Capítulo 10 (parte 2/2): Claire.

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No puedo respirar. No siento nada.
   Mis ojos se abren de inmediato y todo está oscuro.
¿Dónde estoy? Me pregunto. ¿Estoy en la habitación del búnker?.
Fue un sueño o estoy muerta; esas son mis únicas opciones disponibles.

Trato de moverme de donde quiera que esté, pero no siento ninguna extremidad de mi cuerpo, pero aún así avanzo de una forma extraña.
   Siento una gran soledad y una gran asfixia. Me siento como una persona claustrofóbica.
Conforme sigo avanzando un sonido inusual llega a mí. Es como cuando te está faltando el aire o la comida se atoró en tu garganta.
—¡Bebe esto!— se logra escuchar una voz. Se escucha algo tenue y preocupada.

Los sonidos que escuchaba comienzan a disminuir, cada vez se escuchan menos.
—¡¿Qué te ocurrió?!— la voz se hace más fuerte.
Esa voz la conozco, ¿qué hace él aquí?.— Están apareciendo moratones en tu cuello. ¡Responde!

Los sonidos de ahogo han desaparecido por completo y una luz comienza a aparecer frente a mí. Se va aclarando el contorno.
Un lugar fino, color blanco con detalles gris platinado: ¿mi recámara?
—Respondeme— esa voz se pone frente a la imágen de mis ojos... es Rychard; el hombre alto de cabello negro, ojos color similar al gris y el cuerpo tonificado deslumbra ante mí, sin camisa.
   Trato de mover mis labios pero no logro emitir ninguna palabra. Te extraño Rychard, eso es lo que quiero decir, pero no me es posible. ¿Por qué?. ¿Acaso estoy muerta?.

—No-No lo sé cariño...— esa maldita voz. Su tono es agitado.

—¿Por qué tan súbitamente aparecen moratones en tu cuello?— acerca la mano y siento que me va a tocar, pero no es así, no siento ni un solo roce.—Parece como si te hubieran extrangulado.

—Ayudame, necesito verme al espejo...— suelta esa voz. Sé que no me equivoco en quién es. El espejo me dará la razón.
Rychard se levanta de la cama y una mano, con uñas pintadas de color negro, se estira hacia él. La imagen se mueve, siento como si realmente fuera yo la que estuviera caminando, pero no lo soy.
La imagen se sigue moviendo y se coloca frente a una pared de color gris y el espejo comienza a salir de abajo empezando a reflejar en el una bata de dormir color negra hasta llegar al rostro.

Claro que eres tu maldita perra... Claire.

—¡Maldita sea!— exclama mientras toca su cuello.—¡¿Qué diablos me está pasando?!

   ¿Qué hago aquí? ¿por qué no puedo hacer nada?. Los moratones de Claire se expanden por todo su cuello, la sangre coagulada provoca un feo aspecto.

—Estoy en duda como tú mi amor.— Rychard se pone justo detrás de ella reflejándose en el espejo. Acaricia su cuerpo y planta un beso en su cuello de una manera cariñosa.—Pero no te preocupes... lo que bebiste lo eliminará en tan solo unos instantes... y volverás a ser hermosa... perfecta.— añade con un tono de voz cariñoso. Toma el cabello de Claire y se lo envía hacia atrás.

   Me duele que se lo diga a ella, que no se de cuenta que no soy yo, su Alaia.

Cada momento que pasa el cuello vuelve a tomar el color que debe ser.
"Que bien se siente... tener una vida real y propia. Púdrete Alaia, donde sea que estés."
La voz de Claire se hace sonar, pero no lo emite su boca, es como si estuviera pensando y yo pudiera escucharla. Ella sólo está con esa sonrisa malévola que la identifica frente a ese espejo mientras Rychard besa partes de su cuerpo.
Me llena de rabia, quiero gritar y lo intento varias veces.

—¡MALDITA SEAS CLAIRE!— suelto finalmente. Mis labios formaron perfectamente esa frase, está llena de coraje.
   Al terminar mi frase Claire aleja bruscamente a Rychard de ella, y sus ojos se abren expresando sorpresa.

Experimento Subconsciente [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora