CAPÍTULO 1: TRABAJO

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Como todas las semanas, Valeria esperaba en el edificio de CH-MICALS, C.A. a que el transporte la trasladara desde la ciudad hasta el taladro. Su compañero, ingeniero químico al igual que ella, hablaba con su esposa sobre el manejo de su hogar, mientras ella observaba en la distancia al tiempo que escuchaba música para matar el tiempo.

Veía a su amigo gesticular y caminar por el pasillo, y en lo único que Valeria podía pensar era cómo de estresada tenía que estar su mujer para ponerlo tan histérico y por un momento anheló ese tipo de relación, pero superó ese sentimiento rápidamente, regañándose por el momento de debilidad.

Repuesta de esa traicionera respuesta de su romántico y nada práctico corazón, contempló la hoja de asignación que le había entregado su supervisor, la que indicaba su nuevo puesto en el taladro SN-515. Anteriormente, Valeria y su compañero habían sido asistentes de su tutor; quién se había retirado hacía una semana; pero ahora ellos estaban siendo encargados de la formulación de fluidos de perforación de ese taladro. Era un gran avance en su carrera dentro de la industria petrolera, y ella estaba completamente decidida a no desperdiciar la oportunidad, sin importar lo asustada que estaba de tener que dar la cara en cualquier eventualidad durante las reuniones de arranque diario de perforación en el taladro.

Volviendo su vista al espectáculo que daba su amigo, mordió una carcajada ahora notando que su tono era bajo, tranquilo, íntimo y aunque no podía oírlo la sonrisa pícara en sus labios le dijo a la joven ingeniero, que de hecho, la disputa había pasado y que ahora el tema no era de incumbencia de más nadie que los interlocutores vía celular, admirando la dinámica se sorprendió al darse cuenta de que podía reconocer esos eventos porque le eran familiares, hurgando en sus recuerdos con Héctor pero ésta vez, alejando la punzada de anhelo y enterrándola en el fondo de su ser, giró su vista a tiempo para ver jefe dirigirse a ellos, preparada para darle a su amigo el tiempo que requería mientras ella recibía las instrucciones.

Dos horas después Valeria trataba de dormir con el vehículo en movimiento sin éxito. Y aunque nunca antes le había ocurrido, sabía que su imposibilidad de dormir no se debía a la carretera en mal estado sino al nerviosismo por su futuro inminente y a una corazonada de que las cosas iban a cambiar para siempre.

Su pierna se movía sin control, sus dedos se retorcían sobre su cartera a la vez que la voz del cantante de rock nacional inundaba sus oídos, aislándola parcialmente de todo. Excepto de su propia mente. Por su memoria pasaban todas las enseñanzas recolectadas con el paso de los años, las diferentes maneras de afrontar las posibles situaciones se presentaban en su cine mental sin invitación previa, obligando a Valeria a volverse más ansiosa. Un apretón en el hombro derecho la hizo brincar, haciéndola voltear espantada para encontrar a su amigo ofreciéndole una sonrisa reconfortante. Ella trató con todas sus ganas, logrando una mueca que provocó la fuerte risotada de su interlocutor.

Sus labios comenzaron a moverse formando palabras, sin que el sonido realmente llegaran a sus oídos, así que en repuesta gritó que repitiera lo que decía. El joven frente a ella con una enorme sonrisa le hizo señas para que se quitara los audífonos, antes de volver a intentarlo. Imitando el gesto, esperó la repetición por parte de su amigo:

-Val, tienes que relajarte.-

-Lo sé amigo, pero no puedo evitar ponerme nerviosa por lo que puede pasar, ¿Y sí no cubrimos la expectativas?- Dijo Valeria finalmente soltando en voz alta su preocupación.

-¿Has pensado que sea todo lo contrario? Además, no es la primera vez que vivimos en taladro en guardias de siete por siete. ¿Puedo pedirte un poco de fe en nuestra dualidad? Nos ha funcionado hasta hora, ¡¿No es así?!- Especuló Arnoldo con elocuencia.

-Arni, siempre sabes qué decir.- Soltó menos aprensiva la joven.

-Llegamos- Dijo sin expresión el chofer que los llevaba, antes que cualquiera de los ingenieros pudiera volver a intervenir.

Pronto el vehículo estuvo estacionado frente a un tráiler blanco con listeros negros. Con las palmas sudorosas pero con la frente en alto, Valeria salió en busca de su equipaje para instalarse. Con la ayuda el chofer metieron todo cuanto habían traído, para finalmente despedir a su compañero de viaje, luego cambiaron sus ropas civiles por la bragas grises distintivas de la empresa, tomando su carpeta con la datos de geología del yacimiento de hidrocarburos que el SN-515 perforaba en la macolla T-20-3, para presentarse ante el equipo multidisciplinario con quienes, a partir de ese día compartirían semana a semana.

Una de vez llegaron al tráiler del supervisor de 24 horas, se hicieron las presentaciones apropiadas, la pequeña congregación de hombres los invitaron a tomar asiento. Viendo a su alrededor se descubrió siendo la única mujer dentro de ese nutrido grupo. Le desconcertó, la asustó y enorgulleció, todo al mismo tiempo.

Distraída como estaba, no notó el inicio de la reunión hasta que un señor mayor de apellido Orellana, quien era el asesor del taladro, lanzó una pregunta que la dejó descolocada:

-¿Alguien sabe cuándo llegará el nuevo ingeniero de taladro?-

-¿El SN-515 no tenía ingeniero por parte del departamento de perforación?- Soltó Arnoldo, haciendo la pregunta que Valeria se moría por hacer.

-No es común, pero perforación está haciendo reestructuraciones, sin embargo mi supervisor me aseguró que este joven estaba  capacitado y empapado con la historia de éstos pozos.- Aseguró el supervisor de 24 horas.

-Entonces habrá que esperarlo. Nuevamente damos la bienvenida a nuestros amigos químicos. Ahora continuemos con la reunión de arranque de éste nuevo pozo.- Anunció  el Sr. Orellana, dando por concluido el tema, centrando al grupo al repaso de las operaciones.

Enamorada del Idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora