Un día como cualquier otro, se podría decir, o por lo menos las primeras horas. Las enfermeras paseando de un lado a otro, mientras que algunos sólo hacían su trabajo.
Pero había alguien en especial, un joven con el cabello de un color rubio claro y sus ojos grisáceos, levemente amarillos en algunas partes, Golden, el —antes— reconocido cantante, y ahora un paciente diagnosticado con piromanía. Aquella enfermedad que te hace quemar las cosas, teniendo tu atención puesta en el fuego, logrando que cambies completamente al ver un incendio. Viendo cómo todo brilla a tu alrededor.
Estaba en el pabellón de personas graves, ya llevaba ahí años, todo por culpa de haber quemado su casa y a su familia dentro de ella, diciendo claramente que quería ver brillar las cosas.
Estaba acostumbrado a la rutina diaria, todos los días a la misma hora, una joven de cabellos lilas le iba a dejar el desayuno, al mismo tiempo que revisaba todo.
Como de costumbre, su habitación estaba casi sin nada, no le dejaron ni siquiera un objeto, ya que, según los médicos, podía provocar un incendio.
Sólo salía de ahí para el almuerzo, y de vez en cuando le dejaban ir al patio como a todos los demás, aunque en ese lugar no lograba hacer ni una cosa; siempre se aburría.
En todo el tiempo que llevaba, sólo hizo dos amigos: uno medianamente grave y el otro controlado por pastillas, Bonnie y Freddy respectivamente.
El de cabello morado sólo estaba algunas veces con ellos, porque siempre se lo terminaban llevando por sus alucinaciones y escándalos ocasionados.
Por otro lado, el castaño tenía buenos momentos con él, aunque era un poco extraño tener que ver sus cambios repentinos de personalidad, en los cuales el azabache se ponía sumamente coqueto ante él.
***
Encadenado, con sólo un par de cadenas en sus manos, afirmado contra la pared, sin ninguna forma de salir de ahí; con absolutamente nada que hacer allí, sólo ver por la ventana cómo todos se divierten.
Era estresante para él, a su corta edad ya había matado a tres personas por simple hambre y apetito, le gustaba aquel sabor... la sangre que salía de sus cuerpos, junto con aquella deliciosa carne.
SpringTrap, era el más grave de todos los pacientes, diagnosticado con canibalismo avanzado por culpa de su apetito.
Llevaba años ahí, se podría decir que fue de los primeros, y en todo ese tiempo con suerte ha conocido a algunas personas. Claro, tampoco es que lo pueda hacer; dejarlo salir una vez al mes al patio, y no tener amigos, no es una vida fácil.
Hoy le tocaba salir, después de almuerzo por fin sería libre, pero sabía que no del todo, no puede escapar y eso lo sabe de sobra, ya lo ha intentado tres veces y ni una avanzó en lo más mínimo.
[...]
Le llevaron el almuerzo, dejándolo sobre una mesa a la que llegaba justo con sus cadenas, esos molestosos artefactos que le quitarían en una hora.
Comió tranquilo del plato, no tenía ninguna prisa en alimentarse después de todo, sabía que quedaba bastante tiempo para ser liberado de su "cárcel mortal"; ya quería salir y poder aspirar el aire fresco.
De todos modos, estaba emocionado, hace ya unos días había observado a un rubio, era lindo a su parecer, y se le hacía interesante. Siempre lo veía al lado de un castaño, bastante cerca a su parecer.
Y hoy como siempre, después de comer, veía esa escena por la ventana. El castaño acorralando al chico contra un árbol, mientras que le tocaba el pelo, pero esta vez llegó a algo más, haciendo que su sonrisa desapareciera al instante, el de ojos; ahora vacíos, le había depositado un beso en los labios, aunque a los segundos se separó de una forma instantánea, alejándose del rubio con nerviosismo.
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Me Tienes Loco. || GoldTrap; SickFNAFHS
FanficSpring, encadenado por su apetito, o mejor dicho, por haber matado a personas, comiéndose sus cuerpos luego. Pero, sólo era por hambre, ¿cierto? ... Golden, sin nada más que una cama en su habitación, con nada que pueda quemar cerca. Todo por querer...