Eclipse Total Del Amor

Pesadillas

La piel se me había puesto fría como el hielo. Sentía el titiritar de los dientes de un hombre con traje que iba a mi lado. Todos al parecer tenían frío, al igual que yo.
-con frío verdad -me dijo el hombre de traje.
-Sí, mucho, ¿qué está ocurriendo?
-La calefacción dejó de funcionar.
-¿Cómo que dejó de funcionar?, ¿a caso no es éste el avión más caro qué hay?
-Te equivocas -dijo una azafata muy delgada entregando mantas a los pasajeros.
-¿Qué? -dije muy confusa.
-Pues, mira tu boleto -respondió la azafata entregándome una manta.
Cuando miré el boleto, decía claramente que este vuelo tendría que partir a las 7:00 hs, por lo que se adelantó 20 minutos antes. Me agarré la cabeza muy confusa y recordé que mi vuelo en realidad era 7:30.
No sabía que hacer, pero el lado positivo de esto era que me llevaba a Madrid...creería yo.

"Estimados pasajeros, le informamos que nuestro vuelo, entrará en una zona de turbulencia. No entren en pánico, manténganse en sus asientos hasta nuevo aviso"

Las palabras me habían erizado la piel. Como no iba a entrar en pánico, si el avión estaba a punto de temblar.
-¿Un caramelo? -me ofreció el hombre del traje.
-¿A usted le parece un caramelo en estas circunstancias? -le respondí con cara de pocos amigos.
-Parece que a alguien le falta una lección de como comportarse -dijo levantando las cejas.
-Mira estú... -las palabras se me cortaron al sentir como el avión empezaba a temblar. ¿Pero qué estaba viendo? El océano estaba mucho más cerca de lo previsto.
Fue en ese entonces que pensé en ese "adiós", ese adiós que me había atormentado el cerebro durante el abrazo con mi madre.
Ya veía como el avión caía de punta directo al océano.
No escuché más nada, todo se había vuelto oscuro y frío. Todas mis extremidades sufrían heridas máximas. Mis ojos empezaban a cerrarse y a la vez la voz de una mujer que se oía al fondo del mar...

Señorita, señorita responda, responda... responda...

-Responda, responda señorita -la voz de la mujer ya se escuchaba al natural.
-Ya hemos llegado, arriba, arriba -otra voz más grabe me estaba llamando.
-Sí, sí, discúlpenme -todo era un mal sueño que mi cabeza había fabricado. Tomé mi bolso y me dirigí hacía la puerta de salida. La luz de los faroles me habían cegado. Bajé las escalerillas a trompicones y salté los últimos dos escalones.
-Siempre tan infantil mi niña -escuché esa voz tan familiar, se que la podría reconocer en cualquier lugar del mundo.
-¡Papi! -dije muy entusiasmada .
-Tanto tiempo hija, ¿Cómo has estado? 
-Muy bien, de maravillas -le respondí tomándole las manos.
-¿Qué tal está Mónica?
-Ella está muy bien -respondí dudosamente.
Mi padre y yo nos encaminamos hasta su vehículo. Al entrar, sentí como una parte de mi se sentía segura...mi trasero.

Me tomé un receso bastante importante xd.
Capítulo 3: "Espacios"
Muy pronto.