Especial - NamJin

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Era la época de vacaciones, pero no todos los alumnos podían disfrutar de ellas, mucho menos los que estaban a punto de salir del colegio y requerían orientación para elegir una carrera universitaria. Entre todos ellos estaba Kim SeokJin, alumno inscrito en la clase de creación literaria, tal como comprobó el maestro Kim Nam Joon tras revisar su lista que no sumaba más que cinco alumnos. En la actualidad los chicos se interesaban cada vez menos por la redacción, la escritura y el mundo de los libros, por lo que era difícil que alguien quisiera estudiar una carrera dedicada a ese ámbito. Por ello, el profesor Kim sintió cierta simpatía para aquellas cinco personas, pero en particular para una.

Aquel chico se le había vuelto casi una aparición, pues lo encontraba a todos lados a donde iba desde hacía año y medio, fecha en que el joven maestro ingresó al colegio para dar clases formales.

Namjoon era pésimo fisonomista, pero luego de dos meses o tres, podía reconocer a la perfección esos labios abultados y excesivamente rosas, casi rojizos, esos ojos grandes y alargados con los que se cruzaba cada vez que lo veía, y eso era muy seguido, por lo que, en varias ocasiones, incluso, había chocado de frente con él.

Ahora lo tenía sentado ahí mismo, justo enfrente, en la tercera butaca de la fila frente a la que estaba parado; podía notar que, para satisfacción suya, tenía toda la atención de ese chico que lo miraba, apoyando su brazo en la mesa y su mentón en la palma de su mano, la posición más cómoda para que su cuerpo no se cansara de lo que sus ojos jamás iban a hacer.

Mientras Nam Joon daba la introducción al curso e intentaba agradecer la confianza de los alumnos por elegir ese curso impartido por él, sus pensamientos comenzaban a decirle que estaba a punto de gravarse de memoria otra parte de la anatomía de aquel estudiante: Seok Jin. Y sí, sólo intentaba, pues sus palabras comenzaban a pausarse al salir, aunque él era conocido por su facilidad de dialogo, ya que su mirada se desviaba por debajo de la mesa donde Jin se encontraba sentado.

Ese short oscuro que perdía la formalidad del corte gracias al estampado de estrellas, dejaba a la vista una línea que el profesor Kim no podía ignorar y no era que no quisiera, pero le era bastante llamativa la forma en que esas piernas se abultaban al grado de parecer apretadas entre la silla y la tela que las cubría y, al mismo tiempo, las dejaba al descubierto.

-Bien, ya que somos tan pocos no hay necesidad de usar las bancas traseras. Señor Kim, al frente, por favor-. Comenzó a indicar al profesor, señalando el primer asiento de la misma fila para que Jin lo ocupara, cosa que no tardó en acatar, pues aquel joven tenía facilidad para atender a lo que aquel hombre dijera. -Señorita, Go, detrás...

Siguieron pasando las indicaciones hasta que tuvo a los cinco alumnos más cerca, a uno particularmente en su campo de visión y es que los alumnos eran los únicos que creían que aquel acomodo de lugares era por facilidad espacial, pues el profesor debería de admitir que lo hizo por deleitar un poco más sus pupilas con los bonitos muslos de uno de sus alumnos.


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Era el quinto día de aquel curso de orientación. Jin llegó muy temprano, a diferencia de lo que había hecho a lo largo de su formación en el instituto, pues ahora tenía un mejor incentivo. Gran diferencia había entre esa puntualidad y la de sus compañeros pues, al ser viernes, casi nadie iba a asistir, los otros alumnos se estarían preparando para ir de fiesta, restando importancia al compromiso que tenían con el profesor Kim. Jin sabía muy bien de eso, así que quiso aprovechar el momento, por eso guardaba una caja dentro de su bolso, el cual hacía juego perfecto con el short negro que esta vez iba vistiendo. Respecto a su vestimenta, era de lo poco que no hacía a propósito o no con alguno relacionado al profesor Kim, sino por el calor que hacía en esa época del año.

COLORS - YK | SuKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora