~La chica de la capucha~ [Tokyo ghoul] -Uta & Tú

Capítulo 1: ''Gracias una vez más''

Mis ojos comenzaron a abrirse, aunque no entraba luz por la ventana. Giré para ver el reloj y eran las cuatro de la mañana.

Me estiré, me puse una camisa de tirantes blanca, una sudadera grisácea y unos vaqueros negros.

Me preparé un café y me senté en el sofá de mi casa, pensando en lo primero que se me ocurría, hasta que un ruido por fuera me sacó de mis pensamientos.

Me asomé a la ventana, y vi a un ghoul comiéndose a un humano.

Volví para adentro y me puse una mantita por encima.

Me terminé el café y dejé el cuenco en la pila. Me puse unos zapatos y salí a la calle.

Paseaba y veía escaparates cerrados. Mi reflejo se veía en ellos.

Después de andar un rato más, oí unos ruidos por un callejón, y me acerqué a ver que pasaba.

Vi a unos agentes de la CCG que estaban rodeando a alguien. Era una mujer con pelo corto y morado oscuro. Llevaba una falda negra, medias, una sudadera, unas botas y una mascara como de un conejo. Todo de color negro menos la máscara. Creo que es Touka.

Ella era un ghoul, pero eran muchos agentes. Seguí observando un rato como luchaban. Al rato me apiadé de la ghoul y sigilosamente me acerqué y uno a uno les rebané la garganta, hasta que el último que quedaba se dió cuenta.

Tenía el pelo blanco y una mirada de desquiciado mental. Me empezó a atacar con un Kagune que sacó de una maleta. Yo lo esquivaba, pero era muy ágil, y alguna que otra vez me golpeó.

La mujer se acercó a él y le cogió con su Kagune, tirandolo lejos de donde estabamos.

Me dejó varias heridas, y unos rotos en la camisa.

-¿Estas bien ___? Dijo la pelimorada acercandose a mí.

-S-sí- Escupí un poquito de sangre. Me miré el abdomen y tenía una herida enorme que chorreaba.

Me la toqué y pegué un leve chillido.

-Te voy a llevar a un lugar para seguro- Dijo subiendome a su espalda- Mientras cierra los ojos y descansa.

Y así hice, me dormí mientras la ghoul me llevaba en caballito a saber donde...

~Unas horas después~

Desperté en una habitación muy oscura, miré hacia los lados y pude ver una pequeña mesita y una televisión.

Me levanté y noté mi torso arder, cuando de repente Kaneki entró por la puerta con una bandeja. Llevaba puesto el uniforme, a si que supongo que estoy en Anteiku.

Me miró dejando la bandeja en mis piernas, y me dió un tierno beso en la nariz.

-¿Te encuentras mejor?

Di un bocado a un croissant que había.

-Sí, me siento mejor- Terminé de tragar y me tumbé, no me apetecía hablar.

Kaneki cogió la bandeja y se marchó de la habitación. Iba a dormirme, pero Hinami entró con un cuadernito.

-___-chan, ya despertarte!.

Me encanta su inocencia.

-Sí, ya me siento mejor- Dije un poco desanimada.

-¡Qué bien!

-¿Puedes dejarme un ratito sola?- rodé los ojos.

Me di la vuelta e Hinami se fue.

-Bendita soledad- Dije mirando al techo blanquecino.