-¡Ahh!- suspiró Claude al llegar a su trabajo en una pequeña pizzería en el centro de Londres.
-¿Qué pasa muchacho?- preguntó un hombre de baja estatura, cabello castaño con unas leves entradas y un mostacho.
-Perdona Dave, pero el cliente no me pagó y me insultó por llegar un minuto tarde- replicó Claude.
-Tranquilo, no es la gran cosa- dijo Dave
Claude se deslizaba sus manos entre su cabello.
-Tú lo dices porque eres el jefe, pero eso me afecta directamente a mi salario.
-No te preocupes, no te lo cobraré. Además es la última entrega del día, ve a casa muchacho y descansa, te hace falta.
-Gracias Dave te debo una. Tan sólo desmontaré la caja de pizzas de mi moto y me iré.
-Está bien, buenas noches muchacho- respondió Dave
-Buenas noches Dave.
Claude se dirigía a su casa en su motocicleta aquel sábado por la noche después de un largo día de trabajo.
No sabía porqué pero en esa noche él sintió que algo iba a pasar, era como un escalofrío que le erizaba la piel, estaba intranquilo, hasta que sucedió, al pasar por una carretera vio una luz muy potente proveniente de un túnel en una desviación algo escondida entre la maleza, le pareció extraño ya que nunca había notado la existencia de aquella ruta alterna, se introdujo lentamente con su moto al interior, pudo observar que al final del túnel irradiaba aquella luz que llamó su atención, de un color celeste, parpadeante y el cual era el principal motivo por el cual estaba ahí.
Al llegar mas o menos a la mitad del largo túnel notó con asombro que la luz empezó a acercarse a él. Impedía ver mas allá del pasadizo, esa luz hacia un ruido como el de un zumbido constante y unísono.
La intensidad de la luz comenzó a aumentar y a acercarse a Claude. Para cuando reaccionó, la luz casi lo alcanzaba, pero rápidamente accionó su moto y dio media vuelta para poder escapar, pero la luz incrementó su velocidad y de un momento a otro la luz lo había rodeado por completo. Quedó segado por unos segundos debido a su intensidad, cuando por fin pudo ver con claridad notó que ya no estaba en el túnel, ahora, de la nada, se encontraba cayendo sin su moto, pero aun con su casco desde el cielo en un día soleado, no se detuvo hasta unos instantes antes de golpear el suelo, que fue entonces en desaceleración, pero aun así iba lo suficientemente rápido para dislocarse un tobillo y golpearse en la cabeza dejándolo inconsciente.
Cuando regresó en si, observó a unos jóvenes luchando contra unos monstruos de hilo negro, se retiró el casco y se preguntó.
-¿Dónde estoy?.
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Este capítulo es una breve explicación de como llegó Claude a aquel lugar, pero con el tiempo y los capítulos se irá complementando.