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Antes de que Anna pudiera decir que no, Julia respondió.

-- ¡SÍ! un placer, Nick -- se levantó  con una sonrisa en el rostro y lo saludó con un beso en la mejilla -- soy Julia.

Luego Tris se puso de pie y se presentó ante Nick.

--Y tu que dices Anna, ¿Los acompañas? -- dijo la monja con un tono serio.

-- Sí -- se levantó y forzó una sonrisa.

-- Después del recorrido del sector de chicas vienes al despacho de la señora Dolores, donde esperaras a tus padres -- la monja se fue sin decir más, ni esperar respuesta.

No obstante, un silencio incomodo se posó en el aire.

-- bueno,  vamos -- Tris rompió el silencio y empezó a caminar hacia adelante -- como puedes ver,  aquí es el patio -- anunció.

-- Sí,  me di cuenta -- el chico lanzó una pequeña risa -- ya recorrí abajo,  ¿Podemos ir a la segunda planta?

-- claro,  vamos.

Los cuatro adolescentes entraron a la puerta que conducía al comedor.

Este tenía una gran mesa que ocupaba casi todo el comedor. Había unas cuantas sillas y encima de la gran mesa se posaban los cubiertos.

La pared era color beige y celeste. Sin ningún cuadro colgado -- lo que hacia un ambiente un poco aburrido-- . A pocos metros de la puerta donde se conectaba al comedor con el patio, se hallaba una ventana con vista hacia el patio. Junto a otra puerta que conducía a la cocina, había un estante con vasos,  platos y cubiertos.  Este lucia desgastado y parecía tener varios años en el edificio.

Se dirigieron a un pasillo que conectaba al comedor con la puerta principal del orfanato y las escaleras para ir a la segunda planta.  Se dirigieron a las escaleras y comenzaron a subir.

--  ¿Siempre separaron a los chicos de las chicas? -- preguntó Nick con intriga.

-- No, fue el año pasado cuando Cristina y Max tuvieron relaciones sexuales en el baño. Larga historia -- le respondió Anna,  mirándolo --

-- Que asco -- rió -- 

Cuando llegaron a la segunda planta, Tris siguió con la guía.

-- Bueno,  aquí,  en esta puerta -- se acercó, la abrió y la cerró rápido - es el baño de mujeres -- sonrió -- obvio que no vas a ver el interior.  Continuemos.

Nick se hecho a reír.

-- Es una persona simpática -- murmuró Julia a Anna.

-- Parece serlo.

Continuaron caminado un poquito y se encontraron con otra puerta.

-- Y ésta es la habitación en las que todas dormimos --  Tris la abrió y entraron -- la llamamos La Gran Habitación.

Era una habitación gigante, a ambos lados de la puerta había dos grandes closets de madera,  seguro para poner sus pertenecías.

-- Si que es grande -- dijo Nick observando el lugar.

-- Sip, vale,  vamos -- contesto Tris.

Finalmente salieron de La Gran Habitación y se dirigieron a la última puerta que estaba al final de un pasillo.

-- Y del otro lado de esta puerta esta el sector de los chicos. 

-- ¿Podemos ver? -- preguntó Nick.

-- No nos dejan, además, seguro que te llevarán allí y unos chicos te darán el recorrido --

-- Ha vale... Ya tengo que ir al despacho.

-- ¿Te acompaño? --  preguntó Anna con aclaridad en su voz --

-- Claro -- le sonrió.

-- Gracias por el recorrido, chicas.  Espero volver a verlas pronto.

Nick y Anna empezaron a bajar las escaleras.

Anna no sabia si se quedaba o no y eso le causaba mucha intriga,  lo que hizo preguntarle:

-- ¿Y por qué recorres el orfanato?

-- Porque mis padres ya no pueden cuidarme y quizás me quede aquí -- murmuró triste.

-- ¿Y no tienes familiares?

-- Mis padres son únicos hijos y mis abuelos ya murieron.

-- Lo siento... no quise...

-- No, está bien.

Anna vio de reojo al chico,  que estaba con lágrimas en los ojos pero que salían de ellos.

-- Todo va a estar bien, Nick -- apoyó su mano en el hombro duro y firme,  pero al percibir lo que hacía la sacó de inmediato.

-- Eso espero -- dijo con tono flébil.

Anna se sintió culpable al saber que casi hizo llorar a un chico que apenas conocia.

Continuaron hasta su pequeño destino en completo silencio. 

Cuando llegaron a la puerta del despacho ambos se pararon frente a ella.

-- ¿Tus padres están aquí?

Al recordar lo que le dijo Marta a Nick, se sintió un poco torpe.

-- No,  más tarde vienen a buscarme.

Se quedaron en silencio.

-- Tengo que entrar  -- dijo finalmente --

-- Cierto,  nos vemos pronto.

Sin dudarlo, Nick se acercó a Anna y éste le dio un beso en una de sus mejillas.

-- Adiós.

La morocha se quedó parada sin decir nada y Nick entró al pequeño despacho.

En momento que Nick entró al espacio reducido y cerró la puerta  Anna hizo una sonrisa tonta.

¿Juntos? 《Nick Robinson》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora