Te quiero como amigo

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Ya llevo casi 1 hora ahí sentada. Volvía a estar mojada y me estaba resfriando. Estaba pensando sobre lo que odiaba mi vida, cuando alguien me interrumpió.

Alguien desconocido: Hola... Me llamo Ízan.

Dijo con una sonrisa rara y extendiéndome la mano.

Yo: Que coño quieres.

Hizo una cara de incomodos, y se rascó la nuca.

Ízan: Esto... Yo... Yo soy el nuevo, el de Euskadi.

Yo: Ni puta idea.

Ízan: ¿Quieres mi paraguas?

Dijo con media sonrisa.

Yo: ¿Cómo? ¿Si quiero tu paraguas? ¿No ves que ya estoy empapada? ¡Puedes meterte el paraguas por el culo, gracias!

Las últimas palabras iban convirtiéndose en sollozos mientras las pronunciaba hasta que exploté a lágrimas y me tapé la cara con mis congeladas manos.

Ízan: Hey, hey... Perdón, perdón... yo... Esto...

Pobre Ízan, lo que peor le sentaba a un hombre era ver como una mujer llora, no saber cómo consolarla y pensar que era su culpa.

Ízan se agacho y con movimientos vacilantes puso una mano en mi espalda y me hizo un medio abrazo .Empezó a consolarme. Entre sus sollozos se oyó un sonido de abertura de puerta. Ízan y yo giramos la cabeza simultáneamente. Cuando vio a Ms.Höflich, la secretaria del director, me dejó y se tiró rápidamente atrás.

Ms.Höflich: ¿Pero que hacéis aquí?

Ízan: Yo...

Ms.Höflich: Tú debes ser el chico nuevo supongo. Bienvenido.

Dijo con una sonrisa de arrugas. Ms.Höflich ya tenía unos 86 años e inexplicablemente seguía trabajando en este instituto de mierda. Me quite los mocos y las lágrimas con mi manga.

Ms.Höflich: ¡Estáis empapadissimos los dos!

Intenté no hacer ningún comentario sarcástico, ya que después de todo nos estaba intentando ayudar. Nos dejó pasar a su oficina y nos ofreció un té. Mientras nos bebíamos el té Ms.Höflich se fue a buscar unas mantas para nosotros. Bebiendo el té e impregnándome del vapor que desprendía la taza, noté algo rozándome la pierna. Miré hacia abajo y vi a Ruffs, el gato atigrado de Ms.Höflich mirándome, seguramente dándome la bienvenida.

Yo: Hola pequeño...

Dije con una sonrisita, acariciando al bello animal.

Ízan: ¿Sabes que no te entiende verdad? ¡Suerte que yo Ízan Otegi Svensson, se hablar gatuno! ¿Sabías que soy hexalingüe?

Yo: ¿Qué? Primero, ya sé que no me entiende, Segundo, ¿te llamas Svensson de segundo apellido? , tercero, ¿qué coño? ¿Dónde has aprendido a hablar gatuno? ¡Yo también quiero aprender! Y último, ¿cómo es que sabes tantos idiomas?

Al acabar de pronunciar la última palabra Ízan estalló a carcajadas, y hasta ese momento no me había fijado en lo guapo que era, tenía un pelo negro, con espesos rizos, unas pecas esparcidas sin orden alguno y una sonrisa de las más brillantes. Ízan seguía riéndose tanto que me iba contagiando la risa, hasta que los dos no podíamos parar. En ese momento mi mente empezó a reordenar los sucesos. De repente vino a mi mente la imagen de Wattpad, más concreto una historia, que a la protagonista le pasaba exactamente lo mismo que a mí. No quería enamorarme ni nada por el estilo, quería ser un poco yo misma antes de tener que ajustarme a las necesidades de otro ser humano.

Ízan: ¿Qué pasa?

Yo: Es que, yo... Esto... No puedo. No quiero enamorarme, no quiero esto.

Dije gesticulando a mí alrededor. Ízan empezó a reírse de nuevo.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2017 ⏰

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