amor prohibido

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Integra estaba en la sala de tiro, lo que había pasado la otra noche todavía la molestaba mucho, estaba más que furiosa consigo misma
"¿Por qué demonios me dejé manosear de esa manera? Soy una estúpida… ahora no va haber quien lo pare" pensó Integra vaciando su pistola en el blanco.
Integra miró decepcionada los agujeros disparejos en el blanco
–Tu puntería está algo distorsionada Amo –dijo una voz detrás de ella
–Por su puesto, eso pasa cuando tengo a alguien muy molesto encima mío mañana, tarde y noche –dijo ella cargando el arma, molesta, mientras el vampiro se materializaba detrás de ella
–Sería mejor si relajaras un poco los hombros –le dijo Alucard abrazándola y desabrochando el saco. Integra se volteó furiosa por el atrevimiento y le apuntó directo a la cabeza
–Sabes que no va a funcionar –le dijo Alucard con una risa burlona
–Lo sé… pero no por eso deja de hacerme sentir mejor –le dijo ella, él contestó con una sonrisa burlona.
Integra regresó su vista al blanco y apuntó, pero por alguna extraña razón bajó la pistola y la dejó. Se quitó el saco, lo dejó en un gancho que había ahí y apuntó de nuevo.
Alucard se acercó a ella y recorrió con sus manos el largo de los brazos de Integra hasta sujetar la pistola sobre sus manos
–Espero que recuerde su entrenamiento Amo –le dijo al oído.
Integra sintió escalofrío mientras las manos del vampiro rodeaban las suyas. Alucard presionó suavemente los dedos de Integra sobre el gatillo y vació la pistola, todas las balas atravesaron el mismo punto perfectamente
–No es difícil, sólo concéntrate en un punto –le dijo Alucard pasando su mano por el cuello de Integra y moviendo su cabello.
Integra sonrió suavemente y recargó su cabeza en el hombro del vampiro
–nunca te rindes ¿cierto? –le preguntó Integra al oído
–Jamás –le dijo el vampiro estrechándola.
Integra cerró los ojos mientras Alucard comenzaba a desabrocharle la camisa. Cuando abrió los ojos de nuevo estaban en su recámara.
–Basta, sabes que no puedo –le dijo apartándose y mirándolo seriamente
–una vez no nos hará daño… incluso podría hacernos bien –le dijo él sugerentemente. Integra lo miró y luego se acercó a la puerta.
–vete de mi habitación… yo pienso regresar a mi oficina y no te quiero aquí hurgando en mis cosas –le dijo molesta
–me gustaría quedarme… y más si es contigo –le dijo él abrazándola por la cintura, ella intentó alejarse y él la besó con pasión.
Integra empujó al vampiro y lo miró con los ojos abiertos como platos
–ya te dije que no quiero tener nada que ver contigo –le dijo ella molesta
– ¿Cómo sabes que no quieres algo que nunca has probado? –le preguntó él burlonamente. Integra comenzó a palidecer alarmantemente y luego asintió con la cabeza
–Bien –le dijo mientras se sonrojaba del coraje
–De acuerdo, probemos –continuó y lo miró de pies a cabeza calculadoramente
Integra lo empujó a la cama con fuerza y el vampiro cayó en el colchón
–Si esto es lo que se requiere para que me dejes en paz, te juro que estoy dispuesta, sólo déjame tranquila –le dijo ella molesta y desabrochándose la corbata.
Alucard intentó levantarse, pero ella lo derribó de nuevo con su cuerpo
–querías tener sexo conmigo ¿no? Fabuloso… hagamos el amor hasta que amanezca… o mejor, pasemos toda la semana en la cama –le dijo ella arrancándose la camisa.
Él la miró entre espantado y sorprendido por la manera en que actuaba
–Te volviste loca –le dijo sujetándola de las muñecas.
–tal vez… pero tú eres el responsable, ahora ¿me deseas o no? Por que hace un minuto me pareció que sí… si me deseas tanto como dices tómame ahora –le dijo ella antes de besarlo justo como él lo había hecho con ella, sin aviso y con intenciones de llegar a lo que seguía
–sí… pero no así –le dijo él mirándola fijamente. Con un movimiento rápido él quedó encima de ella
–eso… vamos, termina de una vez… obtén lo que quieres y déjame continuar con mi vida –lo retó Integra quitándole los zapatos con los pies
–Perdóname, pero no me interesa compartir la cama con una maniaca –le dijo él mirándola seriamente, se levantó y se alejó de ella.
Integra lo miró desde la cama con sus penetrantes ojos azules, una parte de ella se alegraba de haber alejado al vampiro y la otra se sentía mal por haber causado su rechazo.
Estiró su mano hasta donde estaba su camisa, se levantó y comenzó a vestirse
–Creí que realmente te interesaba anotarme en tu lista… justo debajo de la agente Victoria –le dijo ella fríamente mientras se abrochaba la camisa de nuevo
Alucard la miró muy serio antes de contestar –hace más de un siglo que dejé de llevar la lista… yo no quiero exhibirte como una conquista, yo quiero que seas mi mujer –Integra lo miró con los ojos abiertos como platos,
–Y supongo que eso incluye que me conviertas en un vampiresa –le dijo ella recuperando el habla
–sólo si tu lo deseas –le dijo él tomando su mano y besándola. Integra quitó su mano y lo miró sorprendida
– ¿para qué pasar una eternidad a tu lado si no sé ni siquiera si eres capaz de amarme? –le preguntó ella anudándose la corbata
–soy más humano de lo que piensas –le dijo él fríamente.
Integra se deshizo el nudo de la corbata –pruébamelo –le dijo mientras se le acercaba
–Pruébame que todavía eres capaz de amar a una mujer… no tirártela, hacerle el amor, y entonces decidiré –continuó parándose frente a él.
Alucard la miró con una sonrisa maliciosa y comenzó a besar el cuello de Integra
–ahora que te parece si continuamos con nuestra prueba –le dijo él al oído quitándole los lentes, sin los cuales no veía más allá de su nariz y los sentidos de Integra se afinaron al instante.
Integra lo jaló hacia su cuerpo y pasó sus manos sobre el pecho del vampiro. Pasó sus manos por los hombros del vampiro quitándole la camisa mientras lo besaba.
Alucard sonrió, y comenzó a besar la parte alta del pecho de la mujer y a descender hasta que se topó con su camisa. Acostó a Integra en la cama y comenzó desabrochar su camisa lentamente mientras su boca continuaba su ruta por su cuerpo
Alucard la miró un momento a los ojos, la besó de nuevo y le quitó el bra. Comenzó besar su pecho lentamente mientras ella enredaba sus dedos en el cabello del vampiro.
Alucard descendió hasta su cintura y en su mente se apareció la imagen de la niña que había conocido hacía diez años ¿Realmente tenía derecho a borrarla por completo? Por supuesto cuando estaba vivo las había tenido de esa edad hacia arriba… pero Integra era especial, era la que quería tener a su lado por la eternidad.
–No quiero hacer esto a menos que esté completamente segura –le dijo a Integra mirándola fijamente.
Ella lo miró a los ojos y besó a Alucard
–quiero que el primero seas tú y nadie más –le dijo poniendo la mano del vampiro sobre su pecho desnudo
Alucard sonrió y le desabrochó los pantalones. Integra sintió un escalofrío recorrer su espalda y luego una intensa sensación entre sus piernas, mezcla de hormigueo y vacío.
Integra metió sus dedos en el pantalón del vampiro y comenzó a quitárselo, saboreando sus labios. Alucard deslizó el pantalón de Integra hacia fuera y la estrechó contra su cuerpo. Integra sintió un escalofrío recorriendo cada uno de sus nervios. Pasó su mano por el helado y perfectamente formado abdomen del vampiro.
Un par de segundos más tarde se había deshecho de lo demás. Él la estrechó contra su cuerpo y se acomodó entre sus piernas. Integra sintió al vampiro perfectamente desnudo muy cerca de ella y un escalofrío recorrió su espalda
Alucard besó el cuello de Integra, que lo jaló hacia su cuerpo y pasó sus manos sobre el pecho del vampiro. Él la jaló de la cintura hasta quedar sobre ella y le quitó la ropa interior.
Comenzó a besarla de nuevo mientras se acomodaba entre sus piernas. Integra lo abrazó, cerró los ojos y sintió un tirón hacia adentro de su cuerpo mientras un leve gemido se escapaba de sus labios. Encajó sus uñas en la espalda del vampiro bastante agitada.
Los espasmos estremecieron el recién inaugurado cuerpo de Integra, la rubia sentía su corazón latir tan rápido que creía que estallaría. Alucard pasó sus manos a lo largo de sus muslos y luego hacia su abdomen y su pecho.
Integra comenzó a sonrojarse y Alucard se rió
–No te burles –le dijo ella sonriendo y dándole un golpe juguetón en el hombro
–no puedo evitarlo… eres tan hermosa –contestó él pasando el cabello de Integra por detrás de su oreja mientras ella sonreía.
–Supongo que para ti sólo soy una niña sin la más mínima experiencia –le dijo Integra pasando sus manos por pecho del vampiro
–No… tu eres la mujer más especial que haya conocido –contestó Alucard besando su cuello y peleando contra la necesidad de encajarle los colmillos.
Alucard se apoyó en las manos y comenzó a empujar con su cadera lentamente. Integra cerró los ojos y se mordió el labio aferrándose a los brazos del vampiro.
Alucard sonrió maliciosamente y aumentó su velocidad mientras Integra abría los ojos y sus pupilas se dilataban, la rubia pasó su mano a la espalda del vampiro y le encajó la uñas.
El vampiro continuó aumentando su velocidad y la rubia comenzó a abrir su boca con un gemido de placer
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Afuera, Walter pasó frente al cuarto de Integra con el saco de la rubia en la mano, tocó la puerta y no recibió respuesta alguna.
Después de un par de minutos volvió a tocar – ¿Sir Integra? –preguntó
–Ya voy, Walter –contestó Integra con voz ahogada
Walter miró la puerta, preocupado – ¿se encuentra bien? –preguntó
–Excelente –contestó la rubia con un gemido
Walter miró la puerta asustado, con una terrible sospecha de lo que podría estar pasando ahí adentro. Comenzó a alejarse despacio de la puerta y luego comenzó a aumentar sus pasos hasta que llegó al cuarto más cercano, el estudio de Integra
Entró y se dirigió a una mesa donde había una elegante botella de vidrio cortado y cinco vasos pequeños
Llenó uno de los vasos con un líquido ambarino hasta el borde y lo vació de un trago con la respiración agitada
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Integra había comenzado a lanzar pequeño gemidos de placer al igual que el vampiro. La rubia sintió como todos los músculos de su cuerpo se tensaban mientras llegaban al clímax
Integra se aferró a Alucard y ambos sintieron que el tiempo se había detenido, en el universo sólo existían ellos y el placer que les causaba estar en los brazos del otro. Integra sintió que sus ojos lagrimeaban
–te amo –murmuró ella en su oído
Alucard la miró con una sonrisa maliciosa y comenzó a besar el cuello de Integra
– ¿vendrás conmigo? –le preguntó al oído.
Integra lo miró un momento, él la besó y ella se acomodó para dejar su cuello frente a la boca del vampiro mientras pasaba sus brazos alrededor de su cuello
–iré contigo –murmuró ella
Alucard hundió sus colmillos en el cuello de Integra y ella sintió como el vampiro absorbía su sangre ansiosamente. Poco a poco su cuerpo comenzó debilitarse y las cosas comenzaron a volverse negras y borrosas a su alrededor. Sus sentidos comenzaron a apagarse.
Después de algunos minutos sus sentidos regresaron con más fuerza que nunca. Abrió sus ojos de golpe y miró a Alucard sobre ella con toda claridad, como si nunca hubiera necesitado sus lentes.
Integra lo miró y sonrió, sintió una suave punzada en su labio inferior y pasó su lengua por sus nuevos colmillos.
Integra lo empujó y quedó encima de él, Alucard pasó el cabello de Integra por detrás de su oreja
–Eres hermosa –le murmuró al oído estrechándola por la cintura, un ligero color rosa apareció sobre las mejillas de Integra
–nadie me había llamado así desde antes de la muerte de mi padre –le dijo ella "ahora debe de estar revolcándose en su tumba" pensó Integra con un leve remordimiento.
–es verdad… eres muy bella –le dijo él enredando sus dedos en el pelo rubio de Integra.
Pasó sus manos a lo largo de los muslos de la rubia y luego hacia arriba levantándola y acariciando todo el largo de su pecho a su cadera. Integra dejó su cabeza caer hacia atrás
– ¿te cansaste tan pronto? Pero si apenas vamos comenzando –le preguntó el vampiro burlonamente
–a veces eres una verdadera tortura ¿Sabes? –le preguntó ella con una sonrisa mal disimulada, acariciando el pecho del vampiro
–una muy dulce tortura –continuó la rubia comenzando a mover su cadera hacia delante y hacia atrás. Integra entrelazó sus dedos con los de Alucard. Poco a poco fueron acercándose al clímax de nuevo.
Después de algunos minutos Integra se recostó en el pecho del vampiro y los dos se quedaron dormidos mientras los primeros destellos de sol se notaban en el horizonte
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Algunas horas más tarde, Walter se acercó con cuidado al cuarto de Integra y tocó la puerta.
Al instante escuchó ruidos dentro de la habitación y risas. Tocó la puerta de nuevo
–señorita, despierte… ya es un nuevo día –dijo él mirando la puerta.
Dos segundos más tarde Integra abrió la puerta envuelta únicamente en una sábana
–No Walter, es una nueva vida –le dijo con una amplia sonrisa, mostrando sus nuevos y afilados colmillos y cerró la puerta.
Walter miró la puerta, sumamente pálido y luego se desmayó con un ligero – ¡oh cielos! –

FIN

¿Un beso francés?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora