Tenía los pelos de punta. Quizás era sólo por el frío o quizás era por la constante sensación de sentirme observada. Probablemente no había sido una buena idea venir de noche al cementerio pero necesitaba hacerlo.
Mientras caminaba, el único ruído que se escuchaba era el sonido que producían mis zapatos al pisar las hojas secas que el otoño había dejado.
Cuando estuve enfrente de la lápida correcta deposité una rosa azul. Su favorita. La favorita de mi madreElla había fallecido cuando tenía 6 años. Hoy era el 11º aniversario de su fallecimiento y como todos los años , desde que salí del orfanato, había estado saliendo por la ventana de mi habitación y había cogido mi patinete viniendo hasta aquí. Era una rutina.
El cementerio estaba situado en una zona apartada de la ciudad.
Nyville, era un sitio bastante tranquilo , no era tan grande como una ciudad ni tan pequeño como un pueblo. Yo había crecido aquí. Había pasado los mejores años de mi vida pero también los peores .A pesar de esto Nyville era una ciudad maravillosa. A simple vista parecía un sitio normal y corriente como cualquier ciudad pequeña , pero si explorabas bien la zona era un lugar fantástico con paisajes impresionantes. Mi madre se había encargado de enseñarme gran parte de ellos. Mi padre por otra parte se largó cuando yo nací. Supongo que la idea de ser padre nunca le agradó y cuando vió la oportunidad decidió irse sin importarle nada ni nadie. Siempre lo odié por ello , por a ver sido un cobarde y habernos abandonado , sin embargo mi madre siempre decía que mi padre era un buen hombre y que no debía odiarlo , que todos cometíamos errores y que lo importante era , por muy difícil que fuera, perdonar y seguir adelante.
Realmente nunca entendí porque lo defendía tanto.
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Después de estar más de media hora observando la lápida decidí que era hora de irme. Cogí mi patinete y empecé a caminar hacia casa, si es que se le podía llamar así. Mis padres de acogida no eran gente precisamente cariñosa sino todo lo contrario. Se pasaban los días discutiendo y yo era un cero a la izquierda. Rara vez les importaba lo que me pasaba y no me permitían ir al cementerio alegando que "no tenían tiempo para llevarme" y "que era muy peligroso que fuera yo sola" por eso me escapaba por la ventana.
Me adoptaron casi 4 años después de que llegara al orfanato y desde siempre fueron muy reservados. Las discusiones siempre estuvieron presentes pero últimamente iban a peor.
Cuando llego al lateral de la casa dejo el patinete apoyado contra la pared y comienzo a trepar el árbol que está cerca de mi habitación.
Cuando estoy dentro, de forma sigilosa, intento ponerme el pijama para más tarde dejarme llevar por los brazos de morfeo.Bajaba las escaleras sigilosamente mientras apretaba mi osito de peluche contra mi pecho. Tenía miedo. Me había dicho que me escondiera debajo de mi cama y que no saliera por nada del mundo , que todo estaría bien . A pesar de todo , no me sentía segura y al ver que no volvía y que repentinamente todo se había quedado en silencio , decidí bajar. Todo estaba oscuro. La única luz que entraba eran por las ventanas gracias a las farolas de la calle. Mientras seguía bajando sentía como mis manos temblaban y el terror se apoderaba de mí. Tenía un mal presentimiento. De repente oí un grito y....
Me levanté de golpe. Todo había sido una pesadilla.