Sentidos

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Cuando llegaste,
despertaron mis sentidos.
Pero sólo sentí dos.
Eras droga para mis ojos,
no sentía la necesidad de dejar de mirarte.
Y tu voz,
una voz tan sensual
que podía calentar y deshacer el hielo del mismísimo Ártico.
Te probé y te toqué,
y todo empezó a olerme raro.
Al final esa droga me estaba matando
y esa voz sonaba igual que la flauta de Hamelín.
Pasé un mal rato,
por eso dejé de ser tu rata.

Vísceras y LetrasWhere stories live. Discover now