque entre mi ropa unos jeans viejos, tome mi sudadera que se encontraba aventada en la silla arrumbada de mi habitación y mis viejos converse, cuando pase por el espejo no pude evitar detenerme, mi aspecto sin duda asustaba; mi cabello desaliñado y mis ojeras no ayudaban mucho sin mencionar que gracias al resfriado mi nariz estaba enrojecida y mi voz algo ronca.
Me limite a recogerme el cabello en un moño despeinado, eso era todo lo que podía hacer por mí, estaba contemplando mi reflejo cuando mi celular volvió a timbrar.
- Estoy afuera - dijo Alonso.
- ¿A dónde iremos? - Dije con mi tono más autoritario posible.
- Deja las preguntas para después ¿sí? - Su voz suena impaciente.
- Voy para allá - Gruñí frustrada y derrotada.
Guardé el celular en mi bolsillo trasero y salí de mi habitación. Confiando en mis habilidades caminé casi de puntillas a la entrada principal, con suerte no desperté a los vecinos ya que la puerta hizo casi una orquesta mientras la empujaba lentamente para salir.
En la entrada se encontraba un Volkswagen Polo de un color negro mate, estaba completamente nuevo y debo admitir que lucía bastante cuidado, de la puerta del conductor salió Alonso.
- ¿Te gusta? - dice con diversión.
- Vaya, ya no me dará penar salir contigo nunca más - bromee.
Me dedica una sonrisa torcida y sube al auto. Alonso es un chico apuesto, su piel blanca como la leche, labios carnosos y ojos con tonalidad miel siempre impresiona a las chicas sin mencionar que es bastante alto, mientras el luce sus 1.80 de altura yo voy por la vida con mis insignificantes 1.54, gracias a que es musculoso da una apariencia de alguien mayor a pesar de que los dos tengamos 19 años.
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Moonlight
Teen FictionJade esta apunto de dejar su vida de "niña buena" y comenzar a vivir de una manera mas arriesgada. Lo que parecía una idea inocente la llevara al derrumbe de todo lo que conoce. ¿Podrá salvarse ella misma o caerá en el abismo? "Aveces es necesario...