Padres casamenteros - Prólogo

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Sobre la estufa recién apagada, la olla de curry reposa humeante al ser destapada, de inmediato un delicioso aroma se esparce por el cuarto de cocina. La degustación final es todo un éxito, el rostro maravillado y complacido de Miko Shibuya así lo demuestra. El delicado tintineo metálico anuncia que la prueba de sabor ha terminado, todo está listo.

La hora que marcan las manecillas en su reloj de mano le indican que aún falta alrededor de media hora para que los demás habitantes de la casa hagan acto de aparición y así comenzar con la cena familiar. El curry de esta semana incluye una nueva innovación suya.

El siguiente aspecto a considerar en su lista mental de un sábado perfecto involucra un confortable sofá, una sala completamente a oscuras a penas iluminada por el brillo resplandeciente del televisor encendido y su más reciente programa favorito de fines de semana a punto de dar comienzo.

Una vez ya instalada cómodamente en el alargado y mullido mueble, luces y formas de distintos colores y tamaños cobran vida en un interesante espectáculo tras la pantalla mientras son acompañados de la música correspondiente al intro del tan esperado programa sabatino, un reality show que ha causado furor entre la audiencia femenina incluso antes de su fecha de estreno.

Un débil tarareo inconsciente brota de los labios de la entretenida madre de familia, la letra de la música es bastante pegadiza como para no intentar cantarla. Por fin, el objeto de su interés muestra el nombre de su entretenimiento nocturno de una vez a la semana y con ello se da paso a un nuevo caso como en cada fecha de transmisión.

La matriarca de la familia Shibuya mira atenta al capítulo que se desarrolla esta noche, los participantes de hoy son personas en pleno apogeo de su juventud, los rasgos faciales y características generales de ambos jóvenes dejan en claro que no pertenecen a este lado del globo terráqueo. ¿Una nueva estrategia para obtener mayor sintonía? Quizás, en la industria de la televisión todo es válido.

Sea lo que es, no puede negar que esto le da un toque más entretenido al episodio de ahora. El programa en sí es una versión moderna y occidental del tradicional y anticuado omiai japonés.

Unir la vida con la de un completo extraño seleccionado por los padres para subir al altar, sin un romance previo, suena a tradición del siglo pasado. La vida de ahora ya no es como lo era antes, el porcentaje de matrimonios concertados en Japón ha disminuido considerablemente y hoy en día parece más un mito que una costumbre.

Pero es exactamente eso lo que ha llamado la atención de la mujer de cabellos castaños y muchas otras mujeres, eso y el último anuncio antes de que el programa dé por finalizado la transmisión de hoy.

De forma consciente o no, en la cabeza de la madre de familia japonesa un meticuloso plan se va elaborando a una rapidez increíble. Miko sonríe para sí misma.

Padres Casamenteros [Kyou Kara Maou! / MaruMa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora