Primera Carta para ti

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Estimado lector.
Honestamente de estimado no tienes nada, pero lo puse por ética y mi fidelidad a la gramática.
Lo entiendes, para mi la fidelidad significa algo. Pude cometer errores pero nunca quise lastimarte, no como tú.

Veo mi reflejo en el espejo del baño a la 1:00 am y me encuentro con los ojos rojos y con el delineador y rimel corridos bajo mis ojos.
Nunca me había visto más estúpida en mi vida.
Nunca debí verme estúpida en mi vida. Y cuando pienso en la causa de mis lágrimas era nada más ni nada menos que tú.
No puedo borrar tu número. Aún no puedo. Lamento informarte que yo si sentí algo, espero y no te moleste que yo si haya dado algo profundo a esta relación de tantos años y no como tú que me olvido de inmediato.

Como primer contacto de whatsapp encuentro tus datos resignada a pasar por tu nombre cada día.Después de haber borrado todo, un número no es nada. Después de que arruinarás todo, un contacto no es nada.

Veo una nueva foto de perfil que ignoro de inmediato y luego tu estado que cito, dice "TE EXTRAÑO". El fiasco de esto es que no se si me lo dices a mi o a la otra.

Ignoro mi pensamiento y entró a la foto de perfil. Pongo un acercamiento a todos los detalles de la foto menos a ti. Recuerdo tu casa, la ventana con las cortinas doradas y me percato que no hay nada más que ver, nada más para evitar verte.
Te encuentro en la fotografía con tu flamante sonrisa.La sonrisa que me dice que nunca me harás nada malo, que nunca lastimarás a nadie, y que, a pesar de todo lo ocurrido, sigo creyendo.
Te encuentro con los ojos enchinados por la sonrisa, los ojos que prometieron solo mirarme a mi, la sonrisa que provocaba que mis preocupaciones se esfumaran y que probaba que tu eras quien calmaba mi pulso en los días agitados.
Caen lágrimas que trato de evitar con poco éxito. No puedo dejar de verte, tratando de buscar una imperfección que sé que no encontraré porque desde que te ví pense que eras de otro mundo.

Salgo de mi dormitorio y me veo en el espejo del tocador y me doy cuenta que lo que estaba frente a mi no era yo.
Quien estaba frente a mi era débil, insegura e infeliz. Literalmente lo contrario a mí.
Me lavé la cara de inmediato y me miré a los ojos tratando de encontrarme, pero no, me había ido.

Creo que es difícil de explicar tanto como de entender como realmente eras mi todo.

Antes de que fueras tan importante para mí, mis prioridades eran el sarcasmo y la indiferencia, como izquierda y derecha, ninguno sin el otro y yo siempre con ellos.
Llegaste con tanta pureza y virtud que quise ser digna de tí.
Lo dí todo,TODO. Me dí a ti y a tu modo de ser. Cuando ví que eras exactamente como pense me pareciste más completo como persona. Quise ser igual, quise que me vieras como alguien digna de tu amor.
Me hiciste buena, mierda, me cambiaste y yo no podía ver el mal que me hacía. Me cambiaste hasta tal punto que yo me lo creí. La bondad brotaba de manera espontánea. La mansedumbre y el brillo que amaba de tus ojos llegaron a los míos y supe que me habías convertido en una buena persona. Una persona amable y caritativa como tú, y desde ese momento dejo de parecerme algo estúpido sino mágico. Me hiciste digna de tí. Y lo más importante, es que me deje llevar por ti.

Nuestra relación sobrepasaba grandemente a los estereotipos de cuentos de hadas. Lo nuestro era perfectamente realista, no creo que alguien que nos haya visto pueda volver a encontrar una pareja que estuvieron destinados a ser.

En fin, cada amor es diferente, el nuestro, al igual que todos, fue muy particular. Creí que lo tenía todo hasta que te conocí y supe lo que era felicidad plena.

Te conectaste hasta la madrugada antes de mi cumpleaños, ni siquiera me felicitaste. Esperaba que tu orgullo desapareciera y pudieras hablarme. Que hicieras esta fecha el mejor día de mi vida como hiciste hace un año, que tu voz y tus palabras fueran lo único que escuché ese día y traté a todos bien. Esperaba que este año fuera igual, pero paso lo contrario, buscaba tu voz y no la encontraba, había tanta gente, tantos murmullos y no estabas. Te esperé, y no llegabas, esperaba desde la mañana, es mas, desde la madrugada que me llamaras y dijeras que estabas en camino.
Tocaban la puerta y esperaba que al abrir fueras tú. Te esperaba, siempre lo he hecho. Pero no llegabas.
Sonaron la campana de las doce que retumbaron como nunca antes en mis oidos, mi día acabo y tu no estuviste en el. No supe nada de ti ese día, y fue un nuevo y afilado cuchillo que sentí en mi corazón que no dejaba de moverse, como si quisiera que la herida nunca cierre.

Cuando me preguntaban por tí, me expresaba de manera indiferente, como si tu partida no me hubiera lastimado hasta la muerte.

Flores En InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora