Cap. II

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Después de pasar la tarde nos fuimos a un concierto. Llenamos los momentos de risas y abrazos. Ni que decir tiene que la cerveza acompañó tanta alegria. Despues de tantas emociones, llegamos a un bar. Otra vez un bar. La gente se fué marchando. Mi novía hacía ya horas que se fué a su casa, pues la madrugada se nos iba a echar encima. Mi amiga y yo nos quedamos solos. Yo le estuve dando las gracias por lo de la noche anterior. Por un momento dejó su mirada fija en mis labios y me dijo en el tono más dulce que he escuchado jamás:

'Si te pidiera un beso, ¿me lo darías?.'

De nuevo se paró el tiempo. Mi mente empezó de nuevo a hacer sus cálculos. Aquello no estaba bien y ambos lo sabíamos. Y no por más...

'Claro que sí.'

Dije. Por ella hubiera hecho cualquier cosa. Se lo debía. Se lo merecía. Y sin más darme cuenta, me besó.

Ésta vez no preguntó, ni siquiera lo pidió, me dió lo que tanto tiempo atrás estuve deseando. Ambos lo deseábamos. Aquella noche terminó una preciosa historia de amistad para converirse en una historia de amor.

Ese fin de semana fuí a visitarla a su casa. Estuve cuatro dias pensando qué decir cuando la viera. Pero una vez más, ella tomo la iniciativa.

'No me preguntes lo que pasó aquella noche. Creo que no hay que darle importancia. Mejor olvídalo'

Así de simple. Y seguimos charlando de lo de siempre. Jamás dije tantas mentiras.

'Es mejor así'

Intenté convencermé a mi mismo. Lo intenté durante mucho tiempo, hastá que al final lo conseguí.

Sin duda era mejor así. Aquel fallo no pudo con nuestra amistad, con nuestras amenas conversaciones. Pero sí cambió algo: los silencios. Ya no me miraba a los ojos. Y a mi se me hacen eternos.

Yo nunca he dejado de mirarla a los ojos cuando me habla. Ella si consiguió convencerse del todo: ya no consigo ver en sus ojos aquella mirada, pero ella puede leer en los míos que sigo esperándola. Y eso sí que es una injusticia: esperar algo que no pasará. Si te abrieran las puertas del cielo, ¿no pasarías?. Yo las tuve que cerrar con mi propia llave; por ella. Porque, como ya dije, por ella hubiera hecho cualquier cosa, aunque fuera una injusticia.

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