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Narrador omnisciente: 

4 de noviembre de 2002
21: 20.

Era una noche lluviosa y una madre estaba llorando en su cama con su pequeña bebe de dos días en sus brazos.

-- No te quiero dejar mi niña -- le dijo acariciándole su suave mejilla.

De pronto apareció un hombre, con una pistola en la mano,  que debía ser el esposo de la mujer y padre de la pequeña.

-- Ya es hora --se acercó a la mujer y apoyó el arma en la cabeza.

La mujer le suplicaba que no en voz baja.

-- Voy a contar hasta tres, si no te levantas de esa cama te mataré --dijo el hombre con rabia.

-- ¿Por que haces esto?-- preguntó la mujer asustada.

-- uno...-- el hombre empezó a contar.

La pobre mujer se paró con su hija en sus brazos y empezó a  caminar hacia la puerta.

Con la mano derecha el hombre siguió apuntándole el arma a la mujer y con la mano izquierda agarró el brazo izquierdo de la mujer.

--¿Donde dejaste el bolso de esta niña?

-- En el auto -- respondió la mujer tratando de acomodar a la niña es su brazo derecho --

El hombre empezó a caminar hacia la salida,  aún sosteniendo el brazo de la mujer y el arma.

-- ¿Pusiste los papeles de Anna?

-- Sí.

Caminaron al auto en completo silencio, al subir,  el hombre guardó el arma debajo del asiento del conductor y agarró el bolso de la niña,  al revisarlo vió los papeles y ropa de la pequeña.

-- ¿Trajiste la caja?
-- Sí... ¿ Dónde la dejaremos? -- acaricia la mejilla de la pequeña.
-- En el orfanato Bisdey.

Después de que contestar, puso el auto en marcha y se dirigieron al orfanato.

Al llegar al orfanato el hombre agarró la caja y puso el bolso dentro de ella,  luego sacó a la pequeña de los brazos de la pobre mujer que lloraba desconsoladamente y la recostó dentro de la caja.

-- Por favor no lo hagas Jason -- se lo suplicaba la mujer llorando.

-- Te quedas aquí -- dijo ignorando sus palabras.

A continuación salió del auto con la caja y cerró la puerta para después ponerle traba y activar la alarma.

Mientras el hombre caminaba a la puerta principal del gran orfanato gris escuchaba a su mujer gritar que "no", éste la ignoro y continuó su caminata.

Al llegar a la puerta principal, dejó la caja con el bolso y la pequeña de solamente dos días en el suelo, tocó varias veces el timbre y la pequeña empezó a llorar.

La miró por última y desesperado salió corriendo hacia el auto...

¿Juntos? 《Nick Robinson》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora