Capítulo 3: "El nacimiento de una amistad"

821 73 11
                                    


La pelinegra fue instalada en una habitación pequeña pero muy cómoda que estaba ubicada frente a la del joven de cabello alborotado. Gokú y Gine la ayudaron a ubicar los muebles y artefactos que habían comprado para la misma, según el gusto de la pelinegra.

¡Gracias¡ dijo la pelinegra sonriendo al ver el trabajo terminado.

Quedo hermoso quedo todo y no agradezcas hija, lo hago con gusto, dijo Gine.

La casa cuenta con un pequeño gimnasio y alberca por si los quieres usar, dijo Gokú mientras su madre miraba a su hijo intrigada.

De hecho que lo usare, al menos el gimnasio para entrenar todo lo que el maestro Roshi me enseñe, dijo Milk emocionada.

¿Entonces podemos practicar la rutina que el maestro nos enseña diariamente juntos pues yo siempre hago eso?, dijo Gokú sonriendo.

Claro, dijo Milk sonriendo mientras Gine miraba a su hijo menor y sonreía.

Voy a la cocina a preparar algo para el almuerzo, dijo Gine.

La acompaño señora, me gustaría ayudarla en agradecimiento a lo que está haciendo por mí, dijo Milk.

No, hija mejor continua acomodando tu habitación, Gokú te ayudara, de paso se van conociendo más, dijo Gine sonriendo.

Esta bien, dijo Milk mientras Gokú solo sonreía.

Gine salió de la habitación dejando solos al par de pelinegros que al quedar solos solo se miraron y sonrieron, luego de unos minutos de silencio la pelinegra fue la que dio inició a la platica mientras desempacaba su maleta.

¿Desde cuándo practicas artes marciales?, dijo Milk.

Desde que tengo uso de razón, papá dice que desde los tres años ya me llevaba al gimnasio y ¿tú?, dijo Gokú sonriendo.

También desde muy pequeña, papá me dijo que desde los 4 años, dijo Milk.

El maestro nos comento que ganaste el torneo organizado por el gimnasio en tu pueblo, debes ser muy fuerte, dijo Gokú sonriendo.

Pues si lo gane y creo que para ganar no siempre depende de la fuerza sino también de la habilidad y yo soy muy hábil, dijo Milk con orgullo, mientras sacaba de su maleta un cuadro en donde estaban su padre y madre.

¿Ellos son tus papás?, dijo Gokú acercándose a ver la foto.

Si, dijo Milk sonriendo.

¿Y ellos no se opusieron a que te vinieras sola a la capital?, dijo Gokú intrigado.

Papá puso el grito en el cielo, pero luego termino aceptando mi decisión, dijo Milk sonriendo.

De seguro tu mamá lo convenció, dijo Gokú sonriendo.

La pelinegra entristeció ante las palabras del joven de cabello alborotado.

¡Disculpa¡ ¿dije algo de malo?, dijo Gokú con preocupación al ver el rostro entristecido de la pelinegra.

No, es solo que mamá está muerta, murió cuando yo nací, yo solo la conocí por esta foto, dijo Milk con tristeza.

¡Discúlpame nuevamente¡ soy un tonto, dijo Gokú agachando la cabeza.

No digas eso, tú no lo sabías, dijo Milk sonriendo para que el joven de cabello alborotado dejara de auto culparse.

Mejor que te parece si vamos al gimnasio y te enseño las técnicas que el maestro me enseño, dijo Gokú para tratar de alegrar a la pelinegra.

"ALGO CAMBIO EN MI"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora