ITACHI ~UN CAMBIO DE PLANES~

III ~Por El Bien De Konoha~

~Cuando recogió su katana, estaba listo. Listo para asesinar a su clan, irse de la aldea e incluso unirse a Akatsuki. Fue difícil para él, pero se ató la gran vara metálica a su espalda y salió a por su primera víctima.

-Itachi...

~Se oyó aquella voz en su espalda. Se quedó tieso, reconocería esa voz sin ni siquiera mirar. Era la voz de su padre Fugaku.

-Papá, déjame. Tengo que hacer una cosa primero.

-Se lo que vas a hacer.

~Itachi abrió los ojos. No tenía nada que hacer ahí. Pronto la vida de su propio padre no existiría, así que, ¿para qué hablar con el? ¿Debería asesinarle ahí mismo?

-Papá... Es por el bien de Konoha.

~Alzó su preciosa katana de plata en el aire. El viento le daba una sensación de no hacerlo. Pero... Si no lo hacía, sería el fin de la aldea.

Bajó el brazo hasta que la vara atravesase a Fugaku. O al menos lo intentó. El viento fuerte que soplaba haciendo que el pelo de Itachi chocase con sus ojos, impidió matar a su padre. La katana no bajaba, o simplemente él no quería bajarla.

-Itachi, hazlo por el bien de Konoha o la destruiremos y aniquilaremos el clan Senju.

-Lo siento, pero no puedo. La misión... Es muy difícil, no puedo traicionar a mi propia familia.

~Pronto Fugaku se puso de rodillas, dispuesto a que le asesinase. Mikoto, la madre de Itachi apareció detrás de la puerta e imitó a su marido. Juntos, estaban dispuestos a ser asesinados por su propio hijo.

-Mamá... Papá... No puedo. Me he criado con vosotros, quiero a Konoha por encima de todo, pero asesinar a mi clan... Imposible, lo siento.

-¿Eso significa que te unirás en nuestro golpe de estado? ~Dijo Fugaku con tono aliviado.

-No, me iré de la aldea, no quiero que me pierdan el respeto, así que para vosotros Y para Konoha estoy muerto, ¿entendido?

-Hijo... No quería...

-¡Dejadme! He tomado esta decisión yo solo. Y quiero que la respetéis como miembros del clan Uchiha. 

~Itachi dijo llorando sus últimas palabras de aquél día.

-Pagad al clan Senju con lo que se merece.