19

472 56 30
                                    

El carruaje dejó a Magnus y Will en la casa de los Lightwood. Pero cuándo los dos amigos vieron la estancia, parecía que había pasado mucho tiempo desde que alguien vivió allí. Parecía que alguien había quemado el lugar. Con un profundo terror, Magnus corrió a la casa.
-Que le pasa a tu amigo? Que está buscando?- le preguntó el cochero a Will.
-Creo que le importa lo que no quiere encontrar- le respondió Will.

Will acompañó a su amigo a la casa. Magnus corría por lo corredores, desolados y negros. Lo invadió los recuerdos de su primer encuentro con Alec. Instintivamente, fue a la sala de música y se encontró con el piano de Alec. Todas las hojas de partitura estaban hecha cenizas y su corazón se rompió cuándo vio la alcoba de Alec. La cama, donde habían hecho el amor en varías ocasiones, estaba quemada. Los libros, los amados libros, estaban destruidos.
Su Alec, lo amaba mas allá de toda la devoción que su corazón podía ofrecer. Lo amaba mas de lo que podría llegar a amarse a si mismo. Su corazón le pertenecía a la persona que amaba.
El cuadro de Alec y sus hermanos estaba arruinado y había desaparecido. Lo único que probaba que hubo una pintura allí, era marco y el recuerdo de las veces que lo había visto.
Magnus y Will buscaron por toda la casa, esperando no encontrarse con cadáveres.
Pasaron por el estudio de Robert y Will se adentró en ella. El joven Herondale vio un cuadro en una mesa y se impactó ante las tres personas que estaban en el.
Su mirada estaba posada en la mujer del cuadro. Nunca la había visto, pero le era familiar. Se fijó que Magnus no lo viera y guardó la pintura en su chaqueta. Habrá sobrevivido al incendio, para esperar que la encontraran?

***

Alec despertó cuándo sintió una pata en su nariz. Abrió los ojos y vio a Iglesia sobre el. Había soñado con Magnus. Había soñado que lo encontraba y salían de aquel país, se reencontraba con sus hermanos y todo estaría bien. Pero eso solo podía pasar en un sueño. Alec se levantó de la cama y fue a la cocina. Allí vio a Max y a Arturo.
El ex mayordomo estaba preparando la cena.
-Hola- fue lo único que dijo Alec.
-Alec!- gritó Max. El chico fue corriendo al lado de su hermano. Alec le devolvió el abrazo, aunque aún estaba con algo de dolor en el brazo que le dispararon, llevaba un vendaje.
-Tranquilo, Max- le regañó Arturo- Tu hermano recién se levantó de la cama. Alec, tienes que descansar.
-Estoy bien- se defendió Alec- Y gracias por curarme.
-No te preocupes.
-Sabes que corres peligro con nosotros aquí. Nos iremos cuando podamos y...
-Alexander, recibiste una herida de bala. No es algo que hay que tomar a la ligera. Ve a descansar.
-Cuánto estuve en cama?
-Un día completo. Te perdiste la cena, hermano.
-Luego iré a trabajar- añadió el ex mayordomo.
Alec estaba por irse, pero tenía curiosidad por lo que Arturo estaba preparando.
-Arturo, que cocinas?
-Sus medías- respondió Max.

***

Magnus y Will caminaban por las calles de París. Magnus necesitaba saber en donde podrían estar los Lightwood. Tenía que encontrar a Alec.
-Magnus- dijo Will- ese es Alec?

Magnus no sabía de que hablaba su compañero, entonces se fijó que Will le señalaba un cartel. Era un cartel de una pintura de Alec, abajo de la imagen, tenía escrito algo: Se busca vivo a Alexander Gideon Lightwood, por asesinato y otros crímenes en contra de Francia. Se recompensará su captura.

-Santa Virgen de la Papaya!- exclamó Will- Magnus, te fijaste si Alec tiene una doble vida como asesino o en es que su trasero te gustó tanto que evita que pienses con claridad?!
-Primero: Alec no tiene una doble vida como asesino- dijo Magnus- Segundo: su sexi trasero no entra en discusión.

Los dos debían apurarse y saber que ocurría. Fueron al único lugar que podría darles respuestas.

***

Mary extendió los brazos a Magnus en cuanto cruzaron la puerta de su posada. La mujer vio primero a Will y después a Magnus. Marie le dio un golpe a Magnus en la cabeza.
-Auch- se quejó Magnus- Por que fue eso?
-Magnus Bane- dijo Marie- como pudiste reemplazar tan rápido a Alec con esta...copia de pacotilla?
-No soy copia de pacotilla- se defendió Will- Y estoy casado.
-Mas te vale- le dijo la mujer.
-Marie- la interrumpió Magnus- Que pasó con Alec?
-Oh, mi dulce niño- dijo la mujer- Las cosas han estado muy mal desde que te fuiste. Imagino que sabes lo de la toma de la Bastilla. Muchos nobles han escapado, incluso el hermano del rey. Ejecutaron a varios nobles. Ahora, usan la Bastilla como prisión. El rey y la reina viven en las Tullerias. Los Lightwood están en prisión, dicen los rumores.
-Y donde está Luís?- preguntó Magnus.
-Mi marido se ha unido a un club privado o algo así- respondió la mujer- Es un club Jacobino, me parece.
Hay un hombre, se llama Maurice. El parece estar en contra de los Lightwood, ahora todo el pueblo lo está buscando para entregarlo.
-Como es que pasó todo esto?- preguntó Will.
-Maurice y sus hombres fueron a detener a los Lightwood. Alec y su pequeño Max iban a ser arrestados, pero Alec se resistió. Tomó una pistola y mató brutalmente a varios revolucionarios. Ahora, está prófugo y nadie conoce su paradero.
-Eso es mentira- dijo Magnus- Alec nunca haría algo tan cruel.
-Yo pienso lo mismo. Pero Maurice ha logrado convencer a muchos de lo contrario.
-Quién es Maurice?- preguntó Will.
-Es un hombre peligroso que quiere vengarse de los Lightwood y de la familia real- dijo Marie- El dice que Robert convenció a Claudia, la mujer de Maurice, de abandonar a Francia. Ella estaba embarazada de su marido.
-Sabe que fue de ella?- le preguntó Will.
-Dicen que escapó a Inglaterra y murió con su hijo en el vientre. Claudia era una mujer hermosa y llena de vida.
Después, Maurice fue a pelear en la revolución americana. Cuándo regresó, perdió todo por sus deudas de juego y alcohol.

Magnus estuvo callado ante la historia de Marie. Recordó cuándo conoció a Maurice y lo mucho que le había desagradado.
-Conozco a alguien, que podría saber en donde están los Lightwood. Se trata de un nuevo empleado- dijo Marie.
La mujer miró la puerta, y de allí, emergió Arturo.

***

Alec estaba en la sala, viendo su partitura. Max se había llevado a Iglesia, pero el no podía abandonar su partitura. La canción de Magnus.
Recordó todo lo que había perdido en el incendio.
El chico vio que la puerta se abrió. Arturo entró en la sala. Después, un chico de pelo negro y ojos azules, que no conocía.
Y por último, un hombre de ojos de gato color ámbar.
Ambos se miraron sin creer lo que veían.
Se abrazaron y se besaron.
Lo bueno de las separaciones, es que no duran mucho.


Entre El Amor Y El Frio Acero (Caigo Cautivo #2. Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora