12.

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Cada día las voces se volvían mas frecuentes, me estaba perdiendo en el recuerdo de mi vida años atrás, soñaba despierta con las caricias de ___ y por las noches podía jurar que sentía su presencia en mi habitación, pero nadie estaba allí. Después de mi hija no había nadie, y para colmo mi pequeña cada vez me hablaba menos, me estaba perdiendo a mí y a mi pequeña.

—Vamos preciosa, ha pasado mucho ya desde la última vez—Susurró la voz de Lucy.

Volteé asustada y me encontré con que nadie estaba allí.

—¡Maldita sea!—Grité lanzando una patada a la pared haciendo que cayeran varios cuadros al suelo.

Entre los cristales y las fotos de los tíos de ____ un pequeño papel se hizo visible. Me acerqué a tomarlo y gemí al cortarme, con la nota en las manos la leí en susurros.

Sigo aquí, aunque no esté siempre estaré, estaré del otro lado.”

Mis ojos se enpañaron y me aferré a ese pedazo de frase arrugado, a esa esencia de ella, yo sabía perfectamente quien la había escrito.

***

—¿Qué haces, mamá?—Pregunto Zafi acercándose a mí.

—Quemo recuerdos que no importan, mi amor.

Lancé otra foto de los tíos de ____ al fuego y ambas observamos como ésta se consumía lentamente en una danza de despedida y el humo desaparecía por el conducto hasta salir de aquel hogar y dispersarse en el aire poco a poco.

—¿Quienes son ellos? —Preguntó.

—Gente mala, gente que daña, sus almas estaban negras de la maldad.

—A veces la maldad se puede ir, podemos limpiarla y convertir el carbón en oro.

La miré por varios segundos y medité.

—Puede ser—Susurré—Puede ser.

La acerqué a mí y la senté en mi regazo.

—¿Tú sabes que te amo?—Pregunté.

Ella asintió con una sonrisa.

—Y sabes que me importa tu opinión para mis decisiones, ¿No?.

Frunció el ceño antes de asentir.

—Pues... Me casaré con Lucy—Dije bajando la voz—La próxima semana.

No pude descifrar lo que pasó por su cabezita los segundos que se mantuvo en silencio, solo sé que mi corazón se aceleraba gracias a la ansiedad por su respuesta.

—¿Y bien?¿Qué te parece?—Pregunté un poco dudosa.

—Ella no ocupará ese agujero—Respondió molesta.

—¿Qué?—Dije confundida.

—Ella nunca será ____ Herdt, aunque lo intentes no puedes cambiar un diamante por una piedra, mamá me lo dijo—Se levantó y me miró molesta—Mamá le dará su merecido, verás que reclamará lo que es suyo, y si quieres que te reclame no la traiciones.

Me atraganté con aquellas palabras, me puse de pie y respiré profundo antes de contestar:

—Ya no existe tal diamante, ya no está, y no volverá, debo dejarlo atrás y seguir con mi vida, no se puede esperar la nieve en un desierto.

—¡Mamá volverá!.

—¡Mamá está muerta!¡Mamá nos dejó solas y no volverá, ella nos destruyo, destruyó todo lo que tenía!—Grité entre lágrimas —¡Ella no merece volver!.

La pequeña me miró en silencio con los ojos llenos de lágrimas, cerró los ojos, contó hasta cinco y salió corriendo a su cuarto. Me rompí en llanto y caí de rodillas sintiendo el frío suelo contra mi piel, si entiendo el frío dolor contra mi alma.

Así pasé horas, no fui capas de medir el tiempo, pero pasó mucho antes de que fuera capás de pararme sobre mis piernas. Caminé hacia donde Zafi debía estar, golpeé su puerta pero nadie contestó. Al entrar nadie estaba allí.

—¿Zafi?.

Nadie respondió.

—¿Zafi?—Dije más alto.

Tampoco hubo respuesta.

Revisé cada metro del apartamento pero no había rastros de ella, con un desespero de los dioses bajé a recepción y exigí ver los vídeos de las cámaras de seguridad.

—Mierda—Maldije al ver lo que había hecho.

Salí de allí y fui directo a mi auto para buscarla. Habré pasado horas para recorrer todos los lugares en los que podría estar, alerté a la policía y pedí a todos lo empleados que la buscaran.
Once y media p.m y aún no habían rastros.

—¿Por qué? ¿Por qué tú también me dejas?—Sollocé—Eres lo único que tengo, no me dejes...

Dejé caer mi cabeza contra el volante y cerré los ojos.

—Solo necesito una señal, una pista.

Alguien golpeó mi ventanilla, levanté mi vista y mire a la mujer encapuchada.

—¿Sabe para dónde queda la playa, señorita?—Preguntó con suavidad.

—Diez cuadras hacia adelante y dos a la derecha, luego tomas por Guidaí y llegaras directo.

—Oh, Gracias—Dijo con dulzura—Es una hermosa noche para la playa.

—Si, hermosa.

Cerré mi ventanilla y comencé a manejar en busca de mi niña, me detuve en el semáforo y por el retrovisor vi a la mujer caminando hacia la playa con mucha gracia.

—Es una hermosa noche para la playa —Repetí con molestia.

El semáforo se tornó verde.

—¡Es una hermosa noche para la playa!—Dije excitada.

Giré bruscamente el volante y manejé con velocidad a la playa, a esa playa.
Bajé del auto mientras rezaba a todos los santos y miraba a todas partes.
A lo lejos la vi, vi a mi niña sentada frente al mar. Su cabello castaño ondulado danzaba con la brisa y su mochila de panda la abrazaba ante el sentimiento de soledad.
Corrí, corrí como si mi vida fuera en ello, y al estar a su lado me detuve súbitamente. Me detuve a contemplar esa esencia de ___ que había en ella.

—¿Mamá?—Dijo con la voz quebrada y se lanzó sobre mí.

La aferré a mi cuerpo con tal fuerza que no era humana, lloré de alivio al sentir la caricia de sus brazos con los mío.

—No me dejes, si tú te quedas, ____ no se irá.

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Y aquí otro cap, lamento la demora, aún sigo un tanto complicada. Cuentenme que les parece, las quiero :3

Att:Sofi:3

Cerrando Heridas(Demi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora