Belle Starr

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Cuando un olor espeso a pintura derretida y a madera quemada se asentó en el interior de las fosas nasales de Skyra, su cerebro golpeado lo sintió como una abominación, enviando desde su cabeza miles de soles que quemaban cada fibra y tejido de su cuerpo. La mayoría de la nave de Quill se había desintegrado a nada y milagrosamente Skyra todavía estaba acunada en sus brazos, protegida a pesar de haber sido ella la causante de todo eso. Los extremos de su ropa se derritieron junto a la tela de la ropa de él. Skyra separo sus pestañas calientes y sus pupilas se agrandaron cuando su mirada inmediatamente se topó con Peter; él la había protegido así como ella lo había protegido a él, solo las puntas de su cabello castaño habían sido chamuscadas por las llamas que ella había producido. Él yacía inconsciente, ambos se sostenían el uno al otro por su vida, fue ahí, cuando ella reconoció el olor amargo a carne quemada y ella lo liberó de su agarre, viendo que dejaría quemaduras de segundo grado en los omóplatos de Quill con la forma de su mano gracias a la presión que ejerció ella misma al sostenerse de él con tanta fuerza cuando ella prácticamente se convirtió en una súper nova.

Skyra se apartó de su alcance, moviéndose constantemente lejos de él y tratando de ir lo más rápido que podía a pesar de que todo su cuerpo dolía. Presionando sus manos y rodillas sobre el suelo ella arqueo su espalda, su tráquea quemaba intensamente y sintió algo atrapado en su garganta. Carraspeando, ella cerró sus ojos con fuerza y tocio pequeñas cenizas que salieron volando tan pronto como estuvieron en contacto con el aire. Con la ayuda de una pieza de metal sobresaliente cercana, ella se levantó del suelo. Poniéndose de pie, ella volteo a ver a Quill. Él estaba acurrucado, entremezclado con plumas quemadas de las almohadas y pedazos de plástico de sus CD's, todavía tenía sus brazos en la posición en donde había yacido ella, apresurándose hacia él, ella se cayó una vez más antes de arrastrarse para chequear si todavía estaba vivo. Ella quería llorar, pero toda el agua que trataba de escapar de sus ojos rápidamente se evaporaba por el calor de sus mejillas. Lo desafortunado era que ella no podía tocarlo físicamente por miedo a quemarlo aún más o quizás quemarlo a muerte. Skyra solo podía esperar y rezar que estuviera bien. Las sirenas se escuchaban a una distancia cercana, venían a investigar al igual que los otros miembros del equipo; Gamora, Drax, Groot y Rocket corrieron lo más rápido que pudieron cuando vieron que fue la Milano la que había explotado. Pequeñas llamas aun crepitaban cuando Skyra se levantó una vez más. Contemplando a Quill, ella susurro un pequeño "lo siento". Ella vio a los otros gritar su nombre y el de Quill y tuvo que escapar, ellos la matarían si se enteraban de que ella había causado eso. Skyra salto fuera de la nave, sus piernas la llevaron lo más rápido que pudieron mientras corría hacia la distancia, escondiéndose del grupo. Ella tenía que averiguar cómo había hecho eso, porque lo había hecho y lo que era.

El viento aullaba en los oídos de Skyra, mezclándose con su tinnitus mientras que seguía corriendo y repetía la frase "no pares, nunca te detengas" en su cabeza, ella corrió hasta que el sol se ocultó. Al ver una pequeña ciudad bajo tugurios, ella desesperadamente se acercó a lo que aparecía ser una casa con un techo de color verde pantanoso y toco hasta que alguien abrió la puerta. Él era alto, de contextura gruesa y lucia humano aunque no lo era. Él tenía el cabello de un marrón oscuro que se balanceaba cada tanto hacia adelante y unos ojos fríos cuyos irises eran de color cerulean con pequeñas rayas doradas que perforaban su alma. Llevaba unos pantalones ajustados negros y una camisa de talla grande de color verde. Él le arqueo una ceja a Skyra, quien simplemente estaba ahí, físicamente ardiendo. Sus zapatos se habían derretido en sus pies y ahora estos estaban todos magullados y con heridas abiertas, su camiseta y pantalones estaban rasgados y sus labios estaban agrietados, sangrando profusamente. Además de que su cabello estaba cubierto de sudor, hecho un enredo. Este no era su mejor día para conocer a alguien.

—¿Puedo ayudarte? —Su tono dulzón abrazo el aire como el perfume de las rosas en la mañana. Siendo dulce pero aun así teniendo una suave afluencia, como la miel. Skyra trago con fuerza, tratando de retener las cenizas que trataban de salir de su boca con desesperación. Ella abrió su boca para hacer un sonido pero nada salió excepto un suspiro tenso. Ella necesitaba agua o alguna cosa mágica que la hiciera mejor, para hacerla... no ella. Skyra señaló su garganta y el hombre asintió, estirando su brazo más allá de la puerta e inventándola a entrar. Al principio ella vacilo pero él se mantuvo lo más lejos de ella posible, quizás por temor a su propia seguridad. Tirando de un grifo, el hombre finalmente consiguió que el agua corriera con un ruido fuerte antes de agarrar un vaso y llenarlo. El hombre lo deslizo por el sucio mesón hacia ella. Usualmente ella hubiera sido más quisquillosa y no hubiera bebido de lo sucio que estaba pero ella no estaba de humor para objetar. Tragando lo más rápido posible, su garganta siseo cuando el agua refresco y bajo la temperatura de su cuerpo. Deslizando el vaso de nuevo por el mesón ella alzo dos dedos, siendo incapaz de hablar aun. Él simplemente asintió y repitió la acción. Eso sucedió tres veces más antes de que Skyra se refrescara lo suficiente como para funcionar correctamente.

Skyra | Guardianes de la GalaxiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora