Capítulo 8- un convertible verde

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"Al león lo vemos como un animal fuerte, dominante y autosuficiente. Lo vemos como el gran rey de las bestias; el poderoso león. Lo vemos tras sus ojos pasivos y su mirada intimidante; lo vemos a través de sus rugidos y la conmoción que causan estos; lo vemos en la elegancia de su andar, tan seguro y potente como ningún otro; lo podemos ver también reflejado en su melena, su sello de poder.

Pero muy pocos podemos verlo como aquel que necesitó tiempo y esfuerzo para llegar a ser lo que es. Pocos lo vemos como el pequeño crío que esperó durante años su primera cacería con ansias. Pocos ven también la madre tras ese imponente felino. Una leona que le dio amor, que lo empujaba al flaquear, que lo castigaba al equivocarse y le daba afecto durante su desconsuelo, y la misma que un día tuvo que marcharse para que él se enfrentara a su mundo por sí solo.

Ese león, que vemos echado en medio de un prado, tan hermoso y perfecto, es ese mismo crío que pasó sobre el barro de las humillaciones y los errores; es el mismo que también tuvo que enfrentarse ante otros aparentemente más fuertes y capaces para ganarse su lugar entre los demás. El tiempo acabó forjando una coraza de acero formada por la determinación y la osadía. Pero, ¿Qué hubiera sido de ese león que vemos imponente, si no hubiera tenido estímulo suficiente?

Nosotros somos ese león, solo que nuestra humanidad no nos permite darnos cuenta de que podemos ir más allá. Muchas veces no nos sentimos con la capacidad de superarnos o superar a otros. Nos menospreciamos a nosotros mismos; nos caemos y nos quedamos tendidos en el suelo; no ansiamos dar el siguiente paso en la vida; no tenemos quien nos de apoyo, quien nos consuele, quien nos corrija. Nos jactamos en el tradicionalismo y la monotonía. Y sin embargo no es así como queremos llevar la vida, visto que nadamos en un mar creado a costa de nuestras propias quejas acerca de la insatisfacción que tenemos con nuestro estilo de vida.

¿Por qué no cambiar? ¿Por qué no salir a cazar por primera vez? ¿Por qué no levantarnos del suelo? Nunca cazarás un venado enorme en el primer intento, ni te levantarás limpio luego de una caída en el barro; nadie dijo que lo bueno es fácil. Ese león conquistó su primera carrera tras cientos de intentos, y un ser humano no es muy distinto. Pero la satisfacción que recorre tu cuerpo después de haber logrado tus metas no tiene comparación; en ese momento no importa nada más; no existe sensación similar a la que sientes cuando dices «lo logré».

Ese león vive en ti, vive en mí, vive en nosotros. Ese león espera en lo profundo de nuestro ser a ser llamado. Ese león aguarda por ti."

—Ninna Carotti

Después de leer el post de Ninna, Mack se tomó su tiempo para tomar una decisión inspirada en «liberar a su león interior», pero luego de plantarse a releer durante diez minutos la única decisión que fue capaz de tomar fue:

— Creo que me haré un sándwich.

— Yo quiero uno —dijo Arabella desde el sofá— de orégano.

Mackenzie resaltó su mueca de irritación removiendo sus ojos al máximo, y mientras se encaminaba hacia la cocina dijo:

— Lee el último post de Carotti, necesito que me ayudes con algo.

Unos minutos más tarde la rubia salió de la cocina con dos sándwiches y dos merengadas de chocolate en una bandeja. Se sentó al lado de su amiga y apagó el televisor, nunca le gustaron las películas de acción.

— Ah... —suspiró Arabella— Tom Cruise.

— Sí, sí, hermoso ¿leíste el post?

— ¿El de Animal Planet?

— No, y no me hace gracia.

— Leones ¿Qué tienen los leones que no tengan los gatos?

— Ara, concéntrate.

Cantos de AleruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora