PRÓLOGO

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- ¡Es el primer dia y ya voy a llegar tarde! - Grité molesto y desesperado sin encontrar el par de mis zapatillas - Aún tengo que desayunar, ya son las 7:00 am, es una hora de viaje a ese colegio y yo sigo aquí.

- ¡Ese es tu problema, Tobías! Yo te avisé desde temprano y tu seguias durmiendo, así que deja de renegar y apúrate - dijo mi mamá gritando mientras endulzaba el café (no es como si sus gritos me fueran a hacer más rápido o a detener el tiempo) - Si así vas a empezar un nuevo año pues te irá mal el resto de todo el año.

-Gracias por tus buenos deseos mamá - dije en tono sarcástico - Ahora que lo pienso, pierdo tiempo discutiendo contigo.

Tomé el café más rápido de lo que podía sin manchar la ropa porque sino estaría arruinado, me despedí solo de mi mamá y del perro ya que mi hermana seguía durmiendo. Salí corriendo de la casa hacia el paradero y llegué exhausto debido a mi poca actividad física, por suerte llegué a subirme al primer carro que pasó, el único carro que me lleva a ese colegio.
Luego de 50 min llegué a mi destino, en la puerta me dijeron que mi salón estaba en el segundo piso, así que subí corriendo hacia mi salón y ahí estaba mi tutora, una mujer de unos 25 años, delgada, piel clara, ojos altones y con cabello rizado
- Buenos días miss, un poco más y llego tarde el primer día de clases.
- Buenos dias hijo, entonces debes salir más temprano de tu casa, ve adentro que ya va a empezar la clase - dijo mi tutora algo inquieta.

- Bueno, un nuevo colegio y una nueva vida, no conozco a persona alguna así que debo procurar no hacer algo estúpido. - me dije a mi mismo y en cuanto me di cuenta me estaba yendo de cara hacia el piso, puse los brazos para amortiguar la caída y mientras me levantaba podía oir la risa de algunos chicos - Mierda - susurré mientras el profesor trataba de poner orden en el salón.

- Bueno chicos, me presentaré, soy el profesor de geometría y mi nombre es... - Como si a alguien le importara quien és, se supone que vengo para aprender matemáticas y no su nombre.

Luego de 2 horas comenzó el refrigerio y ya que desconocía a todos y nadie tenía interes en acercarse a ver al chico nuevo, me tomé esos 15 minutos para tratar de ubicar los lugares principales como la cafetería y el baño. En la cafetería todo estaba caro y yo no tenía dinero, apenas mi pasaje, y cuando empecé a buscar el baño los 15 minutos habían terminado
- Joder, otras 2 horas de aburrida geometría.

-Bueno chicos, mañana lleguen temprano para la prueba diaria y en la salida habrá un examen, así que estudien mucho porque no quiero ningun jalado, ya pueden salir - Esas eran las palabras que estaba esperando que la tutora dijera: "ya pueden salir".

Salí casi corriendo hacia el paradero.
- Mientras más rápido llegue a mi casa tendré más tiempo para jugar y dormir - pensé mientras levantaba la mano para que el carro pare.
- El carro está casi vacio, espero se quede así por todo el viaje - me dije a mi mismo mientras bostesaba - Creo que dormiré un poco - estaba demasiado cansado, más de lo normal sin razón aparente.

Cuando ya estaba llegando a mi casa tuve un raro presentimiento, un extraño cosquilleo en las manos. La señora que estaba sentada a mi lado empezó a gritar de tal forma que me terminó despertando y llegué a oler que algo se quemaba. La señora gritó: "¡Fuego!" señalando hacia mi brazo izquierdo, y al parecer no se equivocaba, mi brazo izquierdo y parte de mi mano derecha estaban cubiertas por una llama de una combinación de rojo, naraja y azul intensos; pero por alguna razón no sentía que me estaba quemando. Intente apagar el fuego sacudiendo mis brazos fuera del auto por la ventana y vi como de mis manos salían ráfagas y erupciones de fuego.
Empecé a asustarme y las demás personas que estaban en el carro me veían como un demonio, se alejaron de mi costado y lo único que hacían era insultarme como si yo hubiera asesinado a alguien.

-Maldición, cállense - grité mientras una onda de fuego salía de mis manos - No sé que me pasa y ustedes no ayudan en nada con sus gritos - dije casi con lágrimas en los ojos.

Las personas se callaron, creo que piensan que les haré daño... genial, me temen, excepto un chico que estuvo tranquilo en todo momento. Intenté calmarme y las llamas fueron desapareciendo; pero como si eso fuera poco, las personas querían golpearme sin ningún motivo. Se acercó un sujeto mucho más alto que yo para golpearme directamente a la cara, estiré mis brazos hacia adelante  para que se detenga y cerré los ojos esperando el golpe, golpe que nunca llegó.

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Muchas gracias por leer, espero les haya gustado y sé que les gustará lo que se viene. Es importante para mi saber sus opiniones así que dejen sus comentarios y voten, se los agradecería aún más.

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