Como un amor joven, pero...

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Los días pasaban en la casa de los Kim. Eran las vacaciones de invierno, pero estaban prontas a terminar.
Cada tarde, Tae salia a comprar con Jeon, para mostrarle los lugares que a él le gustaba visitar. Jeon no era un niño que saliera mucho, pero al estar acompañado de su nuevo hermano mayor, lo hacía todo muy divertido.

Caminaban al lado de un bosque, como de costumbre, cuando Tae salió corriendo. Jeon lo siguió apresurado.

-¿Sabes qué es una piña?. -Preguntó Tae tomando algo del suelo
- Sí. Es una fruta. 
- ¡No, no, no! Niño de ciudad. -Dijo como un gran conocedor. -Esto es una piña. Es la semilla de un pino; ese árbol de allí.

Jeon miró asombrado hacia el árbol que apuntaba Tae; pero más le asombraba todo lo que sabía su hermano.

- Así es hermanito. Yo te enseñaré todo lo que debes saber de la vida. -Dijo Tae, a lo que Jeon dejó escapar una risita tímida.
- Está bien, hermano.
- ¡Espera!. -Le gritó frunciendo el ceño como si estuviera enojado. -¿Por qué te ríes? Aunque me gusta verte reír.
- Es que solo nos llevamos por 2 años; no eres tan grande. -Dijo Jeon, sonriendo.
-¡¿Cómo que no?!. -Exclamó y comenzó a revolotear el oscuro y hermoso cabello de Jeon.

Los chicos volvían tarde a casa, un día como siempre,  y encontraron que las luces se hallaban apagadas.

- ¿Qué pasa Tae?. -Preguntó Jeon, agarrando la camisa de su hermano con fuerza.
- Tranquilo hermanito, yo te protegeré. Le respondió agarrándole la mano. -Quédate atrás mio.

Cuando Tae abrió la puerta, no encontró a nadie. Se dispuso a prender la luz cuando de pronto de la nada gritaron.
- ¡Sorpresa!. -Se abalanzó el Señor y la Señora Kim, quienes se encontraban tras la puerta.
-¡¿Qué hacen?!. -Exclamó Tae con el corazón a mil revoluciones.
- ¡Pero si es tu cumpleaños!. -Dijo la señora Kim.
- Eso ya lo sé. Y ustedes saben que no me gusta celebrarlo. -Les contestó un poco molesto.
- Lo sabemos; por eso tenemos una sorpresa para ti. -La Señora Kim le pasó el pastel a el Señor Kim, y se dirigió a la cocina, desde donde volvió con un pequeño cachorro blanco.
- ...Es... -Intentaba hilvanar una oración el niño.
- Es la hija de Sunmi.

Tae Hyung tomo en sus brazos a la pequeña cachorra, mezcla entre Jindo y Poongsan.

- ¿Es realmente su hija?. -Preguntó a su madre, con los ojos ya cubierto de lágrimas.
- Sí, es su hija. Tu abuela la cuido todo este tiempo y creyó que tú eras el indicado para cuidarla.
- ¡¿Escuchaste eso?! ... -Tae volteo a mirar a su hermano, pero él ya no estaba. -¿Jung kook?.

Al momento en que Tae se dio cuenta de que Jeon no estaba, él ya se encontraba corriendo a toda velocidad al lugar que creería encontrar a su hermano.
Tae salio presuroso con la cachorra en sus brazos, sin siquiera decirle a su Madre hacia donde se dirigía.

Jeon se hallaba en cuclillas, escavando entre hojas secas tiradas sobre el suelo, al momento que Tae lo encuentra.

- ¡Jeon Jung Kook!. -Le gritó

El chico, volteó asustado al escuchar su nombre exclamado por la voz de su hermano.

- ¿Cómo es que me encontraste?.
- ¡Estúpido! ¡Yo soy quien debe hacer las preguntas! ¡¿Qué haces aquí?! -siguió gritando, aunque ahora mas calmado.
- Yo estaba... -De pronto ocultó algo que tenia en su mano, tras su espalda.
- ¡¿Qué tienes ahí? - se acercó a Jeon, aún con el cachorro en sus brazos, y puesto que tenía mas fuerza, se lo quitó. Al verlo, exclamó - ¡¿Una piña?! ¡¿No podías esperar hasta mañana que te buscara una!?

Jeon comenzó a refregarse los ojos.

- ¡No es eso! Es que tu...
- ¿Que yo?.
- No me dijiste que era tu cumpleaños... Y yo quise buscar... -Su voz se escuchaba temblorosa, estaba a punto de llorar.
- Me quieres decir que saliste corriendo de la casa sin avisarle a nadie ¿solo por una piña? ¿Qué tan tonto eres niño de ciudad?. -Le dijo con un tono de voz distinto, algo más cariñoso. -Mientras tu estés ahí, no necesito nada mas.
- Pero hermano...
- ¿Qué pasa?
- Quiero darte un regalo...
- Esta bien con esta piña que encontraste.
- ¡No! ¡No está bien!. -Le dijo haciendo un tierno puchero.
- ¡Bien, bien!. -Dijo intentando no reír al ver su cara, que mas que enojada, se veía tierna. -Déjame ver. ..¡Ya sé! Ponle nombre a la cachorra.
- ¿Yo? -Se apuntó así mismo
- ¡Claro! No hay nadie mas ¿o si? Vamos, elige. -Le dijo mientras le pasaba a la cachorra y comenzaba a caminar en dirección a su hogar.
- La verdad es que no lo sé, no soy muy bueno en esto.
- ¡Yo sé que puedes!
- ... Soonshim...

Tae tomo la mano de Jeon, y comenzaron a caminar. De pronto, miro a su hermanito con una sonrisa.

-Está bien. Ese será su nombre, Soonshim.

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