Torino, Italia. (2014).
El ruido es fuerte, pero la música logra cambiar mi estado de ánimo o quizá sea el efecto del alcohol en mi sangre. Por el motivo que sea, esta noche me siento bien, no hay nada que pueda perturbarme, ni mi perfecta hermana que juega a ser mi madre, ni mi amada abuela que se cree mi hada madrina.
Aunque para ser sincero, ella puede cumplir todos mis sueños, menos el de decirme dónde mierda está la puta que me trajo al mundo y me abandonó.
Mi abuela nunca habla de ella, y desde los diez años dejé de preguntar por ella. No es que me haya hecho falta mi madre, mi nonna ocupó su lugar de forma perfecta, no hay nadie mejor que ella en este mundo y creo que es la única mujer a la que realmente respeto... bueno, también está Sophia, aunque mi hermana siempre trata de colmar mi paciencia.
Una de las chicas que ha traído Raffaelle a la fiesta se mete una línea y juro por mi santa abuela que desearía acompañarla, pero ya he estado jodido con las drogas y no quiero volver a eso.
Durante muchos años inhalé toda la porquería que había en el mercado, estuve a punto de llegar a un nivel superior si no hubiera sido porque mi nonna casi muere por mi culpa.
¡Mierda!
Recordar eso no es tan divertido ahora, ver a mi nonna desplomarse frente a mí fue la cosa más horrible que he vivido en mis casi 32 años y no fue para menos porque si hay algo a lo que realmente le temo, es al hecho de perder a esa mujer.
Mi vida se iría a la mierda sin ella.
—¿Estás meditando? —Me pregunta Raffaelle mientras observa a su amiga drogándose—. ¿Te vas a pasar la noche sentado?
Miro de nuevo a la mujer junto a mí y me levanto.
—No te unas a su fiesta —le advierto a Raffaelle, él ríe.
—El papel del hermano mayor, es mío... no me jodas —responde mi mejor amigo.
Su amiga me sonríe con demasiado entusiasmo, pero sé que no debo involucrarme con ella, pues, aunque parezca tener las cosas claras, estoy seguro de que es de esas chicas que te dará su número esperando que llames, de esas que hasta se imaginará casada contigo.
Ridiculeces femeninas, fantasías sin sentido, sueños estúpidos que yo jamás haré realidad con una mujer.
Desde que era un niño supe que yo no iba a casarme, ni siquiera iba a tener novias y estoy cumpliendo con mi palabra. Jamás he tenido una, aunque claro, me he follado a media Italia, pero jamás he tenido una cita, jamás he regalado flores y menos he llevado a nadie a casa.
No creo que encuentre a la mujer de mi vida en una noche de sexo, y si lo hago estoy seguro de que ella no querrá volver a verme después de dejar dinero a cambio de su compañía. Por eso suelo marcharme cuando ellas entran al baño para asearse pensando que pasarán la noche entre mis brazos.
ESTÁS LEYENDO
Después de Ti
RomanceSinopsis: Después de la muerte de su madre, Daniela acepta viajar a Italia para conocer a la familia de su padre, sin imaginar que aquel viaje la pondría en el camino de Christopher Baccherelli, un patán con honores que haciendo alarde de su mala fa...