Desde ese día, llevaba una flor consigo, con intención de arrojarla al mar, pero nunca tuvo el valor de hacerlo, la flor siempre contenía una carta diferente, diciéndole que lo sentía, que de alguna forma, sentía que era su culpa, por dejarla ir.
Nadie pareció importarle su partida, la casa donde dijo que vivía, seguía igual que siempre, nunca vio a nadie llorando o usando ropa negra, lo cual lo lastimaba.
Al día siguiente, fue otra vez a la playa, haciendo la misma rutina de siempre, tratando de tranquilizarse, pero ella siempre pasaba por su mente.
"Lo siento" decía a ninguna parte. "Lo siento" repetía una y otra vez, esperando que de alguna forma, ella regresara, que lo abrazara, que le dijera cosas que probablemente no sean ciertas pero que lo tranquilizarian.
Con el paso del tiempo, aprendio que cualquier persona que alguna vez lo amara, lo dejara de la peor forma posible.
Su madre: la única persona que confiaba en el, que lo protegía y hacía las cosas que las mamás hacen, lo amaba, le pedía disculpas por traer a ese hombre a su vida, se arrepentía de nunca escapar de el, y se odiaba a si misma por seguir al que yo llamaba mi padre, pero no la odiaba por eso, la entendía, sabia que había cometido un error que no podía arreglar o no tenia lo necesario para hacerlo, aunque ese era un sentimiento que el nunca entendio, quería saberlo, pero como dije, se fue, a sus 38 años murió por manos de mi padre.
Su hermano: el le trataba de enseñar todo lo que sabia, escondites, cosas que hay que hacer o decir si su padre empezaba como de costumbre, sabia como ayudar a mi madre cuando el la lastimaba, podía parecer feliz en momentos difíciles para todos, trató de enseñarle a siempre ser fuerte y amable con los demás. Pero también se fue, a sus 19 años se suicido, un día antes de su cumpleaños, sin explicación ni despedida.
Lara: sabía que ella observaba, aveces quería fingir que no pasaba nada, que no tenia problemas, pero ya no podía más, sentía que ella no necesitaba eso, necesitaba algo honesto, para saber que la vida no es como la pintan, de alguna forma, yo también sentía algo por ella pero nunca pude decírselo. ¿Qué le enseño ella? Sin palabras, le enseño que hay veces donde llorar es importante y necesario. A sus 15 años ella fue en busca de su mundo perfecto...