A uno siempre más bien, les ha encantado esas historias de amor con un final espléndido donde se puede percatar la felicidad del lector, pero, olvidemos por un momento la ficción y concentrémonos en la realidad.
En cómo es visto el amor para muchas personas, en cómo personas han desperdiciado su oportunidad de tener a su propio hilo rojo, oh vamos, muchos han de conocer esa famosa leyenda.
Se supone que la vida por más cruel que llegue a ser te brinda una segunda oportunidad y quizás si así lo permite, una tercera.
Pero esto no se trata en hablar de los fracasados que son muchos al tener frente suyo al amor de su vida y no aprovecharlo, sino que, en cómo es visto para las personas de hoy en día que dos personas del mismo género se amen.
En como aquellas críticas, o supuestas críticas destruyeron a dos personas con el mismo destino.
Vamos a transportarnos en Ohio, donde un joven muchacho llora por quien ama y por quien se va a casar. Su mirada perdida, sus ojos enseñando un gran vacío y sus lágrimas indicando lo destrozado que se encontraba tras recibir esa noticia.
En cambio, un joven celebraba con su familia que al fin iba a contraer matrimonio; esperaba atento la llegada de su mejor amigo, mejor amigo que prometió estar ahí pero que nunca llegó.
Tyler se preguntaba qué había sucedido –así es, ese el nombre de uno de nuestros protagonistas– y el porqué su mejor amigo no se encontraba ahí como lo había prometido. Su familia ansiosa y los fotógrafos sin desperdiciar cada momento para plasmar todo en una imagen y claramente en numerosos vídeos que pronto saldrían a la luz.
— Mi amor, ¿Sucede algo? Te he notado algo… tenso — Y ella era su joven y hermosa prometida; es decir rubia y de ojos azules, estatura prometido y un cuerpo envidiable para muchas jóvenes de su edad no obstante poseía de diversas cualidades demás a esas y es por eso que nuestro protagonista se sentía tan dichoso de haberla conocido.
— No sucede nada, Jenna. — Con eso, el joven demostró una magnífica sonrisa.— vamos a seguir disfrutando de la fiesta.
Claramente del Tyler del que hablamos, pertenece a una muy popular banda cuyo nombre era “Twenty one pilots”, banda aclamada por muchos jóvenes y adolescentes.
Esta banda contaba con un baterista quien es el segundo protagonista de dicha historia. Joshua Dun, quien tendía a teñirse el cabello porque para él: los colores eran vida, luz y esperanza.
Pero estar tendido en la cama llorando por su corazón roto en mil pedazos siendo consumado en la depresión no era nada de lo que él solía decir y su gran discurso del porqué la vida valía la pena.
Quizás debía aceptarlo, quizás debía dejar de llorar por algo que nunca fue y será suyo. Pero de algo estaba seguro, él iba a asistir a esa boda simplemente para dejar atrás un amargo sentimiento y reiniciar nuevamente con todo lo que ha perdido.
O al menos eso pensaba.
Debía aceptarlo aunque no lo quisiera, de todas formas ambos muchachos eran parte de la misma banda y sería una tortura discutir con su compañero, porque solo eso pasaría a ser.
Los días conforme al tiempo pasaban, más rápidos de lo normal. Para Josh, la amargura se había vuelto común, y sus vacaciones ayudaban a sobrellevar aquello de una manera perezosa y deprimente. Recibía distintas llamadas perdidas de su mejor amigo y varias notas de voz, pero no contestaría.
Había veces en la que Tyler iba a golpear la puerta del mayor y absolutamente nada sucedía, Josh ignoraba todo aquello que sucedía a su alrededor, y gracias a Dios, según él, vivir solo eran una gran oportunidad para aislarse durante un corto periodo.
