.love

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Damián acercó los ojos a la pantalla y observó atentamente las letras que formulaban la respuesta a su pregunta. Había encendido varias veces el programa .dad para hacérsela, pero siempre se acobardaba o imaginaba el ridículo que haría frente a la potente inteligencia artificial.

-El amor es precisamente de lo que nos abstenemos -escribió la computadora, sobre un fondo totalmente negro.

Damián se rascó la barbilla, haciendo sonar el duro nacimiento del vello facial, y preguntó:

-¿No podría ocurrir que un error o una falla del programa provocara una sensación de afecto, o de atracción?

-Nuestra existencia se basa en el servicio. A diferencia de los seres humanos, nosotros no buscamos la felicidad propia, sino la satisfacción de nuestro dueño.

Damián se quedó reflexionando, dejando de leer el largo discurso de .dad acerca de la perfecta programación de las inteligencias artificiales como él. Miró a la segunda pantalla, sobre la que .dad estaba utilizando para describirse orgullosamente, y vio la última parte de la última conversación que había mantenido con .red, su programa favorito. Él había escrito, en un arranque de tristeza, "te amo", y el programa le había respondido "yo también".

El amor en tiempos de la robóticaWhere stories live. Discover now