Máscara (ChanBaek/BaekYeol)

II

-si vas en línea recta, llegaras al camino de salida. Es todo.

Me dejo en una extraña entrada, que tenía a ambos lados dos pilares.

-¿estas siempre en este lugar? Si llego a volver, ¿podré verte de nuevo?

Pareció ignorarme.

-este es el bosque en donde la "Montaña de Dios" y los espíritus viven. "Un pie adentro y perderás el camino para siempre." "No debes ir." Eso es lo que los aldeanos dicen, ¿verdad?

Sonreí ampliamente – Soy Byun Baekhyun. ¿Tú eres?

El silencio que siguió a mi pregunta fue tan grande que creí que no debí haber preguntado.

Retrocedí lentamente - ¡de todas formas, estaré aquí mañana de nuevo! ¡Adiós!

Me largue a correr.

-Chanyeol.

Frene en seco y me gire. Pero ya no había nadie ahí.

Al regresar al pueblo jugaba feliz con la maleza yendo de vuelta a la casa de mi tío.

Me lo encontré antes de llegar.

-¡Baekhyun!

-¡Ah, tío! – contento de verlo corrí a abrazarlo.

-Baekhyun... tonto.

Otro golpe me fue dado en mi pobre cabeza.

-si vas solo al bosque y te lastimas, ¿Qué hubieras hecho?

Llorando me lance a sus brazos.

Nos devolvimos juntos, de la mano.

-tío... ¿es verdad que hay espíritus en el bosque?

-oh, en el bosque de la "Montaña de Dios"... ¿eh? Eso es lo que dicen... Cuando era pequeño, quería conocer a los espíritus. Por eso mis amigos y yo entrabamos en el bosque. Al final, nunca conocí a alguno, sin embargo tuve la sensación de ver ocasionalmente algo en la esquina de mi ojo.

En las noches de verano, puedes escuchar los sonidos del rio entrando al bosque. Ahora que lo pienso, Iwa dijo que ella y sus amigas habían ido a un divertido festival de verano dentro del bosque. Pero era imposible que los aldeanos hicieran un festival dentro del bosque. Entonces, ¿de cuál festival hablaban? Esta historia puede haber aparecido porque ellos entraron al festival de los espíritus... ¡Ja, que nostalgia! Que tontos hemos sido de niños.

Por la noche, no pudiendo dormir, mire hacia el techo.

La madera formaba dos "ojos" que me recordaban a los de la máscara de... Chanyeol.

"Este es el bosque en donde la "Montaña de Dios" y los espíritus viven"

Casi pude escucharlo en mi mente.

"Un pie adentro y perderás el camino para siempre"

Me dormí con su recuerdo.

-regresaste.

Fue lo primero que me dijo al día siguiente.

-pensé que nunca volverías.

Con felicidad exclame - ¡me estabas esperando!

Corrí a abrazarlo. Pero el palo azotador de niños fue más rápido.

Sigo preguntándome si era el mismo palo.

-no aprendes ¿verdad?

Ya sabía yo que me costaría aprender.

-estaba feliz, es eso... perdón.

Levante la bolsa que deje caer. Había traído un par de helados por el calor del verano.

-hace calor aquí. ¿Vamos a algún lugar más fresco?

-¿Qué? – el miedo a perderme otra vez, apareció.

-no te preocupes. Te llevare afuera de nuevo.

Basto eso para que lo siguiera con felicidad.

Comíamos nuestros helados plácidamente cuando entramos a un lugar del bosque un poco más tenebroso.

Al mirar alrededor pude ver una sombra negra materializarse y hacerse una larga masa con ojos y una sonrisa roja y espeluznante.

Ahora si sentía miedo.

-Chanyeol – le hablo la cosa negra - ¿es un niño humano? ¿Puedo comerlo?

Asustado me puse tras la alta figura de Chanyeol.

-no. Es mi amigo.

-ya veo. Niño humano: por favor no toques a Chanyeol. Si no, ¡te comeré!

Di un respingo del susto, cuando de pronto Chanyeol estornudo y la cosa negra se volvió un lobo.

-¿u-un lobo? – cuestione sorprendido.

El lobo huyo asustado.

-él es otro espíritu. Se transforma para asustar a la gente, pero es todo un cobarde y no ataca.

-¡increíble! – exclame dando saltitos con emoción - ¡es la primera vez que veo un espíritu real! ¡Así que realmente existen! ¡Increíble! ¡Increíble! ¡Increíble!

-¿Qué crees que soy yo?

En mi emoción no tome atención de lo que él dijo.

Solo seguimos caminando luego de eso.

-Chanyeol, ¿no tienes cara o algo así? – Pregunte una vez más calmado - ¿Por qué usas mascara?

-no tengo una razón – contesto con simpleza – no pienses en mí. Cuéntame algo tuyo.

-¿quieres saber? – intente hacerme el interesante en mis seis años de edad.

-es por eso que te he esperado.

Me sentí tan feliz que solo atine a dar vueltas a su alrededor mientras me reía.

Al otro día, y al siguiente, volví al bosque.

Esos días de verano, jugué y corrí alrededor del bosque.

Sonreí mirando por la ventana del tren dejando que los recuerdos inundaran mi mente...