Capítulo 1

12 2 2
                                    

Creo que todavía no me he presentado. Mi nombre es Malia González. No voy a ser la típica persona que se dedique a llorar sobre su pasado y a contarle a todo el mundo su loca y hermosa aventura de amor. Básicamente, porque esto no es un libro, y después, porque yo no tuve dicha historia de amor. Sí, me enamoré, loca y perdidamente de alguien que no lo merecía, y, aunque me cueste admitirlo, gracias a ella soy una persona talmente opuesta a lo que era.

Tampoco voy a empezar con el cuento de la chica del montón que se convirtió en alguien extraordinario gracias al chico de sus sueños, porque no. Siempre he sido alguien que llamaba la atención. Soy morena, de ojos verdes y con un cuerpo de escándalo. Mis principales aficiones son los animales, la velocidad y el deporte, al fin y al cabo, me dedico a ello.

Una vez terminada toda esta chorrada de las presentaciones comienza mi propósito.

He estado mucho tiempo alejada de casa. Nunca me imaginé llegar y ver todo tan distinto, pero en el buen sentido. Mi hermana se ha convertido en toda una mujercita. Quién me iba a decir que esa niña alocada e hiperactiva iba a tomar las riendas del hogar cuando yo decidí alejarme de la realidad. Mis padres gozan de una vida plena, ambos disfrutan de todo lo que quieren gracias a mí. Es mi forma de agradecer los grandes sacrificios que han hecho durante todo este tiempo.

-¡Pero mira a quien tenemos aquí!-grita mi padre mientras viene hace mi con los brazos abiertos-¡Si es la mejor modelo del mundo fitness!

-Arturo, por favor, deja de gritar-le reprocha mi madre mientras me separa de él para darme el achuchón del siglo- ¡Por dios! ¡Cuánto has crecido! ¡Mírate!- Me dice con una intensidad que nada tiene que envidiarle a la de mi padre- Qué cambiada estás...-dice con lágrimas en los ojos- Te he echado tanto de menos...

-Lo sé, mamá-la corto antes de que dramatice-, y yo a vosotros-contesto correspondiendo con la misma intensidad su abrazo-¿Qué pasa enana, no me vas a decir nada?

-Ya sabes que yo no soy de arrumacos, confórmate con un besito- me agacho para que llegue con más facilidad-. Pequeñito-. Me aclara sonriéndo



Lo acepto encantada.

Después de pasarme todo el día vagueando en casa con la excusa de que el viaje me ha dejado hecha polvo, decido levantarme de la cama. Volví a casa con una misión que pienso cumplir. He cambiado, y ahora voy a afrontar las cosas que dejé pendientes.



Empezando por él.

Ahora lloras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora