Hace muchos siglos atrás, las reglas del mundo eran bastante peculiares, y eso era gracias a los reyes que gobernaban cada país en aquel entonces. Uno en especifico tenia un Rey bastante curioso, tenia la reputación de ser amable y justo, los pobladores se sentían tan afortunados, tan beneficiados de tener tal Rey, y al igual que muchas personas, eso pensaba un pequeño niño de ropas azules, quien soñaba con convertirse en un fiel caballero para aquel Rey, seguiría toda orden que justicia que se le pusiera en todo, cada niño de ese país podía o no nacer con algún poder o bien, como algún ser de otra raza, podría decirse que en el país reinado por aquel Rey había casi de todo.
Angeles, Magos, Ninjas, Bestias, Demonios, Vampiros, por supuesto: Caballeros....
...Y Dragones.
No se supo cuando fue que el niño de nombre "Karamatsu" vivió en carne propia un ataque que se propino en el país, haciendo que varias personas quedaran a merced de los villanos y varios muertos, a tan temprana edad no podía entender las razones por las que aquellas personas atacan a un país tan tranquilo. Estaba solo, sus padres se habían perdido en el caos, o mas bien, él se perdió por accidente, quedando casi en peligro al estar casi en medio de todo ese ataque, solo logro ver a varias personas con alas extrañas atacar a aquellas personas, algunos tenían colas de varios colores, el ser joven no parecía ser problema para que el pequeño entendiera la situación, esas personas estaban defendiendo el pueblo, algo que le lleno de mucho orgullo del lugar donde residía, pero... vio como varias de esas personas terminaban heridas, entre la pelea Karamatsu logro salir de su escondite para encontrar otro mas seguro, pero en el camino vio al cielo, vio a varia a esas criaturas "escapar" quizá porque estaban siendo perseguidos salvajemente, entre una de esas criaturas, noto a una mujer volando con pánico con lo que parecía ser un niño en sus brazos, niño del cual parecía ser su hijo, Karamatsu al fin entendió lo que paso y quienes eran. –Estos son dragones... ¿No?- se dijo a si mismo, pero algo dentro de si lo lleno de preocupación al notar como esa mujer caía estrepitosamente al suelo luego de ser herida con una flecha en una zona vital, como por instinto y curiosidad fue a ver aquel sitio donde cayo, pero no se atrevió a acercarse, a pequeñas pisadas se oculto tras una pared, tanto humo no le dejo ver bien la escena, solo veía las 2 siluetas mas llantos del niño que llevaba en sus brazos, juraría que parecía de la misma edad que él.
Varias de las palabras que decía aquel niño eran la que él esperaba: "¡Mamá! ¡Por favor despierta! ¡MAMÁ!" Lloraba a más no poder.
Le dio un vuelco en el corazón, como además de recordarse que igual debía buscar a sus padres, esta situación podría con él, asi que decidio irse, no sin antes echar un ultimo vistazo a aquella escena, el humo había desaparecido un poco, dejando ver a un niño mirando a todas direcciones, como cuidando el cuerpo de su madre por si alguien se avecinaba, mas se le ocurrió mirar a sus espaldas, mirando fijamente a Karamatsu, quien le dio escalofríos al sentir esa mirada, una mirada de dolor y tristeza, aun se hallaban varias lagrimas en aquella mirada, pero lo que mas le atrajo, fueron sus ojos, aquellos ojos carmesí, tan fuertes como el fuego mismo, por alguna razón quería seguir contemplando a aquel niño, sus facciones eran parecidas a las de él, realmente eso lo pudo distraer en ese corto tiempo de guerra, pero escucho una fuerte explosión, lo cual lo saco de sus distracciones, corriendo al lado contrario con la misión de encontrar a sus padres, dejando atrás a aquel misterioso niño dragón, del cual mas que mirarlo con miedo, lo miro con curiosidad. Eso fue....extraño.
Mientras corría podría ver a lo lejos a aquellos caballeros que eran llamados para luchar por el país, esperaba de hecho que ellos solucionaran todo, después de todo esa era su misión ¿No?... pero aun como era un niño soñador, deposito sus esperanzas en ellos. –Definitivamente cuando crezca quiero ser uno de ellos...- Karamatsu aun no había desarrollado alguna habilidad, pero lo que si sabia era que le gustaba crear algunas melodías con cualquier cosa que se encontrara. , ¿Sera que su poder nacerá de la música? Eso y más era lo que pensaba, eso y más pensamientos muy dolorosos.
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"El fiel caballero"
RomanceEn un país del cual habitaba paz vivía un pequeño niño de nombre Karamatsu, quien tenia la idea de que la justicia siempre prevalecería en aquel país, mas una fuerte guerra causada por rebeldes del mismo azoto fuertemente en cada esquina, llevándose...