The New York Times

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-Grace, tengo lo que me has pedido-

-Déjalo en el escritorio- señalé mi despacho, desinteresada.

-¿No que lo necesitabas con urgencia?- Iker preguntó.

-Tu lo dijiste, Iker- bufé- lo necesitaba, ya tengo la información.

-¿Cómo?- dijo alterado.

-Como escuchaste niño- respondí- le asigné la búsqueda a alguien más, y como ves la obtuvo antes que tú-

-Me hubieras avisado-

-Estás haciendo tu trabajo- quité de mi rostro los anteojos- es tu deber-

-Claro, no digo lo contrario- suspiró- pero estuve como loco buscando esa información para que me digas que ya no te sirve-

-Simplemente le pedí a alguien más que la busque y la encontró- dije seca- si es mucha presión para ti, hay mucha gente que quisiera tu puesto.

-¿Te sucede algo?- Iker se sentó al frente de mi.

-¿Por?- incliné mi cabeza hacia el.

-Te conozco, muchacha- suspiró- andas de mala, eso no es común en ti-

-No es nada serio- admití- tan solo que no he encontrado rastros sobre los robos de estas últimas semanas, necesito esta información para un titular-

-Relájate, mujer- tomó mi mano- es tan solo trabajo-

-Mi trabajo- aclaré.

-Lo sé, pero estos robos te han tenido pensando más de lo debido- opinó.

-Estoy segura que se trata de una misma persona-

-¿De la misma persona?-

-Claro, los robos se han realizado a la misma hora de siempre- añadí- que resulta ser la hora con más tráfico en la ciudad-

-¿Que quieres decir?-

-Es muy simple descifrarlo, la persona o grupo que se encarga de estos robos busca la hora con más tráfico para que la policía no llegue a tiempo lo que lleva a pensar que tienen una vía de escape muy rápida-

-No lo había pensando de esa forma-

-Claro que no- me burlé.

-¿Tratas de decir algo?- cerró la puerta de mi despacho con seguro.

-Nunca piensas bien las cosas- reí.

-¿Cómo sabes lo que estoy pensando?- se acercó hacia mí.

-No sé lo que piensas pero espero que sea lo mismo que yo- acaricié su pierna con mi tacón.

-Creo que si- tomó mi cintura acercándome a él.

-Buen muchacho- dije desabrochando el botón de su pantalón.

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-¿Grace?- una voz entraba a mis oídos como eco.

-Quien mierda anda por ahí- escupí las palabras.

-¿Tan descortés con las visitas niña?- la voz salía por cada ángulo de la habitación.

-No son bienvenidas- susurré.

-Grace, grace..- una nueva voz es expandía por el pasillo.

-¿Quien anda por ahí?- grité mientras la cabeza me daba vueltas.

-Sabes muy bien quienes somos- retumbaron carcajadas en mis tímpanos. 

- No lo sé, mucho menos me interesa saber- dije con la voz entre cortada.

-Hemos vuelto- las risas dominaban mi cabeza.

-¿Que carajos quieren?- caminaba con la vista nublada.

-Volver a ser tu compañía- las risas retumbaban por todo el lugar- ¿No nos extrañabas?

Han vuelto, si han vuelto. Esas malditas voces que tan solo yo puedo escuchar.

-Lárguense, lárguense, lárguense, lárguense- repetía sin parar en posición fetal.

Sentí como mi cuerpo se balanceaba de lado a lado, poco a poco pude escuchar una voz familiar mencionando mi nombre.

-¡Grace, despierta!- 

-Que mierda- susurré.

-Gritabas que se larguen, Grace- comentó.

-Tan solo una pesadilla, Niss- comenté- nada más que eso-

-¿Han vuelto tus pesadillas?- preguntó preocupada.

-No digas tonterías..- Niss me interrumpió.

-A mí no me mientas, no hay necesidad- se sentó al borde de mi cama.

-Hace mucho que no soñaba con ellas- confesé.

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BANG  || JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora