Capítulo 3

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Recuerdo que al día siguiente habías entrado hablando de una forma extraña.

Era curioso ver que no hacías el menor intento de que tu voz no resaltara de más.

Quería reclamarte una y mil veces por no haberme esperado.

Pero ¿Qué podía reclamar?

Si no era obligado. 

La chica con el síndrome de corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora