Las cosas no podían ir mejor entre Lilian y yo: hablábamos todos los días, la veía en formación, subíamos juntos al salón y sinceramente los trabajos en equipo eran geniales a su lado; claro que yo era el único que trabajaba.
Llegaron los días de evaluación de nuevo y como por arte de magia las notas de Lilian eran de las más altas del salón, por fin ella lo había logrado, ya no tendría que temer por que los maestros le llamaran la atención y algo por estilo. Fui hacia su lugar para felicitarla pero ya había varios de sus amigos rodeándola y preguntándole cómo había podido levantar su promedio tan rápido, ella sólo sonreía y decía:
-Es un secreto, mi secreto
Volteandome a ver de una manera un tanto compasiva, me sonrojé y decidí ir con mis amigos.
Primero me acerqué con Pepe para saber si había pasado el examen, él estaba tirado sobre banca y a su lado Aidé; ambos hechandose la culpa por el mal examen que habían hecho:
-Te dije que debíamos estudiar más...-dijo Pepe
-¡No es mi culpa, sabes que teníamos que buscar un vocalista para la banda!- exclamó Aidé en un tono muy fuerte
-¡Eso puede esperar! Primero están los estudios
(Suena una cachetada)
Aidé había golpeado a Pepe durante un tiempo, pero hacerlo dentro del salón estaba a otro nivel. El salón lo sabía, sabían que ellos eran una pareja un tanto problemática, pero Pepe no ameritaba ningún golpe.
José salió del salón con lágrimas en los ojos y Aidé tras de él.
Juanfran se acercó a mí e hizo un pequeño comentario.
-Ya deberías saber cómo está la situación-
-¿Tienen una banda?- exclamé
-Algo así, año con año se realiza una guerra de bandas en el colegio y Aidé quiere que participemos, pero nadie quiere ser el vocalista- contestó Juanfran
-¿Y por qué no se animó a preguntarme a mí?-
-¡Porque andabas vuelto loco con Lilian claro está!- Dijo Fátima, metiéndose de mala gana a la conversación. -Ellos no querían que desviarás tu atención de aquella chica, te ves tan enamorado de ella que simplemente quieren verte felíz.-
-Al final de todo no podemos culparte Milán, Lilian es la chica más bonita del salón- dijo Juanfran y al terminar su frase Fátima le dio un golpe en la cabeza y con tono irónico dijo:
-¡Que no se te olvide a quien llevaste al baile de bienvenida Juanfran!-
Solté una carcajada y Fátima continuó.
-¿O acaso sigues enamorado de ella?
-¡Fátima! Milán está aquí...-
Justo en ese momento mi mente comenzó a detenerse así como el mundo que me rodeaba. Juanfran el chico más guay del colegio estivo enamorado de Lilian, eso prácticamente me dejaba en 0's, yo nada podía hacer junto a aquel modelo juvenil, prácticamente yo era un 0 a la izquierda a lado de aquel majestuoso 100. Dentadura perfecta, musculatura prominente, un afro muy marcado y un sentido del humor tan desarrollado que podía hacer reír hasta las rocas. ¿Quién era yo a lado de aquel “hombre perfecto”?
-Que tiene de malo, que se entere que tu estabas vuelto loco por ella [...]-
Interrumpió Juanfran
-¡Pero ella no de mi! Solo se aprovechó ¿Contenta?- Reclamó
Algo no sonaba bien,¿Lilian aprovechándose de alguien? Eso debía de ser un error muy grande, una niña tan dulce y linda como ella no pudo haberse aprovechado de Juanfran que es todo un caballero, o ¿será acaso que Juanfran fuese su novio misterioso?.
-Se aprovechó de lo que yo sentía por ella y ahora que ya lo he superado puedo seguir feliz con mi vida- Dijo en un tono algo decaído.
-¿Acaso fuiste su novio?- pregunté temeroso
-Nada de eso Milán, alguna vez quise serlo, pero jamás tuve la oportunidad, muchos han querido salir con ella pero antes de llegar lejos Lilian simplemente los rechaza, a mi me rechazó y tuve que seguir adelante-
-Pero tu dijiste que ella te utilizó, ¿a qué te refieres con eso?- volví a preguntar
-Sólo te diré que no te ilusiones, Lilian es una muy buena amiga, pero si descubre que eres un pretendiente posiblemente se deshaga de ti al igual que hizo con los otros- respondió en un tono demasiado serio.
Las horas siguieron avanzado, no sabía que hacer o pensar, aquellos comentarios habían movido por completo mi panorama de Lilian, no quería que aquello me alejara de mi meta de poder siquiera pedirle una cita como pretendiente, pero después de escuchar los comentarios de Juanfran mi cabeza había quedado demasiado revuelta, Lilian, la chica de las pecas, aquella que había dado un pequeño golpe de luz a mi vida no era más que una chica que jugaba con los hombres y los dejaba ir, que cambiaba su manera de ser para que todos se alejaran de ella.
Como si quisiera que nadie le hiciera daño...
¡Exacto! ¡Quizás ese era el problema! ¡Nadie conocía a la verdadera Lilian y por eso es que ella los trataba de esa manera! Quizás ella quería que se enamorarán de la verdadera Lilian y no de lo que ellos creían que era Lilian.
La campana sonaba y yo había tomado la decisión de acercarme a la verdadera Lilian ó mínimo lo que yo creía que era Lilian. Al final del día me acerqué al portón para esperarla y poder hablar con ella pero simplemente nada, era como si ella se hubiera desvanecido, pasó junto a mi y era como si el tiempo que hubiésemos pasado simplemente se hubiese marchitado, nada de nada había ocurrido entre nosotros.
Me pregunté que iba a hacer , simplemente nada se me ocurría, yo quería ir tras ella pero algo dentro de mi decía que era una muy mala idea. Decidí no hacerme caso y corrí tras de ella y finalmente cuando estuve a una distancia aceptable la tomé del brazo.
-¡Dejame!-
-¡No te pienso soltar hasta que me digas qué sucede!-
-¡No sucede nada, estás loco!-
Y cierto, quizás nada sucedía, sólo eran inventos de mi imaginación, pero mi mente estaba confundida en ese momento, tal vez había vuelto a ser aquel chico inseguro de antes. (Solté su brazo)
-Felicidades...- dije en un tono desanimado
-Gracias- Respondio de mala gana
-Perdón, no sabía lo que hacia-
-Sólo... Sólo hablemos mañana ¿está bien?- dijo ella y finalmente se alejó para tomar un taxi e irse...
No sabía bien lo que pasaba, no siquiera podía ligar una frase o siquiera pensar en alguna posibilidad, de ser mi amiga cercana, pasó a ser una total desconocida...
Nunca hubo un mañana, los días siguieron su curso y de una noche a la otra nuestra relación (la cual a mi gusto parecía la más sólida del mundo) tuvo un giro inesperado. Como en toda historia donde el hombre se enamora llega ese dia donde todo se viene abajo. Los cielos se volvieron grises, sus risas se fueron volviendo cada vez más lejanas y sus ojos ya no tenían ese brillo que a mí me fascinaba ver, poco a poco ella se distanciaba de mí y yo en ese momento no tenía respuesta para aquel problema hasta que finalmente un 25 de octubre en la noche ella llamo a mi móvil, todo ocurrió de una manera desconcertante, nunca en mi vida me había llamado al móvil, siempre que queríamos algo esperábamos hasta el día siguiente, pero esa noche no, esa noche ella no pudo esperar para decirme que ya alguien había entrado a su corazón.
