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Well, creo que debería poner advertencia acá, o no se, no he escrito cosas de este tipo desde hace mucho.

Pues ya que.

Warning: Gore.

Si eres sensible ante este tipo de cosas es recomendable que no leas esto.

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- ¿Estas segura de que quieres hacer esto, cariño? Podríamos utilizar a alguno de los animales de laboratorio.- el mayor intento convencerla, no se sentía confiado de que esa maquina no explotaría con su hija adentro.

- Padre.- La azabache le tomo de las mano.- si de algo estoy segura, es de nuestro orgullo, no dejare que nadie lo pisotee como se le plazca.

- Pero-

- Nada de peros.- Largo un suspiro, a lo que soltaba la mano del mayor.- Ya tome mi decisión.

Cerro la puerta de dicha maquina tras haber entrado, su mirada era segura, confiada de si misma. Creía firmemente en que iba a funcionar.

- Papí ¿Estas seguro de que no le hará nada a Onee-Chan? - Pregunto la pequeña Ayano, apegándose al mayor.

-. . .- Sin respuesta.

- Estará bien ¿Verdad? - Sonrió nerviosa la pequeña.

- . . .

- ¿V-Verdad? - Ahora mismo sentía como el corazón se le subía a la garganta.

- . . . No lo se.

El mayor tomo aire, presionando un par de controles en la estación de mando por la cual se guiaba aquella máquina.

La mayor sintio elevarse del piso, mas aun así seguía confiada, ni un rastro de nervios se veía en su rostro.

.

.

.

Funciono.

La azabache se encontraba flotando en lo que parecía ser su universo, donde el lugar parecía asimilarse al cielo, un cielo purpura y azul, con leves tonos de rojo, las blancas estelas iluminando el lugar, no solo eso daba luz.

Agujeros de gusano.

Había un millón de ellos, un millón de probabilidades, un millón de vidas, un millón de momentos, un millón de lineas temporales, el basto infinito se revelo ante sus ojos, y estaba más que maravillada ante ello.

De manera pasajera tocó una estrella, la cual le dio cosquilleo a su dedo, y se deshizo en polvo blanco y purpura.

Floto hasta un agujero de gusano, tratando de captar alguna imagen, acercando su ojo a él.

Un chico de cabello negro semi-rizado y ojos canela, ocultos por lentes opacos, se hallaba en el suelo, maldiciendose a el y a su torpeza internamente, pues recién acababa de chocar con la líder del club de cocina.

[ Mʏ Uɴɪᴠᴇʀsᴇ || YᴀɴᴅᴇʀᴇSɪᴍ || Fᴜɴ ɢɪʀʟ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora